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“Todavía está de reposo, medicado, está asustado y arrepentido”. N. A. relata el calvario que vivió y que sigue viviendo su familia, luego de la brutal paliza que recibió su hijo de 15 años, por parte de efectivos policiales, en Orán.
El domingo por la noche, el joven junto a un amigo de 14 años, se dirigieron en moto desde Hipólito Yrigoyen hasta la ciudad de Orán, donde circularon a contramano hasta que fueron interceptados por la Policía.
Casi sin mediar palabras, los uniformados comenzaron a golpear a los chicos de manera brutal, con piñas y patadas incluso cuando ya estaban reducidos en el suelo, según denunciaron sus familias.
Cuando los padres se dirigieron hasta la comisarían donde los jóvenes fueron demorados, casi nadie quiso atenderlos. “Nos recibió una mujer policía, la cual nos dijo que iban a entregar a nuestros hijos un poco golpeaditos, porque habían chocado”, contó N. en diálogo con El Tribuno. “Nos pusimos mal por el estado en cómo nos iban a entregar a nuestros hijos. Cuando sale el amigo de mi hijo, no podía asentar el pie y se agarraba la espalda. Y mi hijo salió ensangrentado, sangraba por la nariz y por la boca”, recordó la mujer.
Como no recibieron más explicaciones, N. junto a su marido y los padres del otro niño decidieron retornar a Yrigoyen, donde finalmente pudieron realizar la denuncia correspondiente, con una revisión médica de por medio.
En el hospital local los médicos le diagnosticaron a su hijo lesiones en el ojo, pómulo, cuello, cabeza y espalda. “Recibieron golpes de puño y patadas con los botines. También los golpearon con el palo negro”, denunció N.
La fiscalía de turno tomó intervención y citó a las víctimas a declarar. Este miércoles lo hizo uno de los jóvenes con su padre; el jueves declarará el otro muchacho con su madre.
La familia lleva este caso a la Justicia y espera dar con los responsables y actores de la golpiza. Hasta organizaciones de derechos humanos de Salta se comunicaron para brindarles contención y apoyo. Además, varios abogados les ofrecieron sus servicios.
“Los chicos cometieron el error de irse a Orán, pero no son delincuentes, ni ladrones, porque cuando ellos se bajan de la moto los policías les decían ‘chorros’, les comenzaron a pegar y ellos nunca se resistieron”. Al menos diez efectivos están involucrados en el incidente.
N. adelantó que su familia irá hasta las últimas consecuencias, ya que asegura que su hijo y el amigo sufrieron tortura física y psicológica, y fueron amenazados de muerte. “Ellos tienen miedo de volver al colegio, no duermen bien Y tienen que ser medicados”, añadió.
El caso tomó repercusión nacional ya que canales como Crónica y C5N se comunicaron con la familia de los jóvenes, y el video en el que se puede apreciar la agresión se viralizó en las redes sociales.
“Buscamos justicia, que paguen los que tienen que pagar, que se encuentren a los culpables”, dijo la mujer.
“Nosotros como padres reconocemos que los chicos tomaron la moto, pero no es justo lo que les hicieron, no son chicos con antecedentes, y las doctoras que los revisaron constataron que no presentaban alcohol en sangre ni sustancias”, agregó.
N. cree que los uniformados pensaron que los jóvenes había robado el rodado, “pero está a mi nombre y mi hijo les pidió que me llamaran”.
“Pido justicia por la forma en que me entregaron a mi hijo. Una piña mal dada, una patada mal dada, y capaz que me lo entregaban en un cajón”, advirtió.
"Escaparon de un control y chocaron otra moto"
Tras la denuncia que realizó la familia de uno de los jóvenes agredidos, El Tribuno tuvo acceso a un informe que realizó la Policía por el incidente.
En el mismo se asienta que los menores se dieron a la fuga en un control policial sobre la ruta 50, siendo las 2.40 de la madrugada.
Luego de esta situación se inicia una persecución por distintas calles de la ciudad de Orán. “Los jóvenes cruzaron varias arterias a alta velocidad poniendo en riesgo sus vidas y las de otras personas”.
Cuando circulaban por calle 25 de Mayo, en contramano, colisionan con otra motocicleta que era conducida por un hombre de 56 años, con domicilio en calle Uriburu.
“En ese lugar lugar ambos menores resultan lesionados e intentan darse a la fuga nuevamente”, dice el informe. El personal policial hizo uso racional de la fuerza hasta lograr reducir y trasladar a los menores”. Aseguran que fueron revisados por el médico tras lo cual se les permitió llamar a sus padres.
Desde la Fuerza también negaron que no le haya querido tomar la denuncia a la madre de uno de los chicos en la misma comisaría donde fueron demorados, y advierten que si algún efectivo no quiso recibirla, debe ser denunciado.
El informe policial ya fue remitido a la fiscalía de Pichanal, que lleva adelante las investigaciones del caso.