inicia sesión o regístrate.
Juan Polcan es un argentino de 23 años y jugador de futsal que pidió unos días de vacaciones en su club de Italia para perseguir su mayor sueño: conocer a Lionel Messi. En diálogo con El Tribuno, por videollamada, el afortunado contó los detalles de la eterna espera y el gran encuentro con el mejor del mundo.
No existe argentino que no quiera una foto, una firma o un simple saludo del campeón del mundo. El GOAT despierta en sus fanáticos algo difícil de poner en palabras. Es ese amor inexplicable el que hizo que Juan Polcan, un argentino “enfermo de Messi” viaje a París por un par de días con el solo objetivo de conocer a Lío.
“Aproveché unos días de descanso y en el club me dejaron saltear unos entrenamientos con la condición de llevar la camiseta de mi club y hacerla firmar por Leo”, comenzó contando Juan.
Después de pasar un par de días en Londres, partió a París y llegó el momento de cranear la gran hazaña. Se levantó temprano, desayunó un capuchino en el hotel y salió a la calle con las pocas referencias que había recolectado sobre la dirección de la casa del campeón del mundo y tardó unos 30 minutos en encontrarla.
“Eran las 9 de la mañana y salió de su casa en auto y sólo pasó, pero estoy seguro de que nos vio porque yo estaba con la camiseta de Argentina”, detalló el jugador de futsal, agregando que en el camino se encontró con otros argentinos que lo acompañaron en su espera.
Con timidez, se acercó al guardia que le dijo que Leo volvía de su entrenamiento a las 13. Juan se fue solo por media hora para recorrer un poco más las calles de París y volvió rápidamente por miedo a caer en una posible mentira del guardia. Este no le había mentido, Messi volvió, pero entró rápidamente y Juan junto a dos hinchas más no habían podido conseguir nada. Los guardias empezaron a pedirles que se retiren, pero ellos no iban a darse por vencidos.
“Se hacían las 15, las 16 y nada. Pero a las y media salió Antonella de la casa, nos ve y frena. Nos dice que Leo está rayadísimo -justo habían pasado algunos días de la silbada en un partido del PSG-, pero ahí le decimos que nosotros lo amamos y que lo queremos conocer”, relató el joven. En una especie de empatía y comprensión, Antonella les devolvió las esperanzas y les dijo que iba a buscar a sus hijos y volvía.
Pasaron tres horas y ella volvió, pero le abrieron el garaje, entró y no pasó nada. Ya cumplidas las 10 horas, Juan y los demás consideraban la idea de irse porque los guardias los amenazaron con llamar a la policía. Algunos que lo acompañaban se dieron por vencidos y se fueron.
“En eso, vemos a Antonella que nos hace seña desde la ventana, nos abren la puerta del garaje y pensamos que Leo nos iba a recibir desde ahí y no, nos abrieron la puerta principal de su casa”, contó emocionado Juan, con una sonrisa en su rostro como recordando el momento.
Ahí lo vieron. Estaba Leo en pantuflas, con short y remera. En ese momento Juan cumplió el verdadero “sueño del pibe”: le dio un abrazo al más grande, se sacó una foto y le pidió que le firmara el brazo. “Le pude decir todo lo que lo amaba y lo feliz que me hace”.
El argentino cuenta que tanto Leo como Antonella los recibieron muy bien, que le pudo comentar sobre su vida y que notó al 10 muy interesado y predispuesto al momento del encuentro. “Siempre con cara de feliz cumpleaños, nunca como un compromiso, sino con humildad y sencillez”, lo definió el afortunado.
“El 80% del trabajo lo hizo Antonella”
El agradecimiento que tiene hacia la esposa de Leo es enorme. “Ella tranquilamente pudo haber pasado sin saludarnos y ya desde ese momento que se detuvo y habló con nosotros, fue épico porque se trataba de Antonella Rocuzzo y ya era un montón para nosotros”, expresó.
El tatuaje en el Arco del Triunfo
Juan se cruzó a otro fanático de Messi que tenía el mismo objetivo de conocerlo. Se trata de Germán Pool, un tatuador rosarino que vive en Manchester y cargó en su mochila las maquinas por si el sueño de obtener la firma de Messi se daba y así fue. Germán se tatuó en la pierna y Juan en el brazo y para hacer del momento aún más especial, fueron a inmortalizar la firma en el Arco del Triunfo. El tatuador también le llevó un cuadro en el que había pintado a Messi y se lo pudo entregar.
“Enfermo de Lionel Andrés Messi”
En sus redes sociales Juan Polcan define su fanatismo por el mejor del mundo como una “enfermedad”. “Le estoy tan agradecido por la felicidad que me da desde chico, me hizo amar el fútbol, me hizo disfrutar desde los 6 años que empecé a verlo. De grande llegué a discutir con la gente que lo criticaba”, contó.
Como todo argentino que sueña con ver a Messi jugar con la camiseta de Argentina, Juan también lo tenía, pero nunca pudo presenciar un partido por problemas económicos o porque tenía que entrenar. Pero la vida sorprende y resulta que la primera vez que lo pudo ver fue a un metro de él y nada más y nada menos que en la residencia Messi.
Ahora, el jugador de futsal se encuentra nuevamente en Italia, entrena y también vive la repercusión que causó su emocionante encuentro con el campeón del mundo. ¿Sueños por cumplir? “Después de esto ya no hay más” dice, pero a nivel futbolístico desea poder seguir creciendo, mientras que ahora aprovecha el revuelo de su hazaña para darle más visibilización al futsal: “Veo que los portales titulan que un jugador de futsal conoció a Messi y eso me hace muy feliz”, finalizó el deportista.