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Tres o cuatro décadas se merecen un festejo. Así lo pensó Laura Marín que cumplió 40 en plena cuarentena. Las ganas de celebrar se cruzaron con las medidas preventivas que se deben cumplir durante la cuarentena, así que si bien el día del cumple pasó entre los miembros de la familia que conviven a diario, el gran festejo esperara unos meses, pero se hará. “La verdad es que tuve un poco de nostalgia, pero conté con los mensajes y llamadas de las amigas, hice zoom con la familia y mi mamá me mandó una torta de sorpresa. Todo eso hizo que me sienta mejor”, contó Laura, que recordó que el cambio de década amerita un festejo, siempre y cuando la situación económica acompañe. Es más, la familia de Laura no descarta una gran fiesta entre todos los cumpleañeros de la cuarentena. “Por ahora fue solo el mío pero como no sabemos hasta cuando puede durar, ya pensamos en un multicumpleaños”, agregó esta periodista que destacó que lo que más extrañó fueron los abrazos.
El cumple de Carolina Minola llegó justo con la cuarentena. Fueron los 30 y, este año, la idea era festejarlo con una gran fiesta, que incluía Dj, cotillón y letras gigantes con el número del cumple. Caro cumplió el 18 de marzo y la fiesta iba a ser el 21, pero el 19 se declaró la cuarentena y el festejo se disolvió. En medio de esta vorágine, Carolina llamó a la dueña de la casa de campo que había alquilado, al servicio de catering, al Dj y a quienes le habían alquilado los juegos de living y las letras. “Todos fueron muy comprensivos y estaban tan desconcertados como yo. Si bien no me devolvían los adelantos, sí acordamos que cuando se salga de la restricción de reuniones sociales, arrancábamos de nuevo con mi festejo”, contó la mujer que está muy decidida a seguir adelante con la fiesta. Es más, ya son cinco los amigos que cumplieron durante estos meses, así que la fiesta será grupal.
Desde el 18 de marzo, en la familia de Carolina Minola hubo dos cumples más. Uno de sus hermanos cumplió el 6 de abril y su mamá el 9 del mismo mes. “Ahí fue peor todavía, porque estaban todas las medidas mucho más estrictas. No teníamos dónde comprar un regalo”, agregó la joven.
Pero el ingenio de la familia, para pasarla lo mejor posible, se agudizó. El cumple de su hermano lo pasaron en familia, con delicias caseras desde las 0 horas del inicio del día del cumpleañero. El festejo de la mamá fue igual pero en este caso, ante la falta de comercios abiertos, los Minola buscaron una caja de zapatos y la envolvieron con un hermoso papel y un gran moño. En el interior, la mamá encontró un bota dibujada en papel que decía “vale por un par de botas para cuando salgamos de la cuarentena”.
A la espera de mejores épocas, donde ya se pueda recibir a los amigos y demás familiares, Laura Marín y Carolina Minola, esperan poder festejar a lo grande, antes de que llegue el 2021.
Tortas diferentes y mimos ricos
Carola Gauna ofrece servicios de catering y mesas dulces. Antes de la cuarentena, varios de sus clientes ya estaban pagando sus servicios. Después del 19 de marzo, con la resolución del aislamiento social, las fiestas se cancelaron y Carola todavía espera el ver cómo se reorganizarán estos eventos. De pronto la actividad de Carola se frenó y por algunas semanas no llegaba ningún encargo. A casi un mes de la cuarentena, los festejos familiares comenzaron a reordenarse, sobre todo aquellos que eran para agasajar a los más chicos de la casa. Sin fecha clara de cuando se levantarían las restricciones, las familias empezar los pedidos de tortas.
“Son tortas pequeñas, de no más de 2 kilos, porque se trata de festejos de cuatro o cinco personas como mucho. En particular los pedidos eran para los pequeños. Uno de ellos pidió una torta de coronavirus. Se lo hice y fue todo un éxito. La mamá estaba recontenta”, recordó Carola que también cumplió con los pasteles temáticos de Peppa Pig y Frozen.
Entre los pedidos, estuvo una torta para una chica que cumplió los 15 y otra que hizo un baby shower. “La chica del baby shower lo había suspendido pero cuando vio que esto se extendía resolvió hacerlo igual. Fue al medio día y todas las amigas participaron con video llamadas”, detalló.
Gabriela Obeid también tiene un servicio de catering, y en su caso los grandes pedidos se redujeron y terminaron siendo perniles pequeños, algunas tortitas y bocaditos.
Pero con el paso de las semanas, los clientes fueron buscando la forma de acompañar a sus seres queridos en los festejos de cumples y aniversarios. Así comenzaron a multiplicarse las bandejas de desayunos, cenas para dos personas con globos y decoraciones y hacerles sentir que pese a todo “no están solos”.