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1 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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Subsidiando la decadencia

Jueves, 15 de julio de 2021 02:34
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Muchos son los factores que han incidido para que nuestro país haya caído en una espiral descendente en diversos aspectos, tales como institucionalidad, calidad de vida, desarrollo económico, etc.

Es verdad que en la decadencia argentina de los últimos tiempos tiene mucho que ver la calidad de los gobiernos y la ambición de muchos políticos de mantener su presencia e incidir en el control de los asuntos estatales.

De acuerdo con quién se hable, se podrá tener una opinión sobre cuál es el factor que dio origen a este proceso decadente que vivimos en el presente, pero hay un común denominador, estamos en decadencia.

Desde los inicios de la existencia de nuestra nación hasta el día de hoy la República Argentina vivió procesos de consolidación de las instituciones y desarrollo económico que en algún momento a comienzos del siglo XX posicionaron al nuestro entre los primeros países del mundo.

Desde mediados del siglo XX venimos en un pronunciado descenso en comparación con el promedio mundial. Hubo cortos períodos que nos ilusionaron ante tasas de crecimiento relativamente altas, pero esos periodos terminaron y volvimos a caer en el tobogán descendente.

Hoy en día vivimos las consecuencias de las malas decisiones tomadas por la conducción política. Las reformas constitucionales sobre los órganos de control y forma de elección del presidente no tuvieron los resultados que se esperaban. La Auditoría General de la Nación no se acerca a lo que fue el Tribunal de Cuentas de la Nación. La politización de los órganos de control no brinda un camino acertado para fortalecer efectivamente el control, la política no debe elegir a quien la controla y los designados no deben tener vínculo con la política, en otras palabras, deben ser independientes.

La inestabilidad en la política de control surge de lo dispuesto por el Art. 85 de la Carta Magna, al establecer que "el control externo del sector público nacional... será una atribución propia del Poder Legislativo"

El marco normativo del funcionamiento y composición lo dicta uno de los controlados, el Poder Legislativo, cuya composición cambia cada dos años, la presidencia cambia al cambiar la composición legislativa, pues ese funcionario es designado a propuesta del partido político de oposición con mayor cantidad de representantes en el Congreso.

La forma de elección del Presidente también ha cambiado y el colegio electoral, que daba mayor peso a las provincias en su decisión, ya no existe; se elige por mayoría de votos en distrito único, lo que significa que las provincias más pobladas son las que tienen mayor incidencia en la elección, esto ha llevado a que los gobiernos se concentren en esos distritos, descuidando los menos poblados, ya que poco aportan en número de votos al momento de elegir presidente.

 

La inclinación de los sectores políticos gobernantes a perpetuarse en el manejo de la cosa pública incide negativamente en el desarrollo armónico y equilibrado del país, las inversiones, subsidios y planes de desarrollo se focalizan en las áreas mas pobladas y, en consecuencia, las regiones marginales son postergadas a pesar de la increíble potencialidad que tienen.

Es curioso que los gobiernos de provincia hoy requieran de la Nación subsidios a las tarifas en los servicios públicos y no justicia tributaria o planes de distribución de inversiones públicas o promoción de inversiones. En fin, es lo que hay en las mentes de quienes nos gobiernan: subsidiar el consumo y no incentivar la inversión y el crecimiento de la producción con regímenes tributarios que alienten la producción y el crecimiento además de un plan integral de desarrollo del país que se convierta en política de Estado.

¿De que sirven los subsidios al consumo si la producción no crece?

El proceso de decadencia no puede ser revertido si quienes gobiernan siembran división y odio entre los habitantes para consolidar su permanencia en el poder. La abundancia de críticas al gobierno anterior no soluciona el futuro, no recompone las cuentas fiscales ni mejora el humor social. Solo es un mecanismo para distraer a la gente y mantener ocultos los errores de conducción y la incapacidad de los responsables.

La persecución al "campo" mediante la instalación mediática de que se trata de una casta privilegiada que se lleva a su bolsillo "el esfuerzo de los argentinos" es la modalidad de engaño y creación del enemigo que justifica aliarse al Gobierno para derrotarlo.

Es lamentable las acciones del Gobierno en ese sentido. El campo no le quita nada a nadie, ni a los habitantes ni al gobierno; todo lo contrario, el Gobierno es el que se ha llamado a saqueo de la riqueza que el campo genera.

El Gobierno no aporta nada al campo, ni obras ni ayudas, solo dicta normas para quedarse cada vez con una mayor tajada de lo que produce, entorpece el desarrollo productivo, crea trabas burocráticas y mecanismos discrecionales en manos de funcionarios, etc. La creación y aumento de la burocracia y la discrecionalidad en manos de los funcionarios es la piedra angular de la corrupción, es donde los funcionarios se escudan para pedir "dádivas" a cambio de autorizar trámites.

La degradación se expande por el país. En las próximas elecciones legislativas es necesario equilibrar el poder fortaleciendo la oposición. La concentración del poder de decidir solo en manos de un sector político nos lleva a incrementar la velocidad de caída en este proceso decadente. Lo estamos viviendo.

El actual presidente insiste con sus bloopers y erosiona su autoridad; el último desacierto revelador de su desconocimiento de la historia de Argentina quedó en evidencia al expresar que Macacha Güemes fue la esposa del General Güemes; espero que no piense que General Electric comandó alguna de las invasiones inglesas

 

 

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