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El ataque de Estados Unidos del sábado contra tres instalaciones nucleares iraníes no las destruyó y solo retrasó el programa nuclear del país "unos meses", según un informe de la inteligencia estadounidense filtrado por la prensa del país norteamericano, aunque las autoridades lo desmintieron.
Antes del ataque contra las instalaciones de Isfahán, Natanz y Fordó, en la operación bautizada como 'Midnight Hammer' (Martillo de Medianoche), las agencias de inteligencia habían anticipado que a Irán le costaría unos tres meses fabricar una bomba nuclear, según recordó The New York Times (NYT).
Después del mismo, el informe de la agencia del Departamento de Inteligencia del que se hace eco el diario eleva a menos de seis meses el plazo previsto.
La evaluación inicial de los daños supondría que las declaraciones del presidente Donald Trump de que las capacidades nucleares del país habían sido eliminadas, son exageradas.
El documento añade que los bombardeos solo destruyeron una pequeña parte del material nuclear porque la mayoría de las reservas iraníes de uranio enriquecido fueron trasladadas antes de la ofensiva.
Ese primer informe, de cinco páginas, avanza solo conclusiones preliminares sobre las que deberá haber un análisis más a fondo.
No obstante, sí deja claro que esas instalaciones no sufrieron tantos daños como algunos funcionarios de la Administración de Trump esperaban, y que Irán conserva el control de casi todo su material nuclear, lo que significa que si decide fabricar un arma nuclear aún podría hacerlo con relativa rapidez.
La cadena CNN destacó que esta primera evaluación se basó en la revisión efectuada por el Comando Central de Estados Unidos (Centcom) tras el ataque.
Desde el Pentágono se había adelantado que la ofensiva se desarrolló según lo planeado y registró "un éxito abrumador".