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Días de incertidumbre se viven en la comunidad educativa de la escuela Joaquín Castellanos, de Tres Cerritos, que está prácticamente cerrada por refacciones desde principio de año y solo con clases remotas. Tras los reclamos de padres y madres para que se retomen las actividades presenciales, hoy hubo una reunión con directivos y se conoció que algunos ya empezaron a pedir el pase a otras instituciones educativas.
La escuela tiene unos mil alumnos entre los distintos turnos y solo los de nivel inicial están asistiendo hasta ahora. La mayor parte del edificio debió clausurarse por las malas condiciones estructurales en que se encontraba.
Hoy por la tarde hubo una tensa reunión entre padres, directivos y docentes del turno tarde. Se acordó que se separará con chapas el sector que se encuentra en obras para que los chicos no corran riesgos y que dos grados podrán regresar a las aulas.
Sin embargo, se desconoce lo que pasará con el resto de los estudiantes. Algunas de las posibilidades que se analizan son alquilar aulas del colegio San Rafael Arcángel o de la Iglesia Santa Rita. Otra propuesta es seguir acondicionando sectores de la escuela que no estén en refacción para que se reincorporen otros grupos, a lo que algunos padres se oponen porque les parece peligroso que los niños permanezcan en un edificio en obras.
Los padres contaron que ya hay decenas de familias que decidieron pedir el pase a otras escuelas, pero que en muchos casos no consiguen banco cuando dicen que sus hijos son alumnos de la escuela Joaquín Castellanos.
“La presencialidad es importante. Ya tenemos la experiencia con lo que pasó desde 2020. Muchos alumnos no pueden conectarse y se termina dificultando todo. Por eso los padres quieren una solución”, dijo un docente.
Si bien estaba previsto que se buscaran instituciones donde los chicos pudieran tomar clases presenciales mientras se desarrollan las obras, por ahora siguen estudiando a distancia. Al inicio del ciclo lectivo varios sectores se inundaron y solo hubo seis días de clases normales.
En la escuela hay que arreglar patios y pasillos. Está prevista la refacción de techos, el reemplazo de cubiertas en las galerías, el acceso, las aulas y la cocina, además de trabajos en canaletas y caños de desagües pluviales. También hay que demoler una losa en mal estado.
Por la magnitud de los trabajos que se deben realizar, las familias temen que las obras lleven varios meses. Creen que los chicos ya perdieron demasiado tiempo de aprendizaje en las aulas y algunos habían planteado la opción de realizar una manifestación para llamar la atención de las autoridades.
Hoy a la tarde se hizo una reunión con los padres del turno tarde y mañana habrá otra con los del turno mañana.
Una madre se refirió a la angustia e incertidumbre que viven los chicos, que ni siquiera tienen contacto con los docentes por medio de clases virtuales. Los maestros solamente les envían a los padres tareas escritas para los alumnos, pero en la mayoría de los casos tampoco tienen una devolución de los trabajos que van haciendo.
“No tienen zoom porque muchos padres no tienen los medios o se les complica ayudar a los chicos a que se conecten. Tienen que realizar las actividades de las cartillas que se mandan. Después de lo que pasaron en estos dos años de pandemia, quieren volver y estar con sus compañeros. Supuestamente se iban a buscar aulas en otros lugares pero ya estamos a fin de mes y eso todavía no se concretó", señaló la mujer.