inicia sesión o regístrate.
Luego de que se conocieran imágenes del mal estado de los caballos secuestrados por la Policía que están en el predio de Caballería, la Corte de Justicia sacó una acordada en la que les reclama a los jueces que agilicen los trámites para evitar que se siga incrementando la cantidad de animales. Tras esta situación, la Justicia comenzó a mover las causas.
Ayer, un parte del Poder Judicial informó que el juez de Garantías 2, actuante durante la feria judicial, Ignacio Colombo, ordenó la habilitación de 14 causas del juzgado de Garantías 3 y 14 del juzgado de Garantías 4, para poderlas trabajar durante enero.
A principios de enero había en el predio oficial 217 caballos, 22 vacas y 5 mulas. Estos animales habían llegado allí por dos situaciones: por causas judiciales (robos o maltrato animal) o por estar abandonados en la vía pública.
El parte señala que estas causas fueron habilitadas por la acordada 12.564 de la Corte de Justicia que requirió informes a las fiscalías intervinientes sobre el estado de las actuaciones y el trámite a seguir con relación a los animales secuestrados.
El documento del máximo tribunal establece que los magistrados deberán disponer la entrega sin demora, en calidad de depósito judicial, a quien aparezca con derecho preferente; procurar con la mayor celeridad posible la entrega de los animales en calidad de depósito judicial, conforme a la normativa aplicable.
Además de entregar el ganado a entidades de bien público o proteccionistas en calidad de depositario judicial, siempre y cuando así lo soliciten; si la situación de peligro fuere inminente se deberá actuar inmediatamente conforme a las circunstancias del caso, en un plazo no mayor de tres días corridos. Estos movimientos de causas se comenzaron a ver luego de muchas críticas por el estado en que se veía a los animales.
El antecedente
Hasta la reforma del Código de Contravenciones, hace dos años, el jefe de la Policía tenía la facultad de ser el juez de faltas, por lo que en estos casos decidía el futuro de los caballos, y los que no eran retirados -previo pago de una multa- eran rematados.
El tema fue que, con el cambio del código, toda la facultad pasó a manos de la Justicia, y hoy en día las fiscalías tenían las causas durmiendo, y esto llevó a que la Policía no pudiera rematar los caballos y se acumuló una gran cantidad de animales en los corrales oficiales y terminaron teniendo un deplorable estado sanitario.