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La "dama de hierro" lleva al límite a Maduro

María Corina Machado obtuvo una abrumadora victoria en las elecciones internas de la coalición opositora en Venezuela. El régimen intenta por todos los medios proscribirla, pero no logra frenar el crecimiento.de su popularidad.
Miércoles, 01 de noviembre de 2023 01:45

María Corina Machado, apodada la "Dama de Hierro" de la oposición antichavista nucleada en la Plataforma Unitaria Democrática, obtuvo una abrumadora victoria en las elecciones internas de la coalición multipartidaria y se dispone a enfrentar a Nicolás Maduro en la contienda presidencial convocada para 2024, aunque el régimen de Caracas inhabilitó legalmente su candidatura. En una compulsa en la que participaron los residentes en el exterior y votaron 2.300.000 venezolanos, Machado obtuvo el 93 % de los votos.

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María Corina Machado, apodada la "Dama de Hierro" de la oposición antichavista nucleada en la Plataforma Unitaria Democrática, obtuvo una abrumadora victoria en las elecciones internas de la coalición multipartidaria y se dispone a enfrentar a Nicolás Maduro en la contienda presidencial convocada para 2024, aunque el régimen de Caracas inhabilitó legalmente su candidatura. En una compulsa en la que participaron los residentes en el exterior y votaron 2.300.000 venezolanos, Machado obtuvo el 93 % de los votos.

A los 56 años, Machado es una veterana luchadora contra el régimen venezolano. Como diputada enfrentó desde un principio a la política económica de la "Revolución Bolivariana" y a su creciente autoritarismo. "Expropiar es robar", expresó para criticar la oleada de estatización de empresas iniciada por el ex mandatario.

En enero de 2012 Hugo Chávez, que la calificaba como "la burguesita de la fina estampa" la desafió: "le sugiero que gane las primarias porque está fuera de ranking para debatir conmigo. Águila no caza ratones". Once años después Chávez, fallecido en 2013, ya no está pero ella le hizo caso y salta al ring para disputar con Maduro y terminar con el ciclo de veinticinco años de "chavismo".

Machado se diferencia de la dirigencia tradicional que precedió al triunfo de Chávez en 1998, hoy mayoritariamente refugiada en Miami. Hija del acaudalado empresario del acero Enrique Machado Zuloaga, uno de los propietarios de la empresa siderúrgica Sidetur, expropiada por Chávez, es ingeniera industrial (primera de su promoción en la Universidad Católica Andrés Bello) y docente universitaria pero tuvo siempre una destacada participación en distintas organizaciones no gubernamentales, entre ellas el Capítulo Venezolano del Foro Internacional de la Mujer, la red de Jóvenes Líderes Globales (Young Global Leaders Network) y del grupo ASHOKA de emprendedores sociales.

Junto a su madre, la psicóloga Corina Parisca Pérez, Machado desarrolla también una intensa acción social, que es motivo de reconocimiento público. Fue cofundadora de la Fundación Atenea, para el cuidado de niños huérfanos y de jóvenes abandonados, y de la Organización Oportunitas, para el apoyo financiero, técnico y administrativo de programas de asistencia a niños de hogares de extrema pobreza.

Su protagonismo político comenzó en 2002 cuando, junto a Alejandro Paz, fue fundadora de SUMATE, una organización no gubernamental consagrada a la defensa de los derechos ciudadanos. En 2004, amparada en una cláusula de la Constitución Bolivariana sancionada por Chávez, SUMATE promovió la convocatoria a un referéndum revocatorio, logrando recolectar 2.800.000 firmas, una cifra equivalente a una cuarta parte del padrón electoral. Como represalia, la Fiscalía General de la República la procesó por recibir financiamiento de una fundación estadounidense.

En febrero de 2010 Machado renunció a la presidencia de Sumate para presentarse como candidata a la Asamblea Nacional de Venezuela y fue la diputada electa con más votos en las elecciones de septiembre de ese año. En 2012 fundó el partido Vente Venezuela, una expresión idiomática que podría traducirse como "Ven, Venezuela", para postularse como candidata en las elecciones primarias de la Mesa de la Unidad, anterior denominación de la alianza antigubernamental, en las que resultó ganador Henrique Capriles Radonski, un opositor moderado.

