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El juez de Paz que actuó en el desalojo de la maestra explicó el proceso

“Los desalojos son traumáticos; hay quienes no se quieren ir y otros quieren recuperar su propiedad”, dijo el juez de Paz Raúl Aguilera Mezanza con respecto a lo que marca la ley en el caso de la maestra desalojada.
Domingo, 06 de mayo de 2018 00:00
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Un polémico desalojo a una maestra motivó denuncias de supuestos malos tratos. El juez de Paz de Rosario de Lerma, Raúl Aguilera Mezanza, dio su versión de los hechos, respaldado como comisionado ejecutor de una sentencia judicial.

El funcionario rechazó las acusaciones de la docente desalojada el viernes 4 de mayo, en oportunidad que se llevó a cabo una orden judicial de lanzamiento para dejar libre de ocupantes y bienes una propiedad con sentencia desde el 2017. Aseguró que el procedimiento se realizó de acuerdo a lo encomendado por el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de 8ª Nominación, y que en la casa nunca vivió a nadie, razón por la cual nunca se dieron como enterados del desalojo en proceso.

Lucila Coria, maestra de nivel inicial, fue a parar a la calle con sus pertenencias por no pagar alquiler de este inmueble, pero el día del procedimiento argumentó que el abogado Aguilera Mezanza la trató de mala manera e incluso espetó delante de ella la siguiente frase: "Agarrá tus cosas y pensá qué vecino te puede ayudar para sacar todo", al mismo tiempo la mujer denunció al juez de Paz por hurto y retención indebida, porque señaló que eran "basura" los elementos de trabajo y herramientas de su hermano que quedaron dentro de la casa desalojada.

El desalojo ocurrió la mañana del 27 de abril en la calle Destructor Rosales del barrio Villa Mercedes de Rosario de Lerma. "Los desalojos de por sí son traumáticos y conflictivos. El que tiene que dejar la casa espera hasta último momento, y muchas veces de manera agresiva se niega, y también está la otra parte, que quiere su propiedad, cuyo derecho está amparado por las leyes", dijo el funcionario, quien lleva como juez de Paz varios años.

Aguilera es abogado y sabe muy bien cómo desarrollar este tipo de procedimientos: "La familia desalojada tenía sentencia para dejar la vivienda desde hace meses. Se dio aviso, llegaron las notificaciones y como nunca estaban, se las dejaba por debajo de la puerta. Su abogado (Santiago Pedroza) dijo en las declaraciones publicadas en El Tribuno que era una cuestión de humanidad esperar un día más para que esta familia se reubique en otro lugar. Él siempre fue notificado por el juzgado cómo avanzaba el proceso judicial y hasta que salió el desalojo, el abogado de esta familia estaba al tanto".

El juez de Paz relató que ese día procedió como marca la ley. "Recibí en mi despacho la orden para proceder con el total respaldo como comisionado ejecutor del juzgado interviniente. En todo sentido se actuó como marca la ley, se dio aviso a la señora, porque no salía nadie del domicilio a desalojar, la fuimos a buscar a la escuela, dimos aviso al abogado de la familia y en presencia del patrocinante legal de la dueña del inmueble, el Dr. Martín Fleming, se procedió a ingresar, a través de la apertura de la puerta por medio de un cerrajero. Todo esto está en el expediente y los exhortos del juzgado".

Sobre el maltrato a la mujer y al retención indebida porque se dejaron elementos de propiedad de los desalojados, Mezanza explicó "nunca le falte el respeto a la señora, ella estaba presente en el desalojo, vio cómo se sacó cada elemento. La casa estaba descuidada, sucia y llamativamente no tenía camas armadas en los dormitorios. Al fondo del inmueble quedaron cartones y basura".

El juez durante varios días previos al desalojo averiguó entre los vecinos de la vivienda cómo poder ubicar a los inquilinos: "Nos aseguraron algunos vecinos que no vivían ahí, incluso un perrito que tenían lloraba día y noche porque no le daban de comer", finalizó.

 

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