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21 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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Quédate en casa, médico cubano

Viernes, 24 de abril de 2020 00:00
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Nadie tiene animadversión acerca del pueblo cubano, aunque haya manifiesta reticencia en mucha gente con respecto al régimen que lo gobierna. Casi todos reconocemos todo lo que se ha hecho en materia de salud pública en Cuba apoyada fudamentalmente en la atención primaria de la salud o del primer nivel con sus médicos, enfermeros, técnicos y agentes sanitarios.

Todos los médicos y no médicos recordamos y celebramos al doctor Carlos Juan Finlay y Barré, médico cubano que el 14 de agosto de 1881 informó sin ser comprendido por la asamblea ordinaria de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, su investigación "El mosquito hipotéticamente considerado como agente de transmisión de la fiebre amarilla". También a José Martí que fue un escritor y político de origen cubano. Político republicano democrático, pensador, periodista, filósofo y poeta cubano, creador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la guerra del 95 o guerra necesaria, llamada así a la guerra de Independencia de Cuba. No sólo perteneció, sino inició el movimiento literario llamado modernismo. Recordamos también a Santiago Ramón y Cajal (premio Nobel de Medicina 1906) que enfermó de paludismo en la Habana (1877).

Con o sin pandemia, la Argentina no necesita la colaboración de los médicos cubanos. No hay ninguna duda acerca de la veracidad de que la Argentina exhibe una de las mayores proporciones de médicos por habitante del mundo. Los números considerados mundialmente como óptimos indican 750 a 1.000 habitantes por médico, en algunas ciudades tienen 100 habitantes por médico.

Recordemos lo que le ocurrió a René Favaloro cuando alguna vez sugirió el cierre transitorio de los centros universitarios de formación médica y al ministro de Salud Pública de la Nación Ginés González García en otra administración cuando dijo que la Argentina no necesita más médicos sino mejores médicos.

En la actualidad se estima que sólo un 20-25% son médicos generales y un 75-80% son especialistas, cuando debería ser a la inversa. Los médicos son junto a los enfermeros actores principales de todo sistema de salud.

La calidad de la asistencia sanitaria depende de los médicos, de su capacidad y conocimientos, de su voluntad de hacer, de sus condiciones éticas y de los medios que se le proporcionen. Es una cadena de eslabones sin espacio para la irresponsabilidad, la ligereza, la ignorancia o la ceguera conceptual.

Es cierto que hay mala distribución de médicos en Argentina. La cantidad de médicos es excesiva y su distribución es peor ya que la mayor parte de los más de 200 mil profesionales de la salud que hay en el país está concentrada en grandes metrópolis, mientras que en el interior hay escasez de facultativos. La Argentina es el segundo país con más médicos por habitante, detrás de Italia, al contar con un médico cada 200 personas. Pero mientras en la Capital ejerce un médico cada 30 habitantes, la provincia de Chaco tiene apenas uno cada 1.000 personas, y además con una situación epidemiológica más complicada.

La medicina es la disciplina con mayor cantidad de profesionales matriculados, seguida por el derecho, las ciencias económicas; la psicología y la odontología. Así, los médicos representan el 23,26 por ciento del total.

En la Argentina hay un enfermero cada 480 habitantes. Tenemos muchos médicos matriculados, pero carecemos de la cantidad necesaria de enfermeras. Hace tiempo que el número de profesionales médicos crece a una tasa anual mayor que la población. En la Argentina existen al menos el doble de médicos de los que se necesitan y solo el 38 por ciento de las enfermeras requeridas. El promedio argentino de un médico cada 200 personas más que cuadruplica la relación médico-paciente de otros países.

La paridad aceptada es de tres enfermeros por cada médico que estableció la Organización Panamericana de la Salud (OPS) como meta. El sistema de atención médica de la Argentina tiene un déficit que supera las 90 mil enfermeras mientras que la cantidad de médicos excede largamente la media internacional. En el país hay una enfermera cada cuatro médicos, cuando debería ser a la inversa. Por cada cinco médicos que egresan al año, se recibe un solo enfermero.

El trabajo de la enfermería es clave para mejorar los servicios de salud; se estima que al aumentar un 10% las enfermeras formadas en la universidad, disminuye un 6% el número de muertes de los pacientes hospitalizados.

Las clínicas y hospitales requieren personal con cada vez mayor especialización, y la necesidad de enfermeras impulsó a instituciones de enseñanza de todo el país a establecer carreras para la formación de profesionales. Además de incorporar los nuevos conocimientos de los progresos científicos, la medicina clínica se enfrenta a una variedad cada vez más compleja de epidemias globales. En el terreno de las enfermedades infecciosas, estas incluyen la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana/sida, tuberculosis, paludismo, enfermedades de transmisión sexual, síndrome respiratorio agudo grave o severo, dengue, coronavirus y numerosos procesos en los que el agente infeccioso se ha transmitido de los animales, incluidos los pájaros, al ser humano; el 75% de las enfermedades infecciosas emergentes se originan en animales. Puesto que los seres humanos y los animales de compañía viajan globalmente, las enfermedades lo hacen de la misma forma. Por lo tanto, es posible afirmar con certeza, "cualquier enfermedad observada en cualquier parte del mundo, puede detectarse en todo el mundo". Cada cierto tiempo, aparece una nueva epidemia global que constituye un hecho sin precedentes y, en parte, refleja el aumento de las dificultades para tratarla.

En un mundo cada vez más globalizado, estos retos irán en aumento y será preciso abordarlos. Debemos seguir empeñados en la medicina con su énfasis curativo, y en la salud pública de la población, poniendo el acento en la prevención y en la participación y convergencia de la investigación, la educación y la asistencia sanitaria del paciente/población.

 

 

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