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21 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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Palos: “Me gusta que me caiga todo el peso o si pasa algo ser al primero que apunten”

El nuevo “uno” de la fusión tiene una larga trayectoria como profesional. Debutó en la lepra rosarina, pasó por el seleccionado argentino sub-20 y por Gimnasia de Jujuy, entre otros clubes. Luego continuó con su carrera profesional en Chile por nueve años. A sus 38 abriles, regresó al país y es refuerzo de Camioneros.
Miércoles, 05 de julio de 2017 22:30
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¿Dónde comenzaste tu formación como jugador?
Arranqué a los siete años en las inferiores de Newell’s, en el Baby Fútbol. A los 19 me tocó debutar con Tito Rebottaro. A los 21 estuve con el Bambino Veira cuando llegó. Me acuerdo de una anécdota: me tocó debutar contra el Lanús del Bambino, fue un partido donde me tapé todo. Si no ganaba lo echaban y dijo: “Me tengo que ir por culpa del arquerito este”. Apenas llegó a Newell’s, lo primero que preguntó es si estaba yo y me empezó a poner, estuve dos años y medio. Llegó el Tolo Gallego y me sacó. Después me fui a Belgrano de Córdoba, al Nacional B con Néstor Craviotto. Esa fue la primera vez que vine a jugar a Salta, ante Juventud Antoniana, por la segunda fecha. Íbamos perdiendo 4 a 0 en los primeros 45 minutos. Lo que sufrí...

En Newell’s, ¿qué jugador de jerarquía te marcó en tu carrera?
Me dejó impresionado el Patrón (Jorge) Bermúdez, por lo que es como jugador y persona. Con el solo hecho de escucharlo hablar se te erizaba la piel. 
Son esos jugadores que te imponen un respeto, son líderes positivos, no tienen problemas de nada, más cuando fuimos a jugar a la cancha de Boca, era la primera vez que iba y la Bombonera se rindió a sus pies. En esos momentos pensás lo que es estar a lado de un groso.

Estuviste en el seleccionado argentino sub-20...
Sí, fuimos a jugar a Maldonado y estaban Riquelme, Cambiasso, el Chapu Braña. Había un gran plantel. Los jugadores de renombre recién estaban arrancando, salvo Riquelme, que ya jugaba en Primera. Fuimos compañeros con Daniel Islas y Franco Costanzo.
En ese momento estaba como técnico (José) Pekerman y también lo tuve a Hugo Tocalli. Recuerdo una anécdota hermosa: estaba en la Selección y, como son todos de Buenos Aires, yo, como era del interior, me quedaba a dormir ahí y justo estaba la selección mayor. Terminó la práctica y se fueron todos porque era día libre. Me fui a comer y me encontré con toda la mayor. Quedé helado y no sabía dónde ir. Ahí fue que me llamó (Fernando) Redondo y me dijo ‘vení pibe, sentate con nosotros’. En toda la cena estuve con la cabeza gacha. En esa mesa estaban Verón, Batistuta, Chamot, el Mono Burgos.

Hablame de Gimnasia de Jujuy...
El lobo asciende a Primera División con Mario Gómez y me vine. Lo tuve de compañero a José Valdiviezo ahí. Se armó un lindo grupo, siempre digo que fue uno de los mejores que me tocó. Después me fui a Chile y me perdí de todo, cerré capítulo en Argentina. Cuando volvés se hace más difícil conseguir club y también como que no me quería volver de Chile, es otra vida. Les cuento a mis compañeros que Chile debe ser el único lugar en el mundo en el que el 14 no vas a cobrar y te llaman para que vayas. Acá en otros clubes estuve cinco meses sin cobrar y esas cosas te hacen ir del país.
Encima están los hinchas: en Rosario son muy fanáticos y no podés vivir tranquilo, por eso fue la decisión de venir a Salta.

¿En Jujuy conociste a tu señora?
 No. Fue en Salta. Venía siempre acá cuando teníamos franco y ahí conocí a Nadia. Ella es de Buenos Aires, pero de muy chica se vino con mis suegros a vivir acá. Estuve dos años en Jujuy, pasé por Quilmes, Central Córdoba de Rosario y nos fuimos a Chile. Estuvimos allá nueve años juntos y nos casamos hace dos, tenemos dos hijos Yam Pol (6 años) y Yyaron Pol (4).

¿Extrañabas algo de Argentina?
Es tu país, eso es lo bueno, en Chile a la fuerza tenés que respetar todo y agachar la cabeza. No extrañaba, hasta el día de hoy me cuesta estar en Argentina.

¿Hasta qué edad pensás jugar?
Hasta que me dé, estuve seis meses sin jugar y es difícil porque quiero la profesión. Me cuidé para no retirarme. Ese tiempo que no tuve actividad fue complicado porque pensé que no jugaría más. Se te viene el bajón, pero mientras me dé el cuerpo lo seguiré haciendo.

¿Ser arquero te permite seguir en actividad unos años más?
Sí, pero también vienen los pibes de abajo y tenés que ponerte a la par de ellos. A veces se hace difícil, más en las canchas de esta división te juega en contra el cuerpo. 

¿Por qué te inclinaste por esta categoría?
Se dio esta posibilidad. Me convenció la propuesta y sobre todo que no me tenía que mover de aquí. Voy y vengo a Rosario, pero hace tres meses que estoy en Salta, me estaba por ir y, cuando menos lo pensé, se dio lo de Camioneros.

¿Qué conocés del Federal B?
Las canchas están en mal estado. La vez pasada fuimos a jugar a Progreso y es duro. Es un torneo complicado, pero uno se tiene que adaptar lo más rápido posible. 

¿Te puede pesar la experiencia?
Obvio que van a caer las miradas sobre mí, yo lo tengo asumido y me gusta que caiga todo el peso sobre mí; o si pasa algo en el equipo, al primero que apunten sea a mí. Me gusta asumir esa responsabilidad, es como ir a jugar afuera y tener toda la tribuna a tu espalda, es muy lindo. Después depende de uno si atajás bien o mal.

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