La beligerancia de Machado hizo que en 2014 la mayoría oficialista en el Congreso aprobara su destitución como diputada. Inhabilitada judicialmente y con prohibición de viajar al exterior, donde residen sus hijos, no cesó empero en su militancia opositora. Impedida de viajar en avión, recorre el país en automóvil. Sus giras están signadas por frecuentes escándalos públicos cuando los retenes policiales pretenden interrumpir su paso, incidentes que incrementaron su popularidad.

Una liberal a ultranza

Las propuestas de Machado están basadas en la plataforma que presentó en 2012 en aquellas elecciones primarias de la Mesa de la Unidad. La consigna de un "capitalismo popular" sintetiza acabadamente su agenda de gobierno. Sostiene que "el capitalismo popular pone en el centro al individuo y a la familia, no al Estado. Queremos un país de propietarios, una sociedad de emprendedores". Proclama que "el capitalismo popular" le dará a la gente el poder y la propiedad". Si bien admite que el término "capitalismo popular" adquirió patente política en Gran Bretaña en tiempos de Margaret Thatcher, aclara que "la Venezuela de hoy es muy distinta que la Inglaterra de entonces".

Machado denuncia a los "vividores del Estado", un concepto amplio que incluye desde la "boli-burguesía" venezolana, que lucra con privilegios del "capitalismo de amigos" gerenciado por Maduro, hasta los beneficiarios de las prácticas asistencialistas con que el régimen trata de compensar en los sectores populares las consecuencias de sus fracasos económicos y de consolidar su debilitada hegemonía política.

Para esa franja de la sociedad, Machado enfatiza la necesidad de quitar la "limosna humillante" y generar fuentes de trabajo genuino. El objetivo es una "Venezuela de propietarios". A tal efecto, plantea la necesidad de la liberación de las fuerzas productivas, la prioridad de la iniciativa privada, la promoción de la inversión nacional y extranjera, la eliminación de las regulaciones burocráticas y una fuerte reducción impositiva, acompañada de un drástico achicamiento del aparato del Estado. Al respecto, postula la privatización de las empresas públicas, incluida PDVSA, la compañía petrolera estatal, una antigua "vaca sagrada" de la política venezolana a la que la actual administración llevó virtualmente a la ruina.

Machado se autodefine filosóficamente como "liberal de centro". Su partido Vente Venezuela integra la Red Liberal de América Latina. Pero su jefa enfatiza que es el único partido "no socialista" del espectro político venezolano, una característica que lo distingue de otras fuerzas opositoras de tinte socialdemócrata. No obstante, busca eludir el etiquetamiento como derechista. Defiende el matrimonio igualitario, la despenalización del aborto en casos de violación, la legalización de la marihuana medicinal y hasta la eutanasia en casos extremos.

Más allá de su apabullante victoria en las urnas y su notoria popularidad, la candidatura de Machado choca todavía con un escollo muy importante: la inhabilitación legal para el ejercicio de cargos públicos. Esa sanción, que en principio era de doce meses y expiró en 2016, fue prorrogada en junio pasado por otros quince años. El levantamiento de las inhabilitaciones legales para dirigentes de la oposición está en la mesa de negociaciones entre el gobierno de Maduro y la oposición venezolana que se realizan con la mediación de Noruega, pero Diosdado Cabello, el "número dos" del régimen de Caracas, fue categórico en negar toda posibilidad de que Machado, a la que llama "María con ira", pueda competir electoralmente en 2024.

La controversia incentiva una presión internacional que empieza a hacerse sentir con creciente intensidad. El Departamento de Estado estadounidense, que levantó parcialmente por las sanciones económicas contra Venezuela, condiciona la continuidad de esa medida a la celebración de "elecciones libres y justas", un eufemismo diplomático que insinúa que si Machado no es habilitada para competir en 2024 Washington daría marcha atrás con ese alivio momentáneo. El mismo Gustavo Petro, el presidente colombiano que normalizó las interrumpidas relaciones diplomáticas entre Bogotá y el régimen de Caracas, también solicitó el levantamiento de esa inhabilitación.

En los mentideros políticos venezolanos circula una solución de compromiso: Machado no sería rehabilitada pero su partido podría sí participar de la elección con una candidata que fuera de su confianza y que en el caso de ganar la presidencia podría revisar la inhibición legal y designarla como la primera ministra de un posible gobierno de transición. Mientras esto sucede, la "dama de fierro" continua su campaña.

* Vicepresidente del Instituto de Planeamiento Estratégico

 

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