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6 de Agosto,  Salta, Centro, Argentina
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Genocidio; o el retorno a la barbarie

Miércoles, 06 de agosto de 2025 02:06
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"Durante muchos años me negué a utilizar esa palabra. Pero ahora, con las imágenes que he visto, con lo que he leído y oído de las personas que han estado allí, ya no puedo contenerme. Con inmenso dolor, con el corazón partido, debo constatar que está ocurriendo delante de mis ojos. Genocidio. Es una palabra avalancha: una vez que la pronuncias, no hace otra cosa que crecer, como una avalancha justamente. Y trae aún más destrucción y más sufrimiento". Palabras llenas de dolor pronunciadas por David Grossman, el más importante escritor israelí vivo -candidato al premio Nobel de Literatura desde hace décadas-, en una entrevista al diario italiano La Repubblica.

Palabras que se suman a muchas otras voces que, desde el propio seno de Israel, comienzan a levantarse para denunciar lo que está sucediendo en la Franja de Gaza. Genocidio. Palabra tabú. Palabra monstruo. "Palabra avalancha" como la define Grossman.

"Nada te prepara para darte cuenta de que eres parte de una sociedad que comete genocidio. Este es un momento profundamente doloroso para nosotros", dijo Yuli Novak; directora ejecutiva de la organización israelí de derechos humanos B'Tselem quien, junto a la organización humanitaria Médicos por los Derechos Humanos, acusaron al gobierno del premier Benjamin Netanyahu de estar cometiendo genocidio. A su vez, Netanyahu negó que exista una política de hambruna. "No hay una política de hambruna ni hambre allí", dijo. ¿Qué otra cosa cabía esperar? ¿Qué lo confirmara?

Las respuestas no se hicieron esperar. La réplica llegó desde la jurista israelí Orit Kamir, quien desde el diario israelí "Haaretz" definió lo que ocurre en Gaza como "una traición a las víctimas del Holocausto". También, en palabras del historiador israelí Omar Bartov -experto en genocidios-, quien explicó (en un extenso artículo que brindó a "The New York Times") por qué lo que está haciendo Israel en Gaza constituye un genocidio. Avraham Burg, expresidente del Parlamento israelí firmó junto con decenas de personalidades de su país un comunicado en el que reclaman al mundo sanciones a Israel. Apesadumbrado, dijo: "Me pregunto si Israel sigue mereciendo su existencia. La destrucción en Gaza demuestra la bancarrota moral de Israel. Un Estado que niega sistemáticamente los derechos de millones de personas, que justifica la matanza masiva como estrategia de seguridad y que eleva la supremacía judía al nivel de ideología, no puede reivindicar una legitimidad moral. Quizá, el Israel que se ha distanciado de sus valores fundacionales y que ahora desafía las mismas normas internacionales que lo hicieron nacer, ha perdido el derecho a existir". Inapelable.

"El siglo XXI está mostrando nuestra cara más tenebrosa. A pesar de un largo periplo desde el Iluminismo".

Ex-funcionarios de la Unión Europea expresaron: "Nos sentimos conmocionados e indignados por la masacre de israelíes inocentes y la toma de rehenes del 7 de octubre de 2023. Sin embargo, hoy presenciamos el horroroso espectáculo de Israel cometiendo atroces crímenes a diario contra el pueblo palestino, especialmente en Gaza, pero también en Cisjordania", dijeron 58 ex-embajadores de la Unión Europea en una carta dirigida a los líderes actuales del bloque. En el texto, los diplomáticos hicieron un llamado urgente a todos los gobiernos de la Unión Europea para que tomen medidas frente a las graves violaciones humanitarias y de derechos humanos cometidas por Israel.

Desde estas mismas páginas, en un imprescindible ensayo, el doctor Ezequiel Jiménez dijo: "Párrafo aparte es la vil utilización del concepto necesario de antisemitismo como coartada para evitar la crítica al gobierno de Israel. Confundir deliberadamente la crítica a las políticas estatales de Israel o la denuncia de crímenes internacionales con antisemitismo constituye una banalización del verdadero antisemitismo, cuya historia es una de las más oscuras del odio en Europa". Recomiendo leer su brillante columna "La tragedia de Gaza, los límites que impone el derecho y la eterna sombra del odio racial". "El genocidio es la frontera jurídica máxima. Cruzarla implica poner en crisis el sistema completo: si el genocidio puede cometerse sin consecuencias, entonces el derecho deja de ser derecho y se convierte en retórica vacía"; agrega Jiménez. Otra vez la palabra "monstruo". La palabra "avalancha".

Por supuesto que también existe una tergiversación y un uso político de esta gravísima crisis humanitaria por parte de Hamás; pero ninguna malversación es capaz de ocultar el barbárico horror que se propaga a todo el mundo desde Gaza y desde otras zonas ocupadas que no están en el foco de atención de los medios. Sencillamente, la región está descendiendo a abismos insondables. Y no se hace nada por evitarlo. Me viene a la mente la cita de Friedrich Nietzsche: "Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti".

El siglo XXI está mostrando nuestra cara más tenebrosa. A pesar de un largo periplo desde el Iluminismo, hoy los relatos religiosos agonizan.

El hombre que en el siglo XX mató a dios también está dando muerte a sus creencias. Pero cuando un proceso destructivo arranca sigue hasta destruirlo todo. Se comienza con un Genocidio; no se sabe dónde se acaba. "Una vez pronunciada, no hace otra cosa que crecer, como una avalancha. Y trae aún más destrucción y más sufrimiento". Ojalá sepamos detener esta avalancha a tiempo. Ojalá.

 

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