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El síndrome del “gato volador” o de “grandes alturas” describe el conjunto de lesiones padecidas por el animal que cae desde alturas sustanciales, por lo regular de 2 o más pisos.
Este síndrome es más común en gatos jóvenes residentes en áreas urbanas. El término “grandes alturas” hace referencia a los edificios altos desde donde caen los animales. Cerca del 90 % de los gatos afectados sobrevivirán.
Un estudio retrospectivo reciente sobre el síndrome del gato volador mostró que un 3% murió con la caída, el 37% requirió tratamiento de sostén, un 30% necesitó terapia, aunque no de emergencia, y el 30% restante no tuvo necesidad de ningún tipo de tratamiento. Los gatos que sobreviven 24 horas después de la caída rara vez fallecen por causas relacionadas con este síndrome.
Las lesiones comunes padecidas por el síndrome del gato volador, con sus frecuencias aproximadas de presentación, son las siguientes:
- Traumatismo torácico: 90%.
- Contusiones pulmonares: 68%.
- Neumotórax: 63%.
- Heridas (faciales, en extremidades o tronco): 56%.
- Fracturas de extremidades: 39%.
* Simples: 22%.
* Múltiples: 17%.
- Luxaciones (extremidades, pélvicas o ATM): 17%.
- Fracturas dentales: 17%.
- Fracturas del paladar duro: 17%.
- Fracturas mandibulares: 9%.
- Hematuria sin ruptura vesical: 4%.
- Fracturas de costillas:3 %.
- Fracturas pélvicas: 3%.
- Fracturas vertebrales: 2%.
- Ruptura de vejiga urinaria: 2%.
- Hemoabdomen: 2%.
- Hernia de pared abdominal: 2%.
Existe un incremento lineal de las lesiones soportadas por caídas desde distancias de hasta 7 pisos. Por encima de este nivel, el número de daños (especialmente por fracturas) se nivela o disminuye. Esto ocurriría porque los gatos que caen de más de 7 pisos han alcanzado su velocidad terminal de caída (debido a la masa y el arrastre corporal la velocidad que alcanza), punto en el cual el aparato vestibular ya no es más estimulado.
Antes de alcanzar la velocidad terminal (menos de 7 pisos), la continua estimulación vestibular provocaría rigidez en los miembros y el fracaso en la preparación máxima para el aterrizaje horizontal. Esto ocasiona un área desigual y más pequeña de distribución de las fuerzas de impacto que, junto con las extremidades rígidas, produce un mayor número de lesiones.
Después de alcanzar la máxima velocidad (superior a los 7 pisos), el gato asumiría una postura menos rígida y más horizontal. Estos animales están más preparados para el aterrizaje y distribuyen la fuerza del impacto más uniformemente en todo el cuerpo, lo que evita el incremento y en algunos casos reduce, el número de lesiones padecidas.
Diagnóstico
Anamnesis: la mayoría de los gatos afectados no fueron observados en el momento de la caída, por ello es necesario interrogar al dueño sobre la posibilidad de este fenómeno.
Examen físico: examinar en busca de las lesiones más comunes.
Radiología: se debe realizar una vez que el paciente se encuentra estable.
Tratamiento
Si el paciente está disnéico o estresado, se debe efectuar toracocentesis y administrar oxígeno antes de realizar cualquier procedimiento diagnóstico.
Soporte hídrico, implementar fluidoterapia, si es necesario, en caso de choque o deshidratación. La fluidoterapia prolongada puede ser necesaria si existe traumatismo oral.
Reparación de fracturas, heridas y otras lesiones se deben realizar si se está estabilizado.
Pronóstico
Es bueno a excelente para la recuperación y sobrevida a largo plazo, en tanto se suministre la terapia emergentológica inicial satisfactoria.