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Lizy Tagliani, la actriz que se destaca noche a noche en el prime time de El Trece, como Silvia Troyano -asistente del personaje de Mike Amigorena- en “Quiero vivir a tu lado”, dialogó en exclusiva con El Tribuno sobre los desafíos de su primera ficción, sus proyectos para el verano próximo, su costado solidario y sus ganas de volver a trabajar con Marcelo Tinelli.
¿Cuánto tiene de vos el personaje de Silvia y cómo te llevás con ese rol?
Es un personaje que me gusta hacer y tiene un montón de cosas mías, porque es una chica trans y trabajadora. Eso es lo que más se asemeja a mí, todo lo demás lo tuve que construir porque Silvia es muy ordenada. Por más que a veces se desbarata o se manda macanas, es más bien centrada, no tiene mucho que ver con mi personalidad. Es un personaje que me gustó hacer. Le construí una historia previa que no está al aire, pero es con la que ya viene. En el fondo, ella ama a toda esta familia. Por eso cede en un montón de cosas que, por ahí, con otra persona no lo permitiría. Fue un gran desafío, teniendo en cuenta que era mi primera ficción. Tuve que generar un personaje y tratar de salir un poquito de mí. Estoy muy contenta con eso.
Te manejás muy bien en el terreno del humor. ¿Harías drama en algún momento?
Sí, me gustaría. En realidad, aprovecho todas las oportunidades que se me presentan y trato de disfrutarlas, de hacerlo lo mejor posible, poner lo mejor de mí, sobre todo la responsabilidad. Y después... que los productores decidan. Si a ellos les parece que está bueno, que me dejen. Y si les parece que no funciona para el drama, que me den una patada en el traste. No me evalúo yo misma, yo solo juego y hago todo lo que me proponen o lo que me divierte hacer. Y dejo que las personas que son responsables de convocarme decidan si les parece que voy por el buen camino o no. No me enrosco mucho, no me castigo tanto. Voy, lo hago, lo disfruto y lo dejo fluir.
¿Cómo viviste la temporada este año y cuáles son tus planes para lo que queda de 2017?
Mar del Plata fue una temporada maravillosa, con un montón de gente. Fue un espectáculo divino junto a Celeste Muriega, Joel Ledesma y Natalia Nekare, que es una cantante marplatense. La he pasado muy bien, tengo los mejores recuerdos. A mí siempre me gusta estar unida con los grupos. Estoy convencida de siempre hacer todo juntos. Íbamos a comer, charlábamos hasta altas horas de la madrugada con Celeste. Genero una complicidad con los grupos y me gusta.
Tengo pensado seguir con la tira y salir de gira con un espectáculo que se va a llamar “Íntima” porque voy a estar sola. Va a ser por el conurbano bonaerense, porque no tengo mucho tiempo de viajar por las cuestiones de la novela. En el verano que viene, en Mar del Plata voy a hacer una comedia. Hasta ahora, ese es el proyecto más firme. Y después, todo lo que venga. En general, lo que más me gusta es el equipo humano de gente, y que el proyecto tenga seriedad, la fuerza de un equipo. Toda la gente con ganas, con garra, divertidos y sobre todo respetuosos. Después voy probando: si tengo tiempo, me parece divertido el proyecto y me pagan bien, lo hago.
¿Volverías al Bailando?
Por supuesto que volvería porque es un programa muy lindo, muy divertido. Marcelo es un hombre muy generoso. Esa pista es magnética, es un lindo trabajo que te llena de experiencia. Conectás con un montón de gente nueva.
Dijiste en su momento que no vivías el hecho de ser trans como un impedimento para estar en el programa.
No fui la primer trans. Primero estuvieron Flor de la V y Abigail Pereyra, una chica de Uruguay, y después yo. Tuve la oportunidad de dejar buenos mensajes con respecto a la identidad de género y un montón de cosas. Así que fue una pantalla que me permitió hablar un poco de las minorías.
Fuiste estudiante de sociología y tenés una sensibilidad particular, ¿cómo te vinculás con el otro desde un costado solidario?
Me gusta acompañar a la gente o poder darle algo de lo que quiere. Y no solamente a quienes más lo necesitan. Incluso hay gente que tiene mucho dinero con ganas de ser escuchada y me puedo quedar horas escuchando y charlando. Una vez la señora que cuidaba el teatro tenía seis o siete hijos y se me ocurrió invitarlos a comer y a que hagan algo lindo.
El otro día estaba aburrida, un domingo, y se me ocurrió agarrar el auto e irme a cualquier hospital. Entro y trato de hablar para ver si le puede servir a alguien que esté triste o solo. No vivo para las causas solidarias. Solamente trato de hacer lo que puedo y lo que me dan ganas. No me gusta que se metan con mi solidaridad, me gusta hacer lo que yo quiero. Porque la solidaridad es algo privado y de voluntad propia. Nadie se puede meter, porque el encargado de solucionar los temas es el Estado: salud, trabajo y educación. Todo lo que uno quiera dar para colaborar con el otro es a voluntad. Entonces me gusta y me llevo muy bien, siempre y cuando no se metan y no crean que es mi obligación.
Comenzaste en los medios de la mano de Roberto Galán, un emblema del mundo del espectáculo. También compartiste de radio con Viviana Canosa ¿Qué recuerdos tenés de estos personajes?
La primera vez que ingresé a los medios fue con Roberto Galán, a través de la Peluquería. De casualidad atendí en Barrio Norte a su esposa y ella me conectó con Roberto. Empecé a peinar en su programa, Si lo sabe cante, en el año ‘98. Y a partir de ahí, me fui conectando con un montón de gente. Luego Valeria Gastaldi, luego Alejandro Sanz, Nicole Neumann, Jorge Ibáñez, Connie Ansaldi. Y luego llega Viviana Canosa. La verdad es que de los dos tengo muy buenos recuerdos, a pesar de que con Viviana después tuvimos una diferencia. La he pasado muy bien en su programa de radio, tuve alguna que otra participación en tele. De los dos tengo grandes recuerdos. Roberto era una persona súper inteligente, me encantaba estar horas escuchándolo. Además era un caballero, que no permitía que se digan malas palabras delante de una mujer. Así que siempre me he conectado y encontrado con gente maravillosa.