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Hombres y mujeres, famosos y poderosos, más o menos coquetos... Todos tienen o han tenido un peluquero -o peluquera- en sus vidas, esos que les cambiaron la imagen, les mejoraron algún estado de ánimo, los convirtieron en más llamativos o atractivos, los hicieron verse y sentirse mejor.
Son los estilistas presidenciales, de quienes poco se sabe pero mucho se ha visto.
Ayer fue el Día del Peluquero y vale homenajearlos con algunas historias sobresalientes, de aquí y de allá, de Carlos Menem y Cristina Kirchner, de Francia y de Estados Unidos.
Las patillas de Menem
Enrique Kaplan fue el primero en tratar el pelo y las patillas el expresidente, allá por 1989. Lo atendió por primera vez en su peluquería Adán, en la esquina de Tucumán y Uriburu, pero su función cambió cuando Menem ganó la elección.
Apenas asumió la presidencia Menem lo nombró director de Ceremonial. Kaplan empezó a trabajar en la Casa Rosada y a hacer carrera política. Tres años después fue nombrado subsecretario de Relaciones Institucionales de la Secretaría de Recursos Naturales y Medio Ambiente, presidida en ese entonces por María Julia Alsogaray. Según Kaplan, él nunca fue estilista del presidente sino un asesor. El que sí se reconocía como tal es Tony Cuozzo, probablemente la persona que todos tienen en el imaginario como peluquero de Carlos Menem, quien hizo incluir en el Tango 01 un sillón especial de peluquería, para que Cuozzo pudiera trabajar con comodidad en los viajes. A diferencia de Kaplan, él sí se reconocía como coiffeur de Menem.
Las demandas de Cristina
Lorena Morlote es una de las estilistas más reconocidas de Europa. Por su salón suelen pasar celebridades como Paris Hilton, Salma Hayek. Sus precios oscilan entre los 3 mil euros o incluso 15 mil euros si tiene que viajar a algún país árabe a trabajar. En el año 2015 dio una entrevista para un programa español y contó que entre sus clientas estaba la entonces presidenta Cristina Kirchner. Pero no quiso contar cuánto le cobraba a la mandataria.
Entre 2007 y 2015 una de las personas que más visitó la quinta de Olivos -según los registros de la propia Quinta- fue Sergio Rodríguez, peluquero personal de la presidenta. En ese período visitó la quinta 359 veces, es decir 55 veces más que el exsecretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli que realizó 304 visitas en esos años. Aunque los registros fueron seriamente cuestionados por tener varias irregularidades, el número indica que el peluquero estuvo ahí al menos una vez cada 8 días.
Los coquetos franceses
El año pasado se armó un pequeño revuelo cuando se supo que Emmanuel Macron, actual presidente de Francia, había gastado 26 mil euros en maquillaje en solo tres meses. Sin embargo, sus antecesores dejaron la vara alta: François Hollande, presidente anterior, tenía un peluquero personal que cobraba 9.895 euros al mes. Antes, Nicolás Sarkozy gastaba 8 mil euros al mes también en maquillaje.
Otras primeras damas
Durante los 8 años en que fue primera dama, el encargado del pelo de Michelle Obama fue Johnny Wright. La conoció en una sesión de fotos en el 2007 y poco tiempo después ya no dejaron de trabajar juntos. Wright se mudó desde Los Ángeles a Washington y paso a ser el hombre tras el pelo de Michelle. “¿Qué dice el cabello de Michelle sobre ella?”, le preguntaron de W Magazine, y respondió: “Debe comunicar su confianza, resistencia y audacia”.
Melania Trump, la mujer del actual presidente de los Estados Unidos, también tiene lo suyo. Su estilista desde hace casi diez años es Mordechai Alvow, un peluquero israelí. Según él, la primera dama nunca cambia de porque busca transmitir estabilidad.