¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
-4°
3 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Víctor Villalba, el mártir estudiante universitario salteño de la Quinta Agronómica

Murió el 24 de junio de 1972, víctima de la violencia ejercida por la policía de Tucumán.
Domingo, 10 de julio de 2022 02:19
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

El pasado 24 de junio se cumplió el cincuenta aniversario de la muerte del estudiante de ingeniería Víctor Alberto Villalba, salteño, oriundo de Embarcación. Falleció en Tucumán luego de impactarle una granada de gas lacrimógeno lanzada por un policía. Los hechos ocurrieron en la Quinta Agronómica, cuando la policía quiso desalojar a los estudiantes allí atrincherados por la violencia sufrida días antes en el Comedor Universitario y en la sede central de la Universidad. 
Los hechos comenzaron a desarrollarse el miércoles 21 de junio de 1972, al filo del mediodía, cuando más de un centenar de estudiantes esperaban almorzar en el comedor universitario de calle Ayacucho al 800. En eso estaban cuando de improviso y en forma violenta irrumpieron en el lugar decenas de policías con cascos, a los gritos y armados con bastones de goma y lanzagases. Por la fuerza y sin mediar razones, a empellones comenzaron a desalojar a los estudiantes y, por supuesto, la reacción no se hizo esperar. A poco, volaron por los aires sillas, mesas, vajilla, comida y cuanto elemento contundente había. Y así, en medio de un generalizado desorden cada uno salió como pudo. Unos salieron por el frente y otros por el fondo, pero todos a las corridas, saltando y esquivando trastos y policías, hasta que el desorden continuó en la vereda del comedor.

   Una imagen del joven estudiante.

Y cuando la policía aun forcejeaba en el interior, llegaron huelguistas de empleados públicos para apoyar a los estudiantes que ya comenzaban a levantar barricadas en la esquina cercana. Pronto arribaron más huelguistas cuya sede estaba a cuatro cuadras y, cuando estos y los estudiantes intentaron reunirse, se agudizó la represión policial, resultando heridos varios alumnos golpeados por las granadas de gases. Algunos lograron llegar a la casa central de la Universidad, pero tras ellos llegó la policía, “olvidando” que no debía ingresar a un edificio federal. Lo hicieron, y ya en su interior arrojaron gases que forzaron a suspender las clases que en ese momento se impartían. Y en ese embate cayó un periodista de la TV de la Universidad que por filmar fue detenido junto a cinco estudiantes. La misma suerte corrió el fotógrafo Jesús Antonio Font, de La Gaceta, que violentamente fue desalojado mientras un agente lo amenazaba con un arma. 
Luego, la siesta pareció aplacar los ánimos, mientras la policía seguía en el comedor y sus jefes intentaban explicar sus irrupciones en el ámbito universitario y federal.

 Reacción estudiantil

Obvio, por la tarde la reacción de los más de diez mil estudiantes que por entonces vivían en Tucumán no se hizo esperar. Esa noche y al día siguiente (22/06) hubo asambleas en todas las facultades, incluso en las dependencias de Salta, Catamarca y Santiago del Estero. Todas y sin excepción, resolvieron “paro activo” en todas las sedes, y en Tucumán la ocupación de las facultades de Derecho y de Ciencias Económicas, y de la Quinta Agronómica, distantes a 3 kilómetros.

 Bloqueos y tomas

El viernes 23 los estudiantes bloquearon ocho manzanas alrededor de la calle 25 de Mayo al 400 (sede de Derecho y Ciencias Económicas). Y en la Quinta Agronómica el bloqueo alcanzó la avenida Mario Bravo para lo cual derribaron grandes árboles que fueron cruzados sobre la arteria.
Por la noche el centro de Tucumán parecía una ciudad sitiada, donde solo se podían ver arder grandes fogatas a solo dos cuadras de la Casa de Gobierno. Otro tanto ocurría en la Quinta Agronómica, en la Facultad de Zootecnia y en la Escuela de Enfermería. Por su parte, la acción policial solo se limitaba a seguir ocupando el comedor universitario y tratar de evitar que los estudiantes tomaran mayores espacios, mientras las zonas ocupadas permanecían a oscuras. 

