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Mining holiday on ice

Viernes, 19 de diciembre de 2025 01:14
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Filigrana pura. Los gobiernos de la Nación y de las provincias mineras han llevado por fin al altar de las leyes a la norma querr aclarará los glaciares, una de las obsesiones de la inversión minera. No es un acto improvisado, aclaran los referentes de la minería argentina. Lo que se vio en el rosario de comunicados casi clonados

íComo han pasado los años!, cantaría Rocío Durcal. Los coaching y networking han funcionado para desplegarse tras el parto del proyecto de ley de ocho artículos en un discurso empresarial templado en el que predominan los acentos sobre el rol estratégico de las reservas de recursos hídricos.

Ha quedado para el texto oficial el mayor énfasis a las inversiones que la patria necesita. En los plácemes a la ley que abrirá el Inevitable lanzamiento mutuo de sapos y culebras en el Congreso Nacional se han adjuntado fotos mineras de pocos hielos, o mejor dicho de suelos periglaciares, el permafrost que la Ley Milei busca abolir.

Claro que hay un clima de "ahora o nunca". El modelo liberal vive sus pascuas frente al peronismo implosionado que espera revanchas, no ahora, de una macroeconomía que trastabille y cunda el descontento, dicen. Mientras tanto, el tándem Santilli, Toto Caputo, Quirno y Karina, juegan el "game" federal que pavimenta esta extraordinaria yapa con la yapa de los glaciares. Una rara avis entre leyes fundamentales de Presupuesto, Reforma Laboral, Reforma Impositiva, entre otras.

Es San Juan la más interesada porque haya un nuevo reparto de poder, con inventarios provinciales, soberanías ad hoc y el IANIGLA ( Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales) en versión post ka, lejos de aquellas épocas de Daniel Filmus y Fernando Solanas, donde la política atacaba con medio ambiente y las mineras respondían con producción, empleo, desarrollo y el juramento perenne de que cuidarán más que a su madre a los hielos y el agua, escasos en este ciclo de la Historia.

La previa de palabras ha sido rica, con pinceladas como las del ahora mediático sanjuanino Silvio Pastore de que los glaciares han retrocedido severamente. Si no se equivocan los gurús del clima, lo seguirán haciendo.

La inversión minera en clave cobre-oro-plata-uranio y otros no destella como en el litio en el último lustro. Cuando hubo fondos en forma para los salares de la Puna, lo que alimentó la obsesión de alcanzar a Chile, que ahora es noticia por la "purita derecha" de José Antonio Kast que, según advierten las mineras, pondrá más competencia sobre la mesa. No hace falta, con la izquierda de Gabriel Boric, progresaron proyectos de inversiones de varios ceros porque el cobre super récord de US$12.000 banca cualquier merma de leyes de mineral.

Volvamos a la Argentina. Sin solucionar la zona gris de Glaciares no se puede hacer la minería, eso le dijeron los CEOs y abogados de las mineras infinitas veces al tanque libertario. Pero con esta solución y los beneficios del RIGI tampoco será suficiente, porque la Argentina tiene su famosa infraestructura como un niño abandonado en la puerta de una iglesia. Lo cual es una hermosa oportunidad, pero también una enorme complicación para los presupuestos de construcción de minas.

Tampoco es que en San Juan, que en sus sorbos de café con leche condensada se sueña ser una Vaca Muerta, haya agua para tanto cobre y por eso cada vez se escucha más la opción de traerla desalada de Chile.

"Necesito razones para convencer a mi familia que se opone a la minería en el sur de Mendoza", dice un consultor petrolero. Es difícil, las posiciones suelen ser cuasi religiosas. Pero la coyuntura política parece estar asegurando los votos para que las mineras "whatsapeen" a la casa matriz: "There's already a Glacier Law, boss" (Ya hay una Ley de Glaciares, jefe). El bonus está listo pero antes de cobrarlo habrá que bancar debates duros. Así es la democracia.

 

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