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El retorno de Donald Trump en una sociedad dividida

Sabado, 09 de noviembre de 2024 02:08
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Aunque las encuestas mostraban un empate en el voto popular, Donald Trump logró una victoria arrasadora y será el próximo presidente de los Estados Unidos. Con un discurso disruptivo, el perfil de su nueva presidencia muestra fuertes afinidades con el gobierno de Javier Milei.

Dos puntos cruciales:

* Muchos votantes se sienten desconectados de las políticas tradicionales, y Trump, con su estilo disruptivo, les da esa sensación de estar representados.

* La economía sigue siendo el eje central para los estadounidenses. Los mensajes de crecimiento económico y reducción de impuestos son poderosos y siguen resonando. Pero cuidado, este es un país que sigue profundamente polarizado, y eso no ha cambiado.

En términos de la Física, se trata de dos fuerzas opuestas: una que quiere mantener el statu quo y otra que empuja hacia cambios estructurales profundos. La elección nos muestra que la primera sigue siendo más fuerte, al menos por ahora. Pero hay mucha energía en la oposición, y eso va a seguir influyendo en la política en los próximos años.

La prensa internacional reflejaba encuestas con resultados muy ajustados y hasta levemente favorables a Kamala Harris, cosa que después se lee como sorpresa ante los resultados; ocurre que, en el sistema electoral de Estados Unidos, lo que realmente importa no es el voto popular general, sino cómo se distribuyen esos votos en el Colegio Electoral. Las encuestas nacionales, por eso, no siempre reflejan la realidad de los estados que verdaderamente definen el resultado.

Georgia, Carolina del Norte, Pennsylvania, Nevada, Michigan, Wisconsin y Arizona son lo que llamamos los "swing states". Son los que realmente inclinan la balanza, y en esta elección, Trump estaba consistentemente por delante, aunque sea por márgenes pequeños. Y aquí está lo interesante: no hace falta ganar por mucho, solo hay que ganar por lo suficiente. En esos estados, Trump logró movilizar a su base de votantes, especialmente en áreas rurales y suburbanas, donde su mensaje resonaba más fuerte.

Es un fenómeno que vimos en 2016 y 2020 también. Estados Unidos está diseñado para que ganar esos estados clave sea lo que realmente defina una elección.

Los principales puntos para destacar sobre el resultado en términos de electores son:

* Donald Trump obtuvo 292 delegados en el Colegio Electoral, mientras que Kamala Harris consiguió 224.

* Trump se impuso en 29 estados; Harris ganó en 20, más el Distrito de Columbia.

* Trump logró una victoria contundente tanto en el Colegio Electoral como en el voto popular, superando a Harris por unos 5 millones de votos a nivel nacional.

* Los republicanos también obtuvieron la mayoría en el Senado.

Donald Trump logró combinar el apoyo popular con una estrategia eficaz en los estados clave para asegurar su victoria. Logró imponerse en el voto popular por 5 millones de votos, lo que es notable considerando que en elecciones pasadas (como en 2016), ganó el Colegio Electoral sin dominar el voto popular.

De ese modo logró imponerse en Michigan, Pensilvania, Georgia y Carolina del Norte, lo que demuestra que su campaña supo leer correctamente el mapa electoral y enfocar sus recursos en territorios donde podía obtener una ventaja crítica.

Los republicanos no solo ganaron la presidencia, sino que también obtuvieron la mayoría en el Senado.

El voto latino

Muchos estudios indican que los hombres latinos, especialmente aquellos más jóvenes o de clases trabajadoras, pueden haberse sentido atraídos por las políticas de Trump que enfatizan el empleo, la seguridad y los valores tradicionales, alejándose de las preocupaciones sociales progresistas que han dominado la agenda demócrata.

Según estudios previos, en comparación con las elecciones del 2020, el aumento del apoyo latino a Trump, particularmente entre los hombres, y los jóvenes y la ligera disminución del apoyo femenino a Kamala Harris subrayan la complejidad del voto latino.

El mensaje

Las promesas postelectorales de Donald Trump se centran en un regreso al "control estadounidense" con medidas como despedir al fiscal Jack Smith, liberar a los participantes en los disturbios del Capitolio, desmantelar el Green New Deal y ejecutar la mayor deportación de inmigrantes ilegales de la historia.

Acompañado por Elon Musk, Trump se comprometió a reducir la inflación, reforzar la seguridad y gobernar para todos, bajo la premisa de restaurar el sueño americano.

