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Luego del escrutinio en Venezuela, con el resultado anunciado por la Comisión Nacional Electoral, fueron numerosas las opiniones críticas y la exigencia de certeza que se escucharon en diversos países del mundo. Las irregularidades producidas durante el acto eleccionario resultan asombrosas, agravadas por el ocultamiento de las actas electorales. En unos comicios donde se impidió votar al 25% de los ciudadanos habilitados (los exiliados) y donde tampoco se permitió la fiscalización, la credibilidad de Nicolás Maduro es nula, y se agiganta la confianza en María Corina Machado, que presentó copias de un 60% de las actas donde el candidato opositor Edmundo González Urrutia triplica en votos al presidente.
Es una historia muy similar a la que se registró en 2013, cuando Maduro se autoproclamó presidente contra el favorito de las encuestas, Henrique Capriles, luego de un proceso electoral que había generado muchas irregularidades. Solo que este domingo, el escándalo fue bochornoso.
¿Qué sistema es el venezolano?
A estas alturas, debemos preguntarnos qué tipo de sistema gobierna en Venezuela. Aunque en apariencia pretende ser democrático, en la práctica no cumple con las reglas de la democracia. Además, por representar al régimen bolivariano, que influyó decididamente en la historia latinoamericana de este siglo, el episodio tiene impacto internacional y, por cierto, la mayoría de los países exigen un escrutinio serio y documentado, o directamente se pronuncian en contra de Maduro.
Es interesante observar el perfil común de los países que reconocieron la victoria de Nicolás Maduro en las recientes elecciones. Estos países son Bolivia, Cuba, Nicaragua, Honduras, Rusia e Irán, que tienen como factor común una ideología política de izquierda o antiimperialista, que los lleva a apoyar regímenes que desafían la influencia de Estados Unidos y promueven políticas socialistas o de control estatal sobre la economía, una postura común contra la intervención occidental y estrategias de control que buscan mantener sus regímenes autoritarios.
A su vez, hay países que ponen en duda la transparencia del proceso electoral y piden un recuento de los votos; esa es la posición de Brasil, Colombia, México, República Dominicana, Paraguay, Ecuador, Reino Unido, Alemania, Países Bajos, Francia, Italia, España y Canadá.
Además, otros países no solo piden transparencia, sino que no reconocen los resultados, incluyendo Argentina, Chile, Perú, Costa Rica, Uruguay, Panamá, Estados Unidos y Guatemala.
La democracia y Maduro
El proceso electoral del domingo 28 de julio de 2024 en Venezuela presenta múltiples irregularidades que afectan las características de una elección democrática. A continuación, se detallan los puntos que no se cumplieron de acuerdo con una elección democrática:
* Universalidad del sufragio: la inhabilitación de María Corina Machado, quien había ganado las primarias de la oposición, limitó la participación de un sector importante de la población, restringiendo injustificadamente el derecho al voto.
* Igualdad del voto: las denuncias de fraude y manipulación de resultados sugieren que no todos los votos fueron tratados de la misma manera. La oposición denunció que las actas electorales mostraban un mayor apoyo hacia su candidato, Edmundo González Urrutia, que no fue reconocido por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
* Libertad de candidatura: la inhabilitación de Machado y la exclusión de otros candidatos de la oposición limitan el derecho de los ciudadanos a presentarse como candidatos.
* Transparencia del proceso electoral: se han manifestado dudas sobre la transparencia del proceso, y falta de acceso a información clara sobre el escrutinio de votos.
* Imparcialidad del organismo electoral: la CNE ha sido criticado por su falta de independencia e imparcialidad, siendo acusado de actuar a favor del oficialismo.
* Acceso equitativo a los medios de comunicación: no se reporta un acceso equitativo a los medios de comunicación, limitando la capacidad de los candidatos opositores para difundir sus propuestas.
* Observación Electoral: la presencia de observadores internacionales fue reducida, comprometiendo la integridad del proceso. La invitación a la delegación de la Unión Europea fue retirada, limitando la supervisión externa.
* Seguridad y secreto del voto: informes de intimidación y amenazas comprometen la seguridad y el secreto del voto en esa jornada.
* Recuento transparente de votos: las acusaciones de fraude y la falta de acceso a los fiscales (o testigos) para un recuento transparente generan dudas sobre la honestidad del proceso.
* Solución pacífica de disputas electorales: la falta de confianza en el proceso y las denuncias de fraude complican la existencia de mecanismos legales y transparentes para resolver disputas electorales.
El autoritarismo
El régimen de Nicolás Maduro presenta varias características que coinciden con un sistema autoritario:
* Concentración de poder: el poder está altamente concentrado en Nicolás Maduro y su círculo cercano, limitando la autonomía de otras instituciones del Estado.
* Ausencia de elecciones libres y justas: con una extensa lista de candidatos proscriptos o encarcelados, por una Justicia sin independencia, las elecciones han sido criticadas como fraudulentas y denunciadas por la oposición por falta de condiciones equitativas.
* Autocracia: el régimen controla el poder legislativo y el judicial, eliminando los mecanismos de control y equilibrio.
* Supresión de libertades civiles: se imponen severas restricciones a las libertades de expresión, prensa y reunión, con persecución de la disidencia y cierre de medios independientes.
* Represión de la oposición: el régimen ha llevado a cabo persecuciones, encarcelamientos y exilio de opositores. Las inspecciones internacionales han descripto una sistemática represión política, violando de ese modo todos los Derechos Humanos. La Alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet y Amnesty Internacional dieron cuenta de centenares de denuncias por torturas, ejecuciones sumarias y detenciones irregulares.
* Control de los medios de comunicación: los medios están fuertemente controlados por el Estado, con censura y propaganda limitando la difusión de información crítica.
* Impunidad y corrupción: infinidad de denuncias de corrupción y abusos de poder no son investigados ni castigados, contribuyendo a la desconfianza en las instituciones. Falta absoluta de transparencia y rendición de cuentas: las decisiones del gobierno se toman en secreto, sin mecanismos efectivos para rendir cuentas a la ciudadanía.
* Mantenimiento del orden a través de la coerción: uso de la policía y las fuerzas armadas para suprimir cualquier forma de resistencia, evidenciado por la militarización de la política.
Es importante sincerar el tipo de gobierno que se ejerce en Venezuela. Disfraza a todos sus atropellos al orden legal con acusaciones de golpes de Estado o de complots internacionales contra el régimen. En definitiva, se disfraza el autoritarismo con el engaño de aparentar ser una democracia, mientras se practica un sistema despótico, se degrada el significado de la democracia y perjudica los derechos fundamentales de los ciudadanos. La comunidad internacional y la oposición venezolana deben estar preparadas para enfrentar estas realidades y defender con realismo la democracia. Ma
duro y su elite tienen mucho poder concentrado y una cantidad incalculable de triquiñuelas.
* El autor también es Dr. en Estadística y consultor político