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El Museo de Bellas Artes abre sus puertas para mirar, jugar y crear

Aprender jugando es el lema del taller “El Club de los Curiosos”, que comenzará el 17 de enero. Los chicos podrán descubrir las obras del Museo y crear otras. Al final, realizarán una muestra.
Sabado, 13 de enero de 2018 09:38
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María Belén Zannier

Suele considerarse a los museos como espacios formales y solemnes, en los que la creatividad y el juego no tienen cabida. 
Sin embargo, no todo es como parece. Y en esa línea se inscribe el Museo de Bellas Artes de Salta, que sorprende con una propuesta que busca derribar ciertos estereotipos y dejar en claro que el arte también es cosa de chicos. 
Durante el verano llenará sus salas de diversión con un taller en el que los chicos podrán acercarse al arte desde el juego: observando primero, experimentando después, pero siempre divirtiéndose y creando en un ámbito donde se respira arte en cada rincón.
Se trata de “El club de los curiosos”, que comenzará el 17 de enero, pensado para niños de 5 años en adelante. Estará a cargo de la docente Marianella Rivas Cuba. “La idea es romper con aquellos preconceptos de que solo es arte aquello catalogado como serio, formal y adulto. Y de que el museo es un espacio frío y distante”, detalló a El Tribuno la docente. El taller contará con 12 clases en total, los miércoles y viernes de 17 a 18.30, y cada encuentro tendrá actividades y contenidos diferentes. 
“El objetivo es que el niño tenga una gran experiencia y que, además de recibir ciertos conocimientos, los transmitan en sus casas. Es enseñarles a ver el mundo con otros ojos y un punto de partida para involucrar a toda la familia en el arte. El Museo es un espacio para todos”, señaló Marianella Rivas Cuba.

Descubrir las obras
El nombre del taller concibe la curiosidad como el punto de partida de un proceso de aprendizaje en el que la historia del arte y la impronta de cada niño serán los protagonistas. Se trata de descubrir qué es lo que se esconde detrás de cada obra, qué nos cuentan de Salta y de los pintores salteños, por qué éstos pintaron lo que pintaron y emplearon tales o cuales materiales y técnicas, entre otros interrogantes.
“Salta siempre marcó presencia en el arte y una identidad bien definida a nivel nacional. Eso está reflejado en el patrimonio del Museo, que nos enseña muchas cosas. Cada cuadro tiene una historia, más allá de la técnica empleada”, detalló Rivas Cuba. 
Experimentar lo nuevo
En el taller los chicos tendrán la posibilidad de desplegar técnicas de observación a través de visores y lupas, para descubrir e identificar los detalles de cada obra. También aprenderán a “leer” la imagen, puesto que los colores y las formas siempre nos comunican algo y es cuestión de interpretarlo. 
Otra de las actividades consistirá en descubrir los entramados narrativos de cada obra y las historias que se encuentran detrás de cada cuadro. “Hay varios juegos para que los chicos puedan pensar e imaginar qué pasó antes y después de las escenas retratadas en los cuadros”, contó Rivas Cuba.
El taller brindará un espacio central a la creación y recreación de diversas obras y múltiples técnicas artísticas, sea en pintura, escultura, elaboración de objetos, etc.. Pero no quedará allí. El sonido, el ritmo y el movimiento también intervendrán en el proceso creativo con la realización de videos, entre otras actividades. “La experiencia de hacer todas estas cosas en un museo es fantástica. Ya lo hicimos acá en otras oportunidades y en el Museo de Arte Contemporáneo. A los chicos les genera una motivación muy especial y una enorme curiosidad por estar en un museo, un espacio que se cree que es solo para entendidos. Allí entienden el arte de una manera diferente y se dispara la necesidad de aprender más, reflexionando, experimentando y escuchando al otro”, afirmó la docente salteña.
Pero además la mística que rodea a los museos no solo “engancha”, por así decirlo, a los chicos, sino también a los papás. “La idea es que los niños se acerquen al arte jugando, imaginando y compartiendo. Es una experiencia enriquecedora que a los padres también les gusta. Muchos, cuando vienen a dejar a sus hijos, se quieren quedar a escuchar sobre la historia de tal o cual cuadro”, contó. 
Una muestra final
Como broche de oro del taller, se llevará adelante una muestra con las creaciones realizadas por los chicos. En principio, la exposición está prevista para el 28 de febrero e incluirá diferentes soportes y materiales. “Será una oportunidad en la que podrán mostrar todo lo que reflexionaron y aprendieron en el taller. A los niños les hace muy bien mostrar sus obras y ser parte de una exposición, y nada menos que en el Museo. Ello les genera mucha emoción y satisfacción, pues al ver sus obras expuestas se siente valiosos y también valorados por la mirada del otro”, señaló la joven docente de Arte.

