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Manzur y León, dos de los apellidos más tradicionales entre los pioneros del norte

Jure, Skaf, Abraham, Nallar y Ángel son solo algunos de los apellidos más tradicionales del norte, pueblos a los que estos inmigrantes que provenían del Medio Oriente llegaron apenas iniciado el siglo XX. Y entre ellos los Manzur.
Sabado, 09 de octubre de 2021 01:15
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Ramón Manzur fue el pionero de esta familia de origen sirio que llegó al norte, pero como sus paisanos, vivió algún un tiempo en Buenos Aires seguramente trabajando duro en el puerto o donde hubiera una posibilidad de ganar unos pesos para emprender algo por sí mismo.
Con los años se tomó el tren hacia el norte y recayó en un puesto conocido actualmente como Icuarendá perteneciente al municipio de Aguaray. Acá se casó con doña Juana Barroso, una criolla con la que tuvo 8 hijos: Flavio, Efigenio, Pedro, Isidro, Sara, Isolina, Adela y Aurora, todos nacidos en Icuarenda. 

Los Manzurk, como sus vecinos, se dedicaron a la ganadería y se cuidaban entre todos, especialmente de los saqueadores que asolaban a estos puesteros que vivían de la venta de sus animales. Es deci,r a las dificultades de una zona que no tenía caminos, agua ni electricidad, había que sumarle el peligro de los malvivientes.
Isidro, uno de sus hijos, solía recordar que fue durante la guerra entre Bolivia y Paraguay que sus padres perdieron mucho ganado por el que habían trabajado tantos años, que hasta ese momento poseían y que constituían por lejos su principal actividad.
El clima bélico que vivía una región tan cercana a los límites con Argentina, pero sobre todo el hambre y la necesidad de las tropas tanto de uno como de otro país en conflicto, hacían que decenas de cabezas de ganado ubicadas en territorio argentino sean tomadas para sí por los ejércitos que se enfrentaban en esa contienda. Vivir, trabajar y hacer un capital en esos años, en un lugar tan inhóspito y difícil era solo para personas dispuestas a enfrentar todas las adversidades y trabajar duramente y casi sin descanso.

La descendencia

Los hijos de Juana y Ramón se dedicaron, algunos de ellos, a la actividad de sus padres como el caso de Flavio, el primogénito que se instaló en el Chaco salteño y que nunca dejó la actividad ganadera. Efigenio trabajó en YPF hasta jubilarse, Pedro se dedicó al comercio e Isidro, con los años, se transformó en un fuerte empresario de la madera. Juana falleció en 950 por lo que Sara, la mayor de sus hijas mujeres, se hizo cargo de la atención de toda la familia.
Isidro Manzur, siendo un niño de pocos años, inició sus estudios primarios en el Colegio San Francisco de Tartagal hasta concluir el sexto grado. Pero Tartagal no le daba a los chicos de esa época la posibilidad de seguir avanzando en sus estudios. Quienes querían avanzar en su formación debían trasladarse a la ciudad de Salta, lo que resultaba muy oneroso para las familias del interior, por lo que solo unas pocas podían darse ese privilegio.
Pero Isidro necesitaba trabajar, por lo que demostrando un gran interés en aprender y formarse, llegó a conocer lo suficiente como un autodidacta. Estudiaba contabilidad a distancia en una academia y algo más aprendió cuando comenzó a trabajar en la tienda de la familia Farjat.
Con los años el muchachito se hizo un prestigio de modo que era requerido por otros comerciantes de la zona a quienes les llevaba la contabilidad de sus negocios.

La amistad con Daniel León

Pero su crecimiento empresarial llegó de la mano de un importante hombre de negocios de la zona, Daniel León, con quien Isidro comenzó trabajando como cadete.
Algunas décadas más tarde Isidro adquirió de su antiguo patrón una parte importante de sus empresas formada en el año 1946, ya instalados ambos en Buenos Aires y luego de haber cultivado una sólida amistad que duró hasta la muerte de León.
 

La bonhomía de un patrón como pocos

Isidro se dedicó a aprender todas las cualidades de patrón y posterior socio.

Isidro aprendió mucho de su antiguo patrón, un hombre amable, culto, de buen carácter, que solía tratar con la misma consideración y respeto con que trataba a sus pares empresarios, al más humilde de sus obreros. 
León era propietario de grandes extensiones de tierras en jurisdicción del municipio de Mosconi. Una de esas propiedades era la que años antes habían pertenecido a la firma Echesortu y Casas, propietarios de las tierras donde hoy se levanta la localidad de General Enrique Mosconi.

Un hábil comerciante

León es recordado como uno de esos hombres que tienen como condición innata una gran habilidad para las finanzas y que saben ver la posibilidad de concretar un buen negocio donde el resto ni siquiera lo imagina; se había iniciado en los negocios de la madera con otro antiguo poblador de la zona, don Agustín Aloy.
Luego de adquirida la propiedad de Echesortu y Casas, León vendió parte de esas tierras a los hermanos Chibán, importantes comerciantes que tenían su negocio en la actual calle Rivadavia.

La actividad política

Pero Isidro no solo limitó su actividad a los negocios, sino que le dedicó muchas horas a la política junto a algunos hombres de aquella época que ambicionaban ver crecer a su pueblo, más allá de las diferencias ideológicas o los partidos políticos en los que militaban. Isidro era de la Unión Cívica Radical Intransigente, una renovación de los radicales conservadores de la época. Llegó a ocupar el cargo de concejal entre los años 1958 y 1960, cuando los ediles de ese entonces cobraban una dieta que no superaba el sueldo de un empleado municipal. Si bien la remuneración era percibida por todos ellos, poco duraba en sus bolsillos, porque inmediatamente era donada a las comisiones vecinales con la que los ediles trabajaban mancomunadamente.
 

El intendente Rodolfo Justo Nazar, bien recordado

Fue intendente a mediados del siglo XX y emprendió muchas obras.

Por aquellos años resultó electo intendente de Tartagal el doctor Rodolfo Justo Nazar, uno de los hombres que supo concretar la mayor cantidad de obras para el pueblo y que contó con el apoyo de aquellos concejales.
Todos tenían un objetivo común: el bienestar que los 12.000 habitantes que en esos años poblaban Tartagal.

Cuerpo de concejales

 Miguel Montes, Juan Angel, Simón Salomón, César Nallim e Isidro Manzur conformaban el cuerpo de concejales de ese entonces. 
Fue en el año 1961 cuando la esposa de Isidro -Carmen Inés Tobar- comenzó a padecer una delicada enfermedad por lo que decidieron dejar Tartagal, luego que nació el último hijo del matrimonio.
Fue el doctor Koissman, un recordado médico de aquellos años quien le recomendó a Isidro llevar a su esposa a Buenos Aires porque su vida, sin un riguroso tratamiento médico, corría peligro.
De esa manera el matrimonio con sus tres hijos se instalaron en la gran ciudad.
En Buenos Aires siguió su trabajo junto a Daniel León, su socio y amigo de tantos años.
Así como Isidro y sus hermanos, son numerosos los descendientes de aquellos pioneros que llegaron al norte salteños como inmigrantes, con ganas de forjarse un destino y lo supieron lograr.
 

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