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El líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, anunció ayer su decisión de no continuar en el cargo de la presidencia del bloque de diputados nacionales del Frente de Todos y explicó que su "paso al costado" se debe a "no compartir la estrategia utilizada" y "los resultados" de la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El paso a costado, que muchos interpretaron como portazo, fue leído como un nuevo golpe a la unidad del Gobierno de Alberto Fernández. No es casual que el hijo de la vicepresidenta Cristina Kirchner y el jefe de Estado mantengan una fría y distante relación.
Tampoco es la primera vez que Máximo actúa en dirección opuesta a la gestión Fernández: el 17 de diciembre dinamitó con un duro discurso en la Cámara Baja, el acuerdo del oficialismo y la oposición para dar luz verde al presupuesto 2022. Lo de ayer tuvo un sabor parecido.
"Esta decisión nace de no compartir la estrategia utilizada y mucho menos los resultados obtenidos en la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), llevada adelante exclusivamente por el gabinete económico y el grupo negociador que responde y cuenta con la absoluta confianza del Presidente de la Nación, a quien nunca dejé de decirle mi visión para no llegar a este resultado", explicó Máximo,
Máximo Kirchner aclaró que con este pronunciamiento y su decisión de dejar la presidencia del bloque oficialista “no busca señalar a quienes acompañan de manera crítica o directamente festejan” el acuerdo, y también explicó que no intenta ponerse a la izquierda del Frente de Todos.
"Permaneceré dentro del bloque para facilitar la tarea del Presidente y su entorno. Es mejor dar un paso al costado para que, de esa manera, él pueda elegir a alguien que crea en este programa del Fondo Monetario Internacional", expresó en una larga y dura carta.
Postura
El escrito de Máximo Kirchner deja en evidencia la postura no solo de La Cámpora sino de Cristina Kirchner, pese a que la vicepresidenta aún no hizo público su posicionamiento sobre el tema, en medio de las especulaciones sobre diferencias al interior de la coalición oficialista.
El jefe camporista dejó en claro que tanto las negociaciones como las consecuencias del pacto con el FMI son responsabilidad del equipo económico encabezado por el ministro Martín Guzmán y por el presidente Alberto Fernández, y que Unidad Ciudadana, la fuerza política propia que construyó Cristina Kirchner en 2017, no tuvo nada que ver con el acuerdo que en el kirchnerismo consideran perjudicial para el futuro del país.
De acuerdo a la mirada de Máximo Kirchner, el entendimiento alcanzado por Guzmán y el presidente con el FMI convalida un préstamo que considera ilegítimo por las violaciones a su propio estatuto y "los abusos" del organismo, "perdonando además, todos y cada uno de los incumplimientos del Gobierno de Macri". "Macri tenía que ganar la elección", ironizó el diputado peronista, deslizando que el acuerdo convalida la deuda por 57.000 mil millones contraída por el Gobierno de Macri, y también habilita un programa de gradualidad económica que no es el que había prometido el Frente de Todos en su contrato electoral del 2019 y 2021.
"No aspiro a una solución mágica, solo a una solución racional. Para algunos, señalar y proponer corregir los errores y abusos del FMI que nunca perjudican al Organismo y su burocracia, es una irresponsabilidad. Para mí lo irracional e inhumano, es no hacerlo. Al fin y al cabo, el FMI demuestra que lo importante no son las razones ya que solo se trata de fuerza. Quizás su nombre debiera ser Fuerza Monetaria Internacional", fustigó.