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La salteña detrás de las melenas de Martita Fort y Charlotte Caniggia

Anabel Cardozo relanzó su emprendimiento de postizos naturales en marzo. Su cartera de clientes famosas sigue creciendo. Ahora Wanda Nara usará sus productos.
Viernes, 01 de octubre de 2021 02:09
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 Recientemente, Martita Fort (17) mostró un increíble cambio de look que se hizo para iniciar las grabaciones de “El Comandante”, la serie documental en homenaje a su padre, Ricardo Fort, quien falleció en 2013. Aparte de la tintura de un tono rubio más claro que su color natural, la joven se puso extensiones y le hicieron unas mechas batidas. “Camino al rodaje”, escribió ella por Instagram y acompañó esa misiva con un video en el que se revela el proceso seguido por el estilista Cristian Rey para lograr en ella esa transformación favorecedora. “Las extensiones son de pelo natural y virgen”, aclaró la hija de Fort al agradecerle al proveedor de ese producto, @extensionesanavaldez. 

"Hoy tocó sorteo de belleza, chicas. Con las chicas de @extensionesanavaldez sorteamos una pony tail premium de 60 cm. Lo único que tienen que hacer para participar es seguirme, comentar con un emoji y ser seguidora de @extensionesanavaldez", publicitó en su cuenta de Instagram @chcaniggia Charlotte Caniggia, fechado el 5 de septiembre. 

Resulta que los tan ponderados postizos fueron realizados por manos salteñas. 

Anabel Cardozo es abogada y la cara visible del microemprendimiento familiar de postizos Extensiones Ana Valdez. 

Ella le contó a El Tribuno que cuando empezó a incursionar en este oficio era menor de edad y que recién se veían las cortinas de pelo natural por estas latitudes. “Siempre fui de poco pelo y sufría porque nunca me crecía, hasta puedo decir que esto me acomplejaba. Así es que cuando descubrí el mundo del pelo me enamoré y nunca más dejé de usar estos productos”, comentó. 

El uso personal la inspiró a fabricar postizos. “Yo siempre soñé con ser abogada y en un principio tomé a la posticería como un medio para pagarme los estudios; pero cuando empecé a trabajar -como tenía ensamblada la venta de postizos a mi Facebook personal y éramos chicas- atraíamos a acosadores, a gente que nada tenía que ver con el público al que iban destinados nuestros productos. Por eso, lo dejé con el nombre de mi mamá”, comentó. Añadió que su marca se diversifica en cortinas, colas de caballo, extensiones, casquillos y pelucas, todos elaborados con cabello natural. También especificó que las extensiones de cabello las hacen de manera artesanal, que van fijas al cuero cabelludo y que una vez puestas lucen como parte del pelo original. Mientras que las cortinas, en cambio, son tejidas. De acuerdo con ella, todas las opciones se ponen y quitan con facilidad, no necesitan mantenimiento y duran años. 

"Las extensiones son realizadas con cabello natural puro, de alta calidad, nada de mezclas, por eso duran años. Cuando ya no querés usarlas, podés convertirlas en ponytail, que es una tendencia actual en peinados, y así tenerlas como cualquier accesorio de belleza. Es increíble lo que un bonito cabello puede cambiar tu imagen", continuó. 

Los postizos son ideales para cubrir las zonas despobladas del cuero cabelludo, ya sea por la caída del pelo o quemaduras y cicatrices. Pero existe cierta reticencia de algunas mujeres a aplicárselas, debido a que aún les pesa la fama de que los materiales de las cintas a los que van cosidas no son transpirables, hipoalergénicos, cómodos o de fácil colocación. Anabel lo desmitifica. “Hoy hay sistemas nuevos que no dañan en absoluto el cabello, están por ejemplo las cortinas de vincha invisible, que no van fijas y son como ponerse un accesorio más en el cabello, o las ponytail, que vienen con una traba que se une al pelo”, detalló. 

Anticipó que está por innovar en el sistema de uso fijo con las denominadas extensiones tapes. “Estas van adheridas con una cinta importada, son las más cómodas y no dañan en absoluto el cabello. El sistema fijo de antes yo no lo recomiendo a cualquier clienta”, aclaró. Justamente, fideliza a quienes le compran on line con una atención personalizada, basada en la empatía. Contó que suelen contactar con ella por las redes sociales desde modelos, artistas y promotoras que cultivan una esmerada imagen a adolescentes o novias que buscan conseguir un peinado distinto para una ocasión especial. También quienes han perdido su volumen o incluso su grosor capilar a consecuencia de la menopausia. Y quienes padecen alopecia como efecto colateral de la depresión o la ansiedad. Dar más volumen, para relleno, para alargar... Los usos son muchos y entre las historias que Anabel escucha también las hay durísimas, de pacientes que atraviesan tratamientos oncológicos, que tuvieron pérdida capilar por accidentes o pasaron por cirugías complejas. “El cabello para mí es sinónimo de autoestima.

Me pasó que una chica muy triste y frustrada me llamara porque le acababan de quemar el cabello en la peluquería. Me pasó de recibir chicas que estaban atravesando problemas de estrés y por eso se veía afectado su cabello, o a chicas con enfermedades terminales a las que vi llorar cuando se veían con cabello nuevamente”, relató.


 

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