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Fleming: "Con el dinero de la gente el hospital está cambiando para bien"

El gerente administra peso por peso para refaccionar y mejorar el viejo nosocomio. Todo se logra gracias al aporte que significa el arancelamiento cobrado a las obras sociales de los pacientes.
Martes, 06 de junio de 2017 00:00
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Aire acondicionado, un electrocardiógrafo, instalación eléctrica nueva, televisores, mobiliario y estufas son parte de los logros conseguidos en pocos meses con la recaudación del arancelamiento en el pequeño hospital Rafael Villagrán, de Chicoana.

El mecanismo para la administración de fondos derivados por la declaración de las obras sociales de los pacientes en este nosocomio ha dado resultados óptimos. Ahora, con la última recaudación, planifican adquirir un grupo electrógeno que asegure tener luz las 24 horas de día, los 365 días del año.

El cambio administrativo le dio una impronta diferente al nosocomio del pueblo, cuya categoría sanitaria es de nivel 2, es decir que a la atención ambulatoria en consultorios externos y emergencia se le suma atención en internación no diferenciada. Disponen de laboratorio y radiología de rutina.

Con apenas seis médicos, la jurisdicción sanitaria comprende 910 km cuadrados, con nueve puestos sanitarios y dos ambulancias. Y una población estimada en 22 mil personas.

"El que quiera saber cómo funciona el hospital que venga. Recaudamos algo de 40 mil pesos y con eso hicimos un montón. Todavía nos falta arreglar los puestos sanitarios que están bastante deteriorados. Creo que en marzo del año venidero los tendremos refaccionados a todos. Esto se hace con el dinero de la gente, no hay otro misterio. El paciente viene, le preguntamos si tiene obra social, y que su atención ya está pagada. Es eso, comunicarse y hacer las cosas que corresponden", explicó el médico Patricio Fleming, gerente general, a El Tribuno.

El galeno, que está desde hace siete meses a cargo de la gerencia del Rafael Villagrán de Chicoana, se toma un respiro luego de la atención en la guardia y cuenta sus proyectos y sus ganas de seguir mejorando la atención a los vecinos.

Con poco se hace mucho

"Mire, yo estuve solo, meses y meses atendiendo en el hospital de Santa Victoria Este. Fueron varios años. Las privaciones te enseñan que con poco tenés que hacer mucho. Acá, en Chicoana, tengo gente joven con unas ganas tremendas de laburar por la salud. Los médicos somos pocos, y hacemos de todo y nadie reclama. Yo no vine a robar, vine a dar lo mejor de mi profesión en beneficio de los pacientes. Esto es así no necesita más explicaciones", dijo Fleming.

Apenas llegó al hospital comenzó a capacitar al personal administrativo. Relevó las instalaciones y planificó el trabajo con lo que tenía a mano en el establecimiento de salud.

Hoy concurren hasta pacientes de El Carril y Coronel Moldes a realizarse ecografías en el Villagrán.

La capacidad de internación, a pesar de la limitación de la estructura edilicia, es de 15 camas y en estas semanas ascenderá a 20 camas.

Las ambulancias están en condiciones y solo se utilizan para trabajos sanitarios. Para trámites relacionados con cuestiones administrativas se utilizan el transporte urbano.

El orden es fundamental

"Funciona el sistema si uno lo controla y pone orden. A la gente no se le cobra un peso de más por la atención. El que tiene obra social está consciente de que debe declararlo. Ya pagó su atención y su aporte contribuye a mejorar la atención a otras personas que no tienen cobertura social", dijo Fleming.

Por el momento por su baja complejidad sanitaria, en el hospital de Chicoana no se realizan cirugías, solo partos e intervenciones menores. "Desde que estoy en el hospital, todos los nacimientos se realizan en el mismo hospital, si existen complicaciones se activa el protocolo sanitario y se envía la parturienta a la ciudad de Salta. No corremos riesgos", dijo.

El médico termina su descanso y comienza con la ronda de atención a los internados.

El clima de trabajo es cordial. Las necesidades del hospital se disimulan con trabajo y un orden estricto.

Este médico de pueblo, con experiencia en áreas sociales vulnerables, dijo: "En Argentina, aunque no haya médicos técnicamente sobresalientes como fue el doctor René Favaloro, son muchos los que tienen el espíritu y la vocación del desaparecido médico, y eso es para imitar y aprovechar para mejorar la salud de los vecinos".

 

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