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El paro tuvo su mayor impacto en el transporte y los hospitales

Algunos organismos, como el Banco Nación, directamente no abrieron sus puertas. La adhesión de los choferes de colectivo fue determinante en la medida de fuerza. 
Jueves, 06 de abril de 2017 23:04
Organizaciones sociales realizaron una olla popular. Foto Jan Touzeau
Manifestación en el centro. Foto Jan Touzeau.
DGR con escasa atención.
En el centro sacaron la basura pese a que pidieron no hacerlo. Foto Jan Touzeau.
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La jornada de ayer pasará a la historia como la del primer paro general que la mayor central sindical obrera, la Confederación General del Trabajo (CGT), unida en triunvirato desde el año pasado, le realiza al gobierno de la alianza Cambiemos. La huelga tuvo la adhesión de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), que terminó siendo determinante para el clima atípico que se vivió en la ciudad. En los hospitales hubo poca actividad.
A la suspensión del transporte terrestre, que abarcó los viajes de corta, media y larga distancia, se sumó la huelga de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), encabezada en la región norte por Juan Pablo Armanino. 
“La adhesión es del ciento por ciento tanto para el servicio de corta distancia como para los de distancias medias y largas”, afirmó Jorge Flores, secretario general de la delegación local de UTA. 
En cuanto al impulso de la medida, acotó: “El reclamo surge desde el movimiento obrero y de la dirigencia; son las bases, los trabajadores, los que se están expresando”. 
En los hospitales el acatamiento estuvo entre el 70 y el 80 %, según difundió la Asociación de Trabajadores de la Sanidad de Salta (ATSA). En las clínicas privadas, en tanto, se plegó un 30 %.
La adhesión de los docentes fue cercana al 3 %, según información oficial. La ADP, gremio docente mayoritario de la provincia, no hizo relevamientos sobre la huelga. 
En establecimientos educativos céntricos la medida de fuerza se hizo notar y afectó la jornada, en gran parte, por la falta de transporte.
A la escuela Nº4022 Benjamín Zorrilla solo asistieron dos estudiantes. De acuerdo a lo que dijo el vicedirector, Eduardo Campero, hubo docentes que asistieron pero fue imposible el dictado de clases. 
Desde el Gobierno de la Provincia se había informado que, para los trabajadores de la educación y alumnos que vivan a una distancia mayor a 20 de cuadras de sus instituciones educativas, las inasistencias estaban justificadas.
“Si venían a la escuela, nosotros los conteníamos en el horario. Pero después se van caminando o en remis y pueden darse problemas por las marchas y demás manifestaciones. Es mejor que directamente no vengan”, dijo Eduardo Campero. 
El vicedirector añadió que tenían planificadas actividades recreativas para los niños que asistieran ayer. 
“Nosotros estamos trabajando igual, aprovechamos que no hubo alumnos para avanzar con planillas administrativas y ese tipo de cosas que a veces tenemos que hacer afuera de la escuela”, agregó una docente que prefirió no dar a conocer su identidad. 
“La mayor parte de nuestros alumnos vive lejos del establecimiento”, complementó, justificando la asistencia de solo dos estudiantes en la mañana. 
Las dependencias del sector público tuvieron un movimiento mínimo y, en algunos casos, directamente optaron por no abrir sus puertas, como la sucursal del Banco Nación. 
Igual suerte corrieron algunas oficinas de la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses) y del Instituto Provincial de la Salud (IPSS), además de otras entidades bancarias de menor magnitud. 

Movilizaciones

La UTA -fundamental en el paro por su injerencia en el transporte público urbano- no marchó ni se concentró en ninguna parte. 
En cambio, otros sindicatos de base -como el de ceramistas- y el Partido Obrero, reunieron a unas trescientas personas para movilizarse alrededor de la plaza 9 de Julio. 
Tras ello, hubo manifestaciones de los principales dirigentes, que en su mayoría coincidieron en que el paro convocado por la CGT llegó de manera tardía y a contramano de las intenciones del triunvirato. 
Por otra parte, remarcaron que la lucha docente viene mostrándose firme en el reclamo de reabrir paritarias nacionales en todo el país. 
Paralelamente, también en horas de la mañana, los movimientos sociales y algunas entidades gremiales llevaron adelante una “olla popular” en la ruta provincial 26, a pocos metros de la avenida Tavella. 
En el lugar se congregaron unas mil personas, que fueron convocadas por la Corriente Clasista y Combativa (CCC), la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y la seccional local de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA Autónoma). 
“Tenemos compañeros que tienen un trabajo, pero ahora les exigen que aumenten las horas o la productividad y siguen cobrando lo mismo. La plata no les alcanza”, denunció Nahuel Zacarías, principal referente de la juventud de la CCC.
Luego agregó: “También hay compañeros que están desocupados y viven de hacer changas, pero faltan oportunidades, no hay trabajo”. 
También participaron los carreros que, nucleados tras el dirigente Fredy Flores Núñez, vienen pidiendo que los dejen seguir trabajando en sus vehículos de tracción a sangre.


Menos clientes en los comercios

Funcionaron con normalidad pese a que el movimiento fue bajo.

El centro salteño tuvo un movimiento visiblemente menor al que suele haber un día hábil. Entre los sectores que no se plegaron al paro estuvieron los comercios, que abrieron sus puertas con normalidad esperando la afluencia de clientes. 
“Vinimos a trabajar, igual que todos los días, pero tuvimos que tomarnos un remís”, comentó un vendedor de una librería. 
Un empleado de una empresa de telefonía móvil comentó a media mañana: “Hasta el momento entró una sola persona, se nota que hay menos gente en la calle”. Ambos trabajadores dijeron que pagaron el transporte para llegar a trabajar pero que les reintegrarían el dinero en los próximos días. 
Igual que los negocios, las confiterías y los bares que forman parte del rubro gastronómico abrieron sus puertas como si no hubiese huelga. 
En los locales de referencia del centro no hubo ausencia de los empleados pero se observó una disminución de la demanda. “Es imposible que el paro no se sienta, por más que nosotros estemos funcionando con normalidad”, opinó Remo Blas, encargado de un restaurante. 

Provechoso para taxistas

Uno de los sectores que se benefició con la primera huelga general contra el gobierno de Mauricio Macri fue el servicio de transporte impropio. 
Los taxis y remises se hicieron cargo de las personas que suelen trasladarse en colectivos. Algunos sectores gremiales de los conductores se manifestaron a favor de muchos de los puntos del reclamo, pero optaron por no plegarse a la medida de fuerza. 
 

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