El análisis de las promesas post - electorales de Donald Trump revela un enfoque claro en la restauración del control y el refuerzo de políticas nacionalistas. Trump ha presentado un plan de acción radical con medidas que apelan directamente a su base conservadora, como la deportación masiva de inmigrantes ilegales y la anulación del Green New Deal, el nuevo pacto ecológico internacional para solucionar el triple crack de la crisis del crédito, el cambio climático y los elevados precios del crudo.

Una de las acciones más simbólicas es su promesa de despedir al fiscal especial Jack Smith, quien Smith presentó cargos contra Trump el año pasado por conspirar para revertir los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 y por almacenar de forma ilícita documentos confidenciales en su finca de Mar-a-Lago. Pero Trump ya no puede ser procesado, en virtud de normas que protegen a un presidente en funciones de cualquier causa penal.

De todos modos, esto refleja su continuo enfrentamiento con el sistema judicial y la percepción de persecución política. Además, refuerza su imagen de líder anti-establishment, contrastando con la percepción de la administración Biden como parte del "profundo estado". Además, la amnistía a los involucrados en la toma del Capitolio subraya una política de impunidad política que podría contribuir a consolidar aún más su base, a la vez que polariza la opinión pública.

El hecho de que Trump hable de gobernar para "todos" al mismo tiempo que promueve medidas profundamente divisivas, como su postura sobre inmigración y cambio climático, refleja una estrategia clara de apelar a los valores tradicionales de seguridad y nacionalismo, mientras se muestra como un defensor del orden y la estabilidad. El respaldo de figuras como Elon Musk también refuerza la idea de un líder que, al margen de la política tradicional, buscaría transformar el país a través de una alianza con el sector tecnológico y empresarial.

Este enfoque también sugiere que Trump se prepara para consolidar su poder en una presidencia que se aleja de las políticas progresistas y busca movilizar a los votantes que se sienten desplazados por la globalización y los cambios sociales.

Trump y Milei

Tanto Trump como Milei comparten un enfoque populista, liberal en lo económico, autoritario en lo social y con una retórica confrontativa que les permite conectar con sectores descontentos del electorado y desafiar el orden establecido.

* Crítica al establishment: Tanto Trump como Milei se presentan como outsiders, ajenos al sistema político tradicional. Trump, con su lema "Make America Great Again", y Milei, con su retórica contra los "políticos de siempre" y "la Casta", buscan posicionarse como la alternativa a los partidos tradicionales que, según ellos, han fracasado en representar adecuadamente a la población. Ambos se caracterizan por su anti-elitismo, utilizando un discurso que conecta con el hartazgo de los votantes hacia las élites políticas.

* Política económica de corte liberal: una orientación hacia políticas económicas de mercado. Mientras Trump abogó por una reducción de impuestos y desregulación durante su mandato, Milei propone un enfoque similar, defendiendo la necesidad de bajar el gasto público y reducir la intervención estatal en la economía. Ambos se centran en recortar impuestos como una medida para fomentar el crecimiento económico.

* Discurso fuerte sobre seguridad y orden: Trump puso énfasis en fortalecer la seguridad interna, apoyando políticas de mano dura contra la inmigración ilegal y la violencia, mientras Milei, también hablando de seguridad, ha adoptado una postura similar con propuestas que incluyen militarizar ciertas áreas para combatir el crimen. Ambos tienen un enfoque autoritario en temas de seguridad.

* Rechazo al progresismo: Ambos líderes se oponen a lo que consideran políticas "progresistas" que favorecen una agenda de izquierda. Trump se enfrentó al progresismo de la administración de Obama y de figuras como Kamala Harris, mientras que Milei ha sido crítico con las políticas socialistas y el populismo en América Latina, acusando a los gobiernos de generar dependencia del Estado.

* Populismo mediático: Ambos se caracterizan por su uso de las redes sociales para comunicarse directamente con sus seguidores, soslayando a los medios tradicionales. Esto refuerza la imagen de autenticidad y rebeldía frente a los medios que critican sus propuestas.

* Retórica confrontativa: Cultivan un estilo de comunicación agresivo y polarizante, en el que atacan a sus rivales políticos, los medios de comunicación y cualquier tipo de oposición con un lenguaje fuerte. Esta retórica, que a menudo utiliza el desprestigio de la figura del adversario, genera lealtad en sus seguidores, pero también crea una profunda división social.

Estas coincidencias expresan una clara afinidad personal y, el tiempo dirá, como se traducirán en las relaciones entre ambos y con el resto del continente.

 

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