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Milei logró mostrarse como "lo diferente"

Martes, 15 de agosto de 2023 02:06
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Luego del triunfo de Javier Milei en las PASO queda abierto un enorme interrogante de cara a las elecciones generales, el 22 de octubre.

En el devenir de los días se irán viendo los comportamientos de los que siguen en carrera. En primer lugar, el propio Milei, que quedó instalado en el centro de la escena sin otros antecedentes que una retórica taxativa. Pero fue ese manejo mediático el instrumento que le permitió ganar la confianza de un tercio del electorado que hizo estallar su bronca en las urnas. Milei percibió el humor y el descreimiento de un sector importante de la población. El humor que hace dos décadas reclamaba "que se vayan todos". Ahora ya todos comprobaron que no solo no se fue ninguno, sino que los que se quedaron, en nuevas posiciones, fueron peores que sus antecesores.

Esa retórica extrema, que oscila entre el anarquismo y el ultraliberalismo, permitió a Milei ganar hasta en los pueblos más recónditos. Milei necesita sumar muchos votos para asegurarse el ingreso a un balotaje y, entonces, deberá analizar si seguirá rindiéndole buenos resultados el discurso simplista de acusar a "la casta", el nuevo Gran Satán, de todos los males del país. Porque quizá los votantes que necesita y podría sumar necesiten menos discurso de odio y más precisión para cambiar su voto, dejar de lado el voto en blanco e, incluso, para que vayan a votar. De Milei es fácil imaginar lo que sueña pero muy difícil conocer su proyecto.

Él cuenta con la ventaja de haber ganado la primera contienda, pero la distancia que lo separa de Patricia Bullrich y de Sergio Massa es exigua.

Patricia Bullrich ocupa el segundo puesto porque en Juntos por el Cambio se impusieron los halcones sobre las palomas. Para seguir en carrera deberá asegurarse todos los votos que el domingo fueron a Rodríguez Larreta, y captar a todos los de aquellos que no toleran a Milei y acepten cambiar para buscar el "voto útil". Por ahora, tampoco se nota como va a hacer para sumar. Entre ella y el libertario podría plantearse una pelea de halcones.

La primera reflexión que debería plantearse JxC es para indagar cómo fue posible que un "out sider" sin partido pudo relegarlos tan duramente con tan escasos recursos políticos como los que muestra Milei. La presencia de Mauricio Macri como principal respaldo de la candidata no hace más que reavivar los fantasmas de la frustración que hizo posible la llegada del cuarto mandato kirchnerista, esta vez tras el mascarón de proa de Alberto Fernández.

Los tarifazos, las carencias propias de un gobierno con ministros encerrados en su círculo social, el desmadre financiero y la inflación del final siguen frescas en la memoria.

La falta de lectura inteligente de la derrota de 2019 y la prematura certeza de una victoria fácil en 2023 llevó a la coalición a celebrar de antemano los éxitos en algunas provincias y a mostrar una espectáculo de ambiciones personales sin limites en la interna preelectoral.

La coalición entre la UCR y el PRO había surgido como la posibilidad de que el país abandonara la soberbia mesiánica del "pobrismo", esa fábrica de trabajadores pobres y funcionarios ricos en que se había convertido el peronismo en las nuevas etapas de su constante metamorfosis. La presidencia de Mauricio Macri descubrió tarde que la pobreza, la inflación, el desempleo y la caída de la inversión no se corrige rápido. Ayer, el macrismo perdió ante Milei en casi todas las provincias que creía controladas.

Para poder rescatar votos que le permitan forzar un balotaje y ganar en segunda vuelta, Patricia Bullrich deberá mostrar otro rostro, menos combativo y más constructivo. La Libertad Avanza obtuvo una ventaja muy exigua sobre Juntos por el Cambio, algo menos de dos puntos. Pero ganó en casi todos los distritos.

Sergio Massa representa al que, probablemente, es el gobierno más desprestigiado de la historia. Lo ha logrado con torpezas desde el veto a las vacunas estadounidenses y la fiesta de Olivos en cuarentena, el sometimiento de Alberto Fernández a los caprichos de Cristina Kirchner, los bloopers presidenciales y el desbarajuste inflacionario; un combo que produjo los mayores indicadores de pobreza y de indigencia, desde que comenzaron a realizarse censos nacionales.

Sin embargo, la fórmula integrada por el ministro de Economía y el jefe de Gabinete, que hacen campaña desde sus cargos, alimenta la esperanza oficial de no quedar fuera del balotaje.

Nadie puede asegurar cuántos de los votantes de Juan Grabois trasladarán su apoyo a quien identifican como un "agente del FMI". La única posibilidad de Massa para sumar un número considerable de votos es que el "aparato del Estado" tenga todavía resto como para moverse mejor.

Para ser presidente, el candidato más votado debe obtener al menos el 45% de los votos afirmativos (no cuentan los votos en blanco) o más del 40% con una diferencia de diez puntos porcentuales con el segundo candidato más votado. A Milei le faltan 15 puntos para ganar en primera vuelta.

Todo puede suceder y lo más probable es que haya balotaje. Cómo sumará cada uno, depende de ellos. Y el resultado también es una incógnita. Pero lo que es una certeza es que "esto no va más". Hay final de un ciclo.

 

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