El juego como aprendizaje
Un aspecto que sobresale en el trabajo realizado con los más pequeños es la confluencia de lo lúdico en un contexto legitimante como un museo. “Los chicos tienen innato ese deseo de jugar. El juego es la iniciación a un mundo de experiencias y contenidos nuevos. Es un gran liberador de todo lo que uno tiene adentro y, de alguna manera, se conjuran los miedos, la vergüenza o la necesidad de que se nos corrija. El juego abre el camino para que se genere algo que está bien, porque salió de cada uno, mucho más allá del resultado final. Aprender de este modo genera experiencias que quedarán en la memoria de la persona para toda su vida. Es así que jugar y crear es otra forma de aprender”, afirmó Rivas Cuba. 

Adiós al perfeccionismo
Esta confluencia de experiencia, juego e imaginación excluye de manera rotunda la noción de perfección. 
“Acá el conocimiento ya no es impartido por el docente, sino que sale de la misma experiencia de cada uno. La idea es pensar el arte más allá de la enseñanza clásica, caracterizada por el formalismo y los límites. En el arte no hay obras ‘perfectas’, sino una búsqueda espontánea e intuitiva. No hay formas correctas de plasmar cada idea. Todo es válido”, concluyó esta docente en su afán de que los chicos descubran a ese artista llevamos dentro.

La creatividad, la intuición y la libre asociación, en escena

Enseñar arte a los pequeños y ayudarles a descubrir su propio potencial y sus propia creatividad permite ver el mundo y la vida con los ojos de un niño. “Lo que ellos pueden enseñarte es algo que en ningún ámbito académico te dan. Busco mostrarles alternativas ante un problema, que pueden resolver desde la creatividad y la asociación libre”, agregó Rivas Cuba, que además es licenciada en Diseño de Indumentaria y especializada en Creatividad.
La docente señala que enseñar a pensar creativamente y de forma asociada a través de la actividad artística genera un valor único en los más pequeños. “Estimular la creatividad les permite enfrentar la vida de otra manera, a buscar soluciones desde otro lugar. El gran objetivo de la educación artística es valorar el potencial de cada idea y el camino recorrido por cada persona para llegar ella como una experiencia motivadora y, sobre todo, enriquecedora”, detalló.
Un método didáctico francés
La docente, que también se desempeña como directora del taller creativo Confetti, suele aplicar en sus cursos y talleres el método impulsado por el artista francés Hervè Tullet, que se basa, justamente, en la creación espontánea, mediante la imaginación.
“Partiendo de la enseñanza de conceptos básicos de dibujo y pintura, así como también de distintas técnicas, cada chico desarrolla ciertas consignas según su capacidad de comprensión y sus motivaciones. Para ellos, hacer las cosas de esta manera les resulta muy divertido”, aseveró Marianella.

Exponer en el museo
Finalmente, otro dato a tener en cuenta es que en el presente taller también se darán a conocer los objetivos y el funcionamiento de un museo. “Aprenden que el museo es una especie de caja de seguridad donde se guardan obras que pertenecen al patrimonio cultural local. Son una herencia que debe ser cuidada y conservada. Los chicos van entendiendo que sus creaciones son valiosas y que también pueden llegar a ser parte de eso”, finalizó Rivas.
 

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