inicia sesión o regístrate.
El país entero, cada ciudadano en su medida, está pendiente de lo que ocurra con la economía en estos días de transición y desconcierto. Los acontecimientos obligan a seguir, paso a paso lo que hacen el Poder Ejecutivo y los legisladores, con los márgenes de la política económica cada vez más acotados.
El ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, viajó a los Estados Unidos, con el objetivo entre otros el de mostrar que el superávit fiscal primario exigido por el Fondo Monetario Internacional fue cumplido durante el mes de agosto y comprometiéndose a cumplirlo en setiembre; la expectativa está atada al propósito de que este organismo libere, aunque sea después de las elecciones, la cuota del préstamo de US$5.400 millones, que está pendiente.
Lacunza pudo reunirse con la nueva titular del FMI, Kristalina Georgieva (quien asumirá el martes), quien le aseguró que la Argentina "estará al tope de sus prioridades". La gentileza no estuvo mal, pero el organismo desalentó la posibilidad de un pronto desembolso. "Habrá que esperar un rato", hizo saber.
En la historia de nuestra economía, expresiones como "el peso tiene valor, el que apuesta al dólar pierde", que instaló en la memoria de los desaguisados argentinos a Lorenzo Sigaut, el ministro del general Viola; "Les hable con el corazón y me contestaron con el bolsillo", como sintetizó el ministro alfonsinista Juan Carlos Pugliese y de ese modo, sintetizó la frustración de la política frente a las férreas leyes de la economía. La catarata de palabras simbólicas (desagio, tipo de cambio múltiple, retenciones, cepo, corralito, acuerdo de precios y salarios, indexación, pesificación asimétrica, mega canje, default, pesificación, reestructuración, DJNI, refinanciación y ahora reperfilar), generan escozor entre los inversores y espanto en la ciudadanía.
Negociación y reperfilamiento
En este articulo analizaremos las diferentes alternativas por la que atraviesan las negociaciones para el reperfilamiento de los títulos de nuestra deuda soberana. El objetivo es comentar el estado de las mismas, las probables soluciones y las propuestas realizadas por el oficialismo y la opinión del candidato a presidente más votado en las recientes PASO.
El Gobierno envió al Congreso el proyecto de ley de Reperfilamiento de la Deuda, en cuyo articulado destaca una cláusula de acción colectiva a los bonos emitidos bajo legislación argentina, para que los tenedores de estos títulos puedan manifestar su aceptación a la solicitud realizada por el Poder Ejecutivo Nacional.
Para ser más precisos, este proyecto pretende equiparar a los bonos de legislación local con los de legislación extranjera para determinar si hay acuerdo en un determinado porcentaje de tenedores de títulos para que el resto de los inversores involucrados tendrán que aceptar sin poner objeciones (recordemos que Argentina tuvo que pagar en el último default (2001-2002) un importe significativo a los bonistas que en tiempo y forma no aceptaron la refinanciación negociada de estos títulos).
Este es el mensaje del proyecto que envió el Poder Ejecutivo relacionado con el "reperfilamiento de la deuda pública argentina", que según fuentes confiables, fue consensuado con los enviados del Dr. Alberto Fernández, con Guillermo Nielsen encabezando el equipo.
"Es importante despejar el horizonte financiero argentino de corto, mediano y largo plazos, no solo de este mandato sino también del próximo, para disipar los riesgos de incumplimiento, hoy implícito en las cotizaciones de los papeles argentinos, influidos por el estrés de liquidez de corto plazo y no por reales fundamentos de solvencia de la deuda argentina".
El consentimiento
El articulo dos del proyecto dice textualmente: "A partir de la entrada en vigencia de la presente ley el Poder Ejecutivo Nacional, podrá solicitar a los tenedores de una o más serie de títulos de deuda pública nacional emitidos bajo legislación nacional, su consentimiento respecto de cualquier modificación de los términos y condiciones de dichos títulos".
El texto destaca que solo se refiere a los títulos de deuda emitidos con legislación argentina; entre lo más importante, determina los porcentajes de quita de valor de los mismos, plazos de vencimientos y eventuales renegociación de intereses con los tenedores que aprueben la propuesta para hacerlo extensivo al resto.
Lo que se busca es ordenar con consenso la forma que se hará el reperfilamiento de la deuda, no solo por una decisión del Poder Ejecutivo Nacional sino por medio de una ley que equivale a la ratificación del Congreso, es decir, la voluntad de todos los ciudadanos del país.
En base a las negociaciones se verá cuantos bonistas entran en el canje y aceptan los nuevos plazos para los pagos de capital y las formas y porcentajes de liquidar los intereses.
Con estas negociaciones, hoy llamadas "reperfilamiento de la deuda pública con legislación nacional" se pretende sentar un precedente con los tenedores de los demás títulos con legislación extranjera que se pretende modificar que suman US$32.000 millones.
El Gobierno busca con este proyecto lograr un consenso que englobe a una mayor cantidad de tenedores de deuda, para estos casos se deberán aplicar las cláusulas de acción colectiva (CAC), que entre las más importantes podemos distinguir a tres grandes grupos:
* Los actuales. Para los bonos emitidos por el actual Gobierno, con legislación Nueva York, se tendría que llegar al 75% de aceptación por serie individual, para que los cambios en las condiciones sean extensibles al resto, pero la exigencia de aceptación baja al 65% promedio cuando sea más de una serie (con piso del 50% en cada una).
* Los más viejos. Los bonos con legislación Nueva York emitidos en los canjes anteriores, los montos de aceptación son más altos (85% y 66% respectivamente) y más complicado.
* Los bonos con legislación argentina no tienen cláusulas de acción colectiva y podrían incluirse los porcentajes y condiciones incluidos en el proyecto de reperfilamiento enviado al Congreso. Lo cierto es que el Poder Ejecutivo quiere renegociar la deuda en títulos públicos y para ello es necesario que el Congreso apruebe el reperfilamiento de por lo menos los títulos emitidos con legislación argentina para darle legitimidad a la negociación y a los que tienen cláusula de legislación de otros países que sirva de antecedente.
Hoy la incertidumbre es muy grande como así también las opciones que tiene nuestro país; quizá, lo peor que podemos imaginar sería un escenario parecido al 2002-2005, cuando se realizaron grandes quitas del valor de los títulos y amplios plazos e intereses, sin cumplir con el pago en algunos casos que terminaron con juicios millonarios.
Quizá a los tenedores de títulos no les moleste la ampliación del vencimiento de sus inversiones; lo que sí les importa es el cobro de los intereses y esto se determinará de acuerdo a lo que la política determine, dentro de los márgenes y condiciones que imponga las negociaciones con el FMI.