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Caso Del Río: planificó todo y fue delatado por su caminar

Su forma de andar descubierta en un video delató a Martín del Río, el parricida acusado de asesinar a sus padre en Vicente López.
Miércoles, 28 de diciembre de 2022 01:39
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"Sí, ¿cómo estás? Mirá… La mucama de mis padres me está diciendo que hay un problema en la casa de ellos. Que mis padres están muertos en el garaje, dice. Recién me acaba de llamar". Con ese llamado al 911, el 25 de agosto comenzaba la intervención policial en uno de los casos del año, el doble crimen de Vicente López en el que, pese a que planificó todo, desvió la investigación y descartó evidencia, Martín del Río terminó detenido como presunto autor del parricidio de sus padres.

El garaje de una imponente mansión de tres plantas ubicada en la calle Melo 1101 de Vicente López fue la escena del crimen. José Enrique del Río (75), abogado, expolicía y comerciante, yacía en el asiento del acompañante de su Mercedes Benz E350 con tres disparos: en la región cervical derecha, región intercostal izquierda y el último, en el muslo izquierdo.

A su lado, en el asiento del conductor, su esposa María Mercedes Alonso (72) tenía un único balazo, efectuado a menos de 50 centímetros de su rostro, que le ingresó por la zona superior de la ceja derecha y le produjo el estallido del globo ocular y una lesión que le causó la muerte en acto.

Ambas víctimas tenían abrigos y el cinturón de seguridad puestos, como si estuvieran preparadas para salir. El asesino los ejecutó desde el asiento trasero, con una pistola calibre 9mm. Había cajas embaladas en toda la vivienda y el entorno declaró que el matrimonio estaba a punto de mudarse a un lujoso departamento del edificio Chateau Libertador del barrio porteño de Núñez. Después, se supo que era otra mentira y que el hijo menor no había podido comprar ese inmueble.

Por el alto perfil y la complejidad del caso, se decidió conformar un equipo de tres fiscales: a Martín Gómez se le sumaron Marcela Semería y Alejandro Musso, dos de sus colegas en Vicente López. María Ninfa "Nina" Aquino, la empleada que hace 12 años trabajaba con el matrimonio Del Río, de inmediato se transformó en sospechosa.

Primero porque desde que llegó a la casona, tardó más de dos horas en descubrir los cuerpos en el garaje, después porque no notó el desorden que el asesino había ocasionado en algunos ambientes y hasta les entregó a los investigadores un casquillo de bala que dijo haber encontrado en el living.

Pero fue el menor de los hijos, Martín del Río, quien terminó de incriminar a "Nina" cuando le dijo a los fiscales que una foto que hallaron borrada en el celular de la mujer correspondía a una billetera que era una "reliquia familiar" donde su madre guardaba la llave de la caja de seguridad de la casa, que había sido vaciada. Después se supo que todo era un invento, era una carterita marca "Prüne" común y corriente que su patrona le había regalado.

La empleada terminó presa acusada de ser la "entregadora", los fiscales comenzaron a investigar quién pudo ser el o los autores materiales y allí apareció la figura que terminó de darle un vuelco a la causa: "el caminante encapuchado".

"¿Notaron cómo camina?"

Una cámara de seguridad captó llegar y salir de la escena del crimen a un hombre cubierto con gorra, barbijo y la capucha de un buzo azul. El sospechoso llegó a las 17.33 del 24 de agosto y salió una hora más tarde. En ese lapso, ejecutó a las víctimas, montó la escena y salió con otro abrigo gris colocado sobre el buzo y cargando una bolsa en la que se cree llevaba el arma homicida y el DVR con las grabaciones de las cámaras de la casa.

A los fiscales les llamó la atención la forma de caminar zigzagueante y con un aparente defecto en la pierna izquierda del sospechoso. En una de las veces que Martín de Río fue a la fiscalía la doctora Semería les preguntó a sus colegas: "¿Notaron cómo camina el hijo menor?". Y no se equivocó.

 

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