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Las peleas entre hermanos: el mayor vs. el menor

La opinión de Bernardo Stamateas
Sabado, 05 de junio de 2021 14:53
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Hoy quiero invitarte a reflexionar sobre el vínculo fraternal y específicamente sobre las peleas entre hermanos. Básicamente los hijos buscan dos cosas. Primero, diferenciarse del otro. Esto explica por qué muchas veces los hermanos son como el día y la noche. Uno es introvertido y el otro es extrovertido. A uno le gusta la música y al otro, las matemáticas. 
Esta diferenciación es una manera de construir su propia identidad y los padres siempre tienen que marcar las similitudes, pero también las diferencias. Por diferencias, no me refiero a comparar a un hijo con otro; sino a marcar la elección de cada uno que lo diferencia del otro y celebrarla. 
Y, segundo, ocupar un espacio en el corazón de los padres. Es decir, sentir que, aunque son distintos, no hay diferencia de jerarquía ni de capacidad. Mamá, papá, recordá esto: ni la comparación ni los rótulos sirven para nada. Los padres deberíamos pasar tiempo con cada uno de nuestros hijos como también lo hacemos todos juntos. Para cada hijo tener la seguridad de que tiene un lugar en el corazón amoroso de mamá y de papá es fundamental. 
Por lo general, el hijo mayor es quien recibe primero todas las expectativas de los adultos. Ya que es el primer bebé, el primer pañal, el primer nieto, etc. Recibe tanto las expectativas como las idealizaciones o los proyectos no resueltos de sus padres o abuelos. En ocasiones, este hijo mayor ocupa el lugar de autoridad y se convierte en el héroe, el fuerte, el salvador; mientras que los hijos menores ocupan el lugar de libertad. 
Esto sucede porque, cuando nace el segundo o el tercer hijo, la exigencia es menor. Entonces el hermano mayor que tiene autoridad admira al hermano menor que tiene libertad; y, al mismo tiempo, el menor que disfruta de su libertad admira y desea la autoridad que tiene el mayor. 
El vínculo fraterno es un laboratorio para ensayar discusiones y peleas, lo cual es normal; pero los hermanos nunca deberían salir lastimados. Puede haber un ganador y un perdedor en determinadas discusiones, ya que uno tiene más razón que el otro, pero jamás debería haber agresiones que terminen hiriendo a alguien. 
Ocurre muy a menudo que los hermanos pelean y dejan de hablarse. Por ejemplo, trabajaban juntos y, ahora, se odian y están distanciados. Lo cierto es que, detrás de todas las peleas entre hermanos, se halla una lucha inconsciente por el amor de los padres. Muchos expresan: ”Mamá o papá te quería más a vos que a mí“. Pero esta sensación proviene de cómo cada uno construyó la relación. 
Cada ser humano, aunque tenga más de un hermano, construye su propia narrativa, su propia historia. Y no siempre es la misma. Detrás de muchas desavenencias entre hermanos está siempre el amor de los padres. No se discute por la herencia sino por sentir que mamá o papá tenían preferencia por el otro. Ahora, cuando los hermanos pueden sentarse a hablar, se desarma este sentimiento y se dan cuenta de que el vínculo es hermoso y extraordinario. Ahí se produce el crecimiento.
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