inicia sesión o regístrate.
“Todo pasa”, decía la inscripción en el anillo del exmandamás de la AFA, Julio Grondona, que gobernó durante 35 años a “gusto y piacere” al fútbol argentino. Pero hoy en día todo sigue igual.
Es que la AFA 2017 luego de la intervención denominada “normalización” de Armando Pérez, los nuevos actores son más de lo mismo: mucho poder y nada de enemigos.
Con la renuncia de Marcelo Tinelli todos los cargos de la AFA, el vicepresidente y titular de Boca, Daniel Angelici, líder intelectual de flamante comisión directiva de la entidad junto al camionero Hugo Moyano y a su yerno y presidente afista Claudio “Chiqui” Tapia, el objetivo inmediato se llamó Rodolfo D’Onofrio.
De esta manera, y con una gran habilidad política, Angelici anunció ayer que el próximo presidente de la Superliga, que comenzaría a tener vida a partir de agosto próximo, será un “profesional” que no fuera dirigente de algún club. Y haciendo respetar el estatuto, el presidente de Boca deja afuera de carrera a su par de River, el más cercano seguidor a Tinelli.
Es que el conductor televisivo iba a ser una “excepción”, producto de los manejos políticos que existieron en la AFA en los meses previos a la elección de Tapia como presidente, porque en el estatuto se hablaba de que la Superliga tenía que ser presidida por alguien ajeno a la dirigencia de cualquier club.
“Hablé por teléfono con Marcelo y le dije lo que sentía, que perdíamos a alguien que da un valor agregado, pero que si lo hacía por su salud, lo felicitaba”, había revelado Angelici mientras que maduraba la decisión final.
“La única excepción que estaba dispuesto a aceptar era la voluntad de Marcelo de ser él presidente. Con esta decisión vamos a volver a la idea original de poner a un profesional con un comité ejecutivo”, insistió a la prensa.
Así sellaba la puerta de ingreso al presidente de River Plate, quien asomaba como posible vice de una eventual presidencia en la Superliga.
Pero lo cierto es que a este “descorche” anticipado se sumaron otros personajes.
Víctor Blanco (Racing) y Nicolás Russo (Lanús), en primera fila, se sumaron a la algarabía, disfrutando de la libertad que siempre quisieron para manejar la AFA.
El tiempo y la salud del conductor de ShowMatch le hicieron ganar la pulseada. Victoria demorada, pero victoria al fin. El histórico papelón del empate 38 a 38 en las elecciones del 3 de diciembre de 2015 era el inicio de la arremetida.
Y quizás hasta desde el Gobierno nacional alguien haya esbozado una sonrisa porque se temía que Tinelli usara el fútbol como un trampolín para lanzarse a la arena política. Hipocresía pura.
Pero el presidente de San Lorenzo, Matías Lammens, reveló que no lo sorprendió el alejamiento de Marcelo Tinelli del ámbito del fútbol y contó que el “desgaste” se inició a partir de las fallidas elecciones en AFA, en diciembre de 2015. Todo sigue igual.