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Desde que el joven wichi Maximiliano Sánchez fue ternado en 2021 por la la Fundación Varkey y la UNESCO en el Global Student Prize,un reconocimiento mundial que resalta los esfuerzos de estudiantes extraordinarios, y del que participaron 3.500 postulanbtes de 94 países y llegaron a la final solo 50, su historia traspasó las barreras del monte chaqueño y mostró todas las luces y sombras de un genio escondido.
Se entrevistó con el presidente de la Nación, Alberto Fernández, y su foto sentado en el sillón de Rivadavia recorrió el país. El gobgernador Gustavo Sáenz estuvo atento a sus necesidades y lo visitó tres veces en la Misión Wichi en General Mosconi, donde vive en la pobreza, en silencio, como todos los de su etnia. Sin embargo, este joven que cumplirá 19 años el próximo 24 de enero, ha logrado sobresalir de sus imposibilidades, de su naturalizada falta de oportunidades, por una inusual sintonía de inteligencia y creatividad que lo definen. Maximiliano es solidario, visionario y paciente...virtudes de las que pocos pueden presumir.
"No puedo atenderte porque estoy en hora de trabajo pero a las 2 de la terde con todo gusto", le respondió a este medio que quería resaltar su trascendental historia.
Desde que fue noticia a nivel nacional ha pasado menos de un año, pero Maxi Sánchez ha crecido mucho.
Desde julio pasado Maximiliano trabaja en el Ministerio Público de la provincia de Salta como traductor wichí y hace apenas una semana egresó de quinto año. "Pude egresar en el BSPA ya que cambié de escuela por mi trabajo. Pude egresar bien, sin llevarme materias", expresó con fluidez pero manteniendo su forma de hablar lenta y pausada, una característica manera de expresarse de los wichís.
Maxi cuenta que por su trabajo en la Fiscalía ahora tiene que salir de Tartagal e ir a localidades como Embarcación y otras comunidades del Chaco Salteño para hacer de traductor de los funcionarios del Ministerio Público.
"Mis hermanos se sientes más contentos con mi presencia", expresó Maxi sobre una realidad innegable: la barrera de la lengua que los originarios tienen para cualquier gestiçon, lo que les genera un sinúmero de inconvenientes. Aunque parezca mentira, al idioma español pocos lo entienden y la lengua wichí, para los funcionarios de Justicia es un imposible. Maxi es el puente.
Con una historia trágica en su vida, Maximiliano Sánchez sigue residiendo en la comunidad wichí de Mosconi pero desde que se hizo más conocido, desde la provincia institucionalizó una beca para chicos salteños que lleva su nombre, este muchacho wichí, sigue creciendo con el afán de cumplir sus sueños, en base al esfuerzo personal, a la confianza en sí mismo y a una tenacidad que no conoce fronteras. Quiere ser un profesional y ayudar a los de su etnia, a los jóvenes como él que no han tenido su misma suerte, su misma oportunidad o su misma impronta.