 Acción judicial y apoyos

A todo esto el rector de la Universidad de Tucumán, Dr. Héctor Ciapuscio ordenó a un grupo de juristas de la casa iniciar acciones judiciales contra la Policía provincial, ya que “el atropello contra las dependencias del Estado -dijo-, como lo son los ámbitos universitarios, implican un avasallamiento de la autonomía de la Universidad”. Por su parte, el comandante de la Quinta Brigada de Infantería, general Ernesto Della Croce, le hizo llegar al rector Ciapuscio su solidaridad: “Expreso -dijo- mi profundo sentimiento de rechazo por los actos protagonizados por las fuerzas de seguridad”. 
El gobernador de Tucumán, profesor Oscar Sarrulle, intentando descomprimir la situación y dándole la razón al rector Ciapuscio, resolvió exonerar al jefe de la Policía de la Provincia.

 Cae un salteño

El cambio en la Policía y el inicio del pleito en el fuero federal distrajo un día la atención, pero en la noche del 23 la policía trató de recuperar las zonas bloqueadas, tanto en el centro como en la Quinta Agronómica. Esto causó nuevos enfrentamientos con los estudiantes, ahora apoyados por los vecinos. Las confrontaciones continuaron hasta que el sábado 24, en una barricada de la Quinta Agronómica, la carcasa de una granada de gas lacrimógeno hirió en la cabeza a un estudiante. De inmediato el herido fue trasladado al Hospital Padilla, pero falleció a poco de llegar. Allí fue identificado como Víctor Alberto Villalba, 20 años, estudiante de tercer año de ingeniería mecánica, oriundo de Embarcación, provincia de Salta. La autopsia reveló que recibió la granada desde seis metros de distancia. Ante ello, sus compañeros intentaron trasladar el cuerpo a la Quinta Agronómica para su velatorio, pero el gobierno de Tucumán decidió entregar de inmediato los restos a sus padres.

 Rumbo a Salta

Los restos de Víctor Alberto Villalba llegaron al aeropuerto de Orán el domingo 25 a las 10.30 horas, en un avión del Gobierno de Tucumán. Una hora después arribaron a Embarcación y de inmediato se levantó la capilla ardiente en Sarmiento 768, donde se volcó la población para dar sus condolencias a la familia. Su progenitor, don Manuel Santos Villalba, era un conocido empleado del Ferrocarril Belgrano.
En el sepelio se pudo notar la presencia de numerosos compañeros del pueblo, que completamente acongojados refirieron detalles de la vida del joven durante su niñez y juventud. 

 El sepelio

El lunes 26 de junio a las 9.30 de la mañana y poco después de que llegara una delegación de la escuela Villa Obrera, establecimiento al que había asistido Víctor Alberto, se inició el cortejo fúnebre rumbo a la Capilla San Roque. Allí el padre Inocencio Pichiarelli ofició una misa de cuerpo presente que fue acompañada por una multitud pocas veces vista en la localidad. Se noto también la asistencia del intendente Emilio Vilá y del comandante de Gendarmería Nacional, subalférez Darío Pomante. Luego, el cortejo se encaminó al cementerio, donde el cuerpo de Víctor Alberto fue depositado en el mausoleo del Centro Social de Jubilados y Pensionados Ferroviarios de Embarcación. 
Lamentablemente, un mes después, otro estudiante salteño corrió idéntica suerte al caer víctima de la violencia policial en Tucumán. Era Cristian Segura, estudiante de abogacía, oriundo de General Güemes.
 

Misa simbólica y especial

Ante la decisión de trasladar los restos del estudiante Víctor Alberto Villalba, que había sido asesinado por la Policía tucumana, sus compañeros de la Quinta Agronómica de Tucumán realizaron un sepelio simbólico el domingo 25 de junio en el sitio donde había caído herido Villalba. 
Allí lo despidieron varios de sus compañeros y cuatro curas “tercermundistas” que, además, impartieron la comunión a más de un centenar de asistentes.
 

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD