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El barrio de la zona sur de Salta capital, Juan Pablo II, sigue siendo tierra de nadie. A los asaltos y la quema de vehículos que en algún momento fueron moneda corriente, ahora se sumó el enfrentamiento de grupos antagónicos sumidos en las drogas y la prostitución, según vecinos del lugar.
En la madrugada de ayer dos grupos se enfrentaron en el Block 4 del departamento 14. Al parecer, quienes viven en ese lugar, acusados por sus vecinos de mantener un aguantadero donde se drogan, prostituyen y roban impunemente, acusaban a la otra facción, barras pertenecientes a la zona, de haber robado una moto.
"Bajaron no sabemos si a comprar o a vender, lo cierto es que intercambian y se pasaron de mano en mano la droga, luego subieron y al cabo de algunos minutos bajaron nuevamente para enfrentarse a los jóvenes que habían ido. Al parecer, se robaron una moto", sostuvo una vecina del lugar en diálogo con El Tribuno.
En el video se observa que quienes bajan del edificio lo hacen con un machete. Se produce el enfrentamiento y en el medio una mujer, a quien se identifica como Paula, trata de defender a los del machete. "Esa chica convive con un tipo que comercializa droga, hace mucho tiempo que la venimos padeciendo", contó una mujer.
Según los vecinos del lugar, en más de una oportunidad la joven los amenazó con hacerlos matar a todos, con "quemar el edificio". "Junto con sus amigas ejercen la prostitución, se droga, lo más triste y lamentable es que van chicos con uniformes de la escuela y se drogan, salen de noche".
En el enfrentamiento de ayer por la madrugada, además de los destrozos generales en puertas y ventanas, hasta se llega a escuchar una detonación de arma de fuego. "La policía llegó, los dispersó y luego se fue. En ese momento aparecieron más integrantes del barrio tratando de linchar a los del edificio, decían que habían macheteado a uno de ellos y querían venganza", explicaron.
Pese a las innumerables denuncias que realizaron los vecinos del barrio, a la cantidad de pruebas que llegan a las oficinas policiales, "la Policía no puede hacer más que despejar o llevarlos a la comisaría y luego largarlos, aquí tiene que actuar con seriedad un fiscal, no puede ser que tengamos que vivir así", apuntó un hombre cansado de la situación al igual que el resto de los vecinos, muchos de ellos trabajadores y trabajadoras que lo único que quieren es vivir seguros y en paz.