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Increíble lo que le sucedió a Celestino López, un albañil de 80 años. Mientras trabajaba en la construcción de una casa en la ciudad de El Carril, en el loteo Padre Sermasi en inmediaciones de la ruta 68, unos delincuentes ingresaron y se llevaron todas sus herramientas de albañilería y su máquina hormigonera.
Estas herramientas representan el fruto de toda una vida de trabajo para Celestino, quien vive en Chicoana y depende únicamente de su labor para subsistir. Al dueño de la vivienda le llevaron enseres personales, pero a Celestino le llevaron su vida, todo su esfuerzo de décadas de esfuerzo.
Celestino es conocido y buscado por su impecable trabajo, siempre realizado con dedicación y excelencia. Resulta incomprensible lo que le ha ocurrido a este hombre, quien debería estar disfrutando de su merecida jubilación. Sin una pensión o retiro, se sostiene solo con su trabajo como albañil, una profesión que abrazó desde temprana edad.
"Me cortaron las manos. Siempre trabajé honestamente y nunca me metí en cosas turbias, a diferencia de estos individuos que me robaron. Espero que las herramientas les sean de utilidad. Para mí, esto representa un gran perjuicio, ya que tengo muchos compromisos que no puedo dejar de cumplir", lamentó Celestino.
Este incidente indignante refleja la difícil situación en la que se encuentran Celestino y muchos otros trabajadores mayores que, sin contar con una jubilación asegurada, se ven obligados a continuar laborando para poder subsistir. La pérdida de sus herramientas de trabajo representa un golpe devastador para Celestino, quien ahora se enfrenta a enormes dificultades para cumplir con sus responsabilidades laborales.
A pesar de este duro golpe, Celestino comprende la importancia de cumplir con los trabajos pendientes. "Estoy preocupado por los trabajos que debo completar en estos días. Algunas de las personas a las que debo realizar los trabajos, y quienes conocen la situación, me brindarán las herramientas necesarias para continuar", declaró el albañil. Su actitud perseverante y optimista demuestra la determinación que lo ha caracterizado durante toda su vida.
Celestino reflexionó sobre cómo los tiempos han cambiado y cómo la necesidad de subsistencia puede llevar a algunas personas a cometer delitos. "Ahora roban para comer, pero yo siempre trabajé para comer. La vida es dura, pero siempre existen oportunidades", añadió el hombre, de 80 años.
Es momento de demostrar solidaridad hacia aquellos que, como Celestino, han dedicado su vida al trabajo honrado y merecen disfrutar de su vejez dignamente. Algunos vecinos lo quieren ayudar, pero él dice que de a poco irá recuperando lo que le robaron. "Con mi trabajo dejo contentos a mis clientes, me pone muy bien saber que lo hice yo y están conformes". Los ladrones le llevaron, además de una hormigonera, una caja de herramientas, con una grifa, una plomada, tenazas, martillos, cintas métricas y otras herramientas que son parte de su trabajo diario.