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“En la exitosa gira que realizó Boca por el Viejo Continente también nació otro mito, el del jugador número 12, Victoriano Caffarena”, cuenta Germán Origuela, autor del libro “La gira del 25, historia gráfica de la gira por Europa”. Es que Toto, como le decían, vendió una propiedad para ayudar a costear el viaje, cubrió los gastos de varios jugadores y durante esos cinco meses ofició de masajista, utilero, aguatero, delegado, técnico, posaba para las fotos en la formación. Se hizo amigo de los futbolistas, organizó salidas recreativas en el barco y en las distintas ciudades.
“El jugador número 12”, empezó a llamarlo Cerroti, mucho antes de elegirlo como padrino de uno de sus hijos.
Por esa gira, siempre contó Alberto J. Armando que se hizo hincha de Boca durante su infancia en Córdoba, mucho antes de convertirse en uno de los presidentes más importantes de la historia del club. No por nada en 1955, en el 30 aniversario de la gira, le entregó una plaqueta a Caffarena para reconocerlo oficialmente como el Jugador Nº 12.
En los libros del club, aparece que Toto se hizo socio en 1922, tres años antes de la gira, también fue creador en 1926 de La marcha de Boca (le pidió a Italo Goyeche un himno y este lo compuso) y luego fue escribano del club durante muchos años.
Caffarena murió el 13 de agosto de 1972, pero el mito que él comenzó no paró de crecer.