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26 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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La danza rosarina recordó a una profesora por el arte que sembró

Exalumnas, alumnas y docentes de Raquel Canga vivieron una tarde muy emotiva en el salón cultural de la Ciudad Termal. Se cumplirán 3 años de su desaparición física en un accidente vial.
Lunes, 10 de julio de 2017 00:00
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El 7 de septiembre próximo se cumplirán tres años de la desaparición física de quien fuera, dicho por sus mismas alumnas y colegas, "una verdadera leyenda de la danza en Rosario de la Frontera". Se trata de Raquel Canga, quien ese día, mientras conducía su moto para ir a dar clases, fue atropellada y murió.

Todos los que la conocieron destacan su profesionalismo en la transmisión de saberes, pero mucho más sus rasgos afectivos y alegres con los que cada día llegaba a la academia.

Con la participación de dos de sus hijos y hermanos, docentes que guardan sus mejores recuerdos la homenajearon con nostalgia, pero también con orgullo por lo que sembró.

En diálogo con El Tribuno, la profesora de danzas Rosario Caro, organizadora del encuentro, detalló la importancia de Canga, pionera en la ciudad.

"Hace tiempo hablamos con su hija Luciana para organizar acciones que la recuerden. Posiblemente un lugar importante del pueblo lleve su nombre, pero ahora preparamos un pequeño encuentro para "dejarla volar" hacia otra dimensión, como cuando tiramos globos que se van al cielo. Convocamos a toda la gente que estuvo vinculada de alguna forma, y si nos olvidamos de alguien solo intentamos tener un buen gesto con los hijos. Les cuento a mis alumnos quien era Raquel por lo importante que fue en mi vida y en la profesión. Es una leyenda que marcó el inicio de la danza en Rosario", destacó.

Accidente y muerte

Luciana, la hija mayor de Raquel, agradeció el gesto y pidió a la familia de quien conducía la camioneta que accidentalmente chocó a la docente cuando iba en su motocicleta, que se acerque a dialogar para llevar una mejor relación.

"Hoy vinimos porque cremamos el cuerpo de mi mamá y ahora vamos a llevar los restos a Mercedes, Corrientes, donde están mis abuelos. Me pareció una excelente idea que las alumnas le hagan este reconocimiento y conserven los recuerdos de ella, que transmitan la pasión y la alegría que tenía a pesar de todas las dificultades que le tocó pasar. Nosotros perdimos el juicio penal y el conductor que manejaba el vehículo que la chocó salió absuelto. En realidad no guardamos ningún rencor porque nadie sale a matar cuando maneja. Es un accidente que a cualquiera le pueda pasar, pero es una lástima que la familia no se quiera acercar a nosotros. Solo les pedíamos que paguen el seguro porque fue un accidente. Es doloroso para nosotros, pero también para ellos. No era necesario llegar a esta instancia", dijo.

La joven también destacó que su hermano Exequiel se fue a vivir a México luego del trágico accidente y todavía tiene muchos problemas emocionales a causa de ello. " Mi hermano seguía a mi madre a todos lados, también es profesor, pero lamentablemente hoy está muy mal y esperemos que pueda llevarlo de una mejor manera. Yo me hice cargo de ayudar al más chico, que está estudiando. Les pedimos a la familia de la camioneta que recapaciten, no guardamos rencor", reiteró.

Mabel Bernacki, otra docente de danzas clásicas, recordó que si bien le gustaba la gimnasia, fue Canga quien le inculcó el placer de bailar. "Llegué a su estudio de la calle Salta porque siempre me gusto hacer gimnasia. Después de un año me invitó a hacer danza clásica. Así terminé mi carrera y empecé a enseñar. El año que viene voy a cumplir 20 años con la profesión. Mis sentimientos seguro coinciden con los de todos los que la conocieron. La entrega, los retos, su exigencia con mezcla de amor. Supo sembrar su semilla en muchas generaciones y rescato la calidad de persona, lo luchadora que fue, por lo difícil que le tocó y siempre tenía una sonrisa", aludió.

De alumnas y docentes

Lorena León fue alumna y luego del fallecimiento tomó la iniciativa de poner su propia academia de danzas siguiendo como ejemplo el legado de Raquel. "Hoy es un día triste porque es volver a recordar lo que pasó. Pero también rescato su alegría y en cada clase que doy siento que ella está conmigo. Me dejó todo el amor por la danza. Para nosotros fue muy difícil. Hoy tengo mi academia y trato de inculcarle todas sus cosas a mis alumnos", comentó. Abril Piorno León tiene 13 años y, sumergida en un contexto muy emotivo, ofreció una coreografía para recordar a Raquel. "Yo empecé con ella a los 4 años. Probé en muchos lugares, pero solo en su academia encontré lo que buscaba. La extraño mucho, era como mi abuela. Hoy sigo en la academia de mi mamá porque bailar es algo que me apasiona", dijo esta niña que presentó un número en el homenaje.

 

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