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Franco Hessling - locales@eltribuno.com.ar
Tomando productos básicos de algunos platos recurrentes en estos tiempos, tales como ambas variedades de choclos, diferentes tipos de queso y algunos pescados -tanto frescos como enlatados-, la canasta de Cuaresma se incrementó prácticamente un 40 por ciento con respecto a los precios del año pasado.
Con el ocaso del carnaval comienza un período importante para los cultores del catolicismo, quienes inician la etapa de Cuaresma, que incluye ayuno para simbolizar la vivencia del hijo de Dios, quien pasó cuarenta días en abstemia absoluta.
La supresión de la carne roja y la avícola, situada en todos los viernes del tiempo previo a la Semana Santa, hace emerger una serie de productos alimenticios propios de la denominada “canasta tradicional de Cuaresma”. En una recorrida realizada por este medio por los mercados clásicos del centro capitalino, se constató que el queso criollo pasó de 100 pesos a 150 el kilo, que el de cabra experimentó un incremento de 130 a 180 pesos, y que el cremoso tuvo en un año saltó de 65 a 85 pesos.
El choclo, insumo básico para humitas y pasteles entre otros platos, tuvo incrementos que rondan el 50%, igual que la canasta de Cuaresma toda. El blanco, aquel que se emplea para cualquier tipo de humita, se recotizó de 50 pesos la docena a principios del año pasado a 80 pesos actualmente.
El amarillo, por su parte, pasó de 40 pesos a 60, siempre que la compra sea de doce unidades como mínimo.
En cuanto a los pescados, carne magra que los católicos acostumbran a consumir en su ayuno de antesala a la Semana Santa, los aumentos fueron bastante significativos.
Los tipos frescos que tienen mayor demanda son la merluza, que en un año pasó de 80 pesos a 100 el kilo fileteado (sin espinas).
El sábalo mantuvo su precio en versión con espinas, 45 pesos el kilo, mientras que tuvo un leve aumento en su versión fileteada, de 70 a 80 pesos.
El atún enlatado, en tanto, sufrió una suba de más del 150%.
Este producto, la opción más elegida entre los pescados que se mantienen en conserva y se distribuyen en los grandes centros comerciales, fue el producto que atravesó la mayor alza de acuerdo al relevamiento.
A principios de 2016 una lata de 170 gramos de atún costaba unos 10 pesos en las marcas más económicas, mientras que actualmente se lo encuentra, como mínimo, en 27 pesos.
El cálculo
En valores absolutos, sumando los bienes hasta aquí descriptos, la canasta de Cuaresma de 2016 sumaba 520 pesos totales, mientras que para abastecerse de los mismos productos este año se necesitan unos 727 pesos. Porcentualmente, resulta en un aumento de 39,8%.
Poco impacto
Pese a todas las especulaciones sobre los consumos que pueden hacerse de antemano, nada más relevante que la propia percepción de los comerciantes de cada rubro que compone la canasta (verduleros que comercializan choclos y vendedores de pescado fresco y quesos). Los supermercados, por su parte, capitalizan otro aspecto de la época: la venta de chocolates y roscas de pascua.
“Es muy poca la diferencia al resto del año, sube la demanda pero no tanto como se supone. Lo que sí suben son los precios, se trata de capitalizar así ese pequeño aumento de las ventas”, explicó el encargado de una pescadería asentada en el mercado San Miguel. Anticipó, de esta forma, que los precios de la canasta podrían seguir aumentando en las próximas semanas.
Las vendedoras de queso de la misma locación coincidieron en que la actividad comercial de ese producto mantiene una regularidad a lo largo del año, sin que se note mayor movimiento en las semanas de Cuaresma. “Queso se vende todo el año”, dijo una de ellas al tiempo que su par negó subas para los próximos días.
Más subas
Los que sí se mostraron expectantes de cara a las próximas semanas fueron los vendedores de choclos, quienes destacaron especialmente a la Cuaresma como un momento en el que las ventas suben insoslayablemente. Expresaron que son los meses en los que más se demanda el choclo y lo atribuyeron directamente al ayuno católico del tiempo cuaresmal. Al igual que las pescaderías, adelantaron aumentos de precios para los próximos días.
Coletazo
El sector de la carne roja y avícola también entra en la discusión en torno a los consumos alimentarios durante esta época del calendario católico. Consultados por El Tribuno sobre el impacto en las ventas, los integrantes de comercios de tales rubros minimizaron el drama. “Las consecuencias son poco significativas, no se nota un descenso marcado de las ventas ni nada que se le parezca”, subrayó un carnicero.
En el mismo sentido se manifestaron vendedores de pollo, quienes bromearon con que el rito del ayuno tiene pocos adeptos. “Los católicos cumplen la parte de los mandamientos que les conviene, no dejan de comer carne ni pollo en Cuaresma”, expresó uno de ellos.
En el balance general, solo los vendedores de choclos notan una diferencia significativa en razón de los imperativos del momento cuaresmal.