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Una cámara de seguridad captó el momento en que la víctima de este caso, Cecilia Strzyzowski, ingresaba junto a su pareja, César Sena, a la casa de los padres de éste, Emerenciano Sena y Marcela Acuña, el día 2 de junio del año 2023. Eran las 9 y 14. Mucho se habló, mucho se dijo sobre lo que presuntamente pasó puertas adentro de esa casa sita en la calle Santa María de Oro 1460, en Resistencia, pero Cecilia ya no salió de ahí.
En una perturbadora nota de dos páginas y cuatro fotografías que la periodista Lucila Marín escribiera para el diario "La Nación", que la publicó en su edición de papel el domingo 30 de noviembre, la lupa de la autora se posa sobre las pruebas del caso. Después de titular la nota con el nombre de la víctima, le agrega: "De la mecánica del crimen a los restos óseos sin identificar, la trama más oscura". Ya desde el título anticipa cuál será el objeto de su propia investigación: tratar de encontrar respuestas a los que considera puntos oscuros del caso.
Marín se hace estas tres preguntas: 1) ¿Por qué la mataron?; 2) ¿Cómo?; 3) ¿Dónde está el cuerpo? No encontró respuestas a las dos primeras y sobre la tercera, dijo la que todos saben: el cuerpo nunca apareció. Lo que pudieron encontrarse fueron restos óseos, tanto en el Campo Rossi, donde estaba instalada la chanchería familiar, y en el río Tragadero. Lamentablemente, pese al profesionalismo de los antropólogos forenses, lo único que se pudo establecer fue que esos restos pertenecían a un solo individuo adulto, no el sexo ni otras características específicas.
Más adelante, Marín propone otros interrogantes: 1) cómo la mataron; 2) si existió un plan y en qué consistió; 3) el papel central del fuego. Resume cuál fue la teoría del caso de los fiscales para cada uno y si pudieron respaldarla con pruebas.
Sobre la forma de matar, los fiscales presumen que fue una combinación entre artes marciales y estrangulamiento, concretada sobre el cuello de la víctima. El principal apoyo para eso fue establecer que César Sena hacía jiu-jitsu. Otro fue una foto de presuntos rasguños, tomada a César y publicada en redes sociales, cuando ya se sabía que la víctima había desaparecido.
Eso fue todo, porque los padres negaron haber tenido intervención en lo sucedido y el hijo nada dijo sobre lo que pasó entre él y la víctima aquella mañana en la planta baja de la casa familiar. Lo que sí hicieron los fiscales fue modificar la calificación de las conductas de los padres: al principio, los consideraban coautores; después, partícipes primarios, porque se ausentaron deliberadamente de la casa y con ello crearon el ambiente para que el hijo matara a Cecilia. Técnicamente, las dos conductas tienen la misma pena, así que no era un cambio que beneficiara a los padres.
Los fiscales, en su teoría del caso, presumieron que existió un plan para deshacerse de los restos de Cecilia. Había que envolverlo con frazadas y bolsas de residuos; había que llevarlo al Campo Rossi, incinerarlo y después, cargar los restos que pudieran quedar y las cenizas al río Tragadero. Lo mismo se hizo con una valija y una mochila de la víctima, que fueron quemados en otro lugar descampado, en el barrio Emerenciano Sena. Según los fiscales, los muebles de la casa familiar que tenían manchas de sangre, se donaron a vecinos del mismo barrio, por orden de la madre de César Sena.
Nuevamente, en la nota se plantea que a esa parte de la teoría del caso le faltó la secuencialidad que debe existir entre cada uno de los pasos de lo que creen que sucedió. Apenas se rescataron algunos mensajes, escuetos y elementales, que los Sena enviaron a sus empleados -también acusados- para pedirles que se pegaran a su hijo y que confirmaran si eso -los restos de la víctima- era un cuerpo. Los fiscales nunca pudieron precisar el paso a paso del ocultamiento del cuerpo. De nuevo, los principales imputados negaron todo esto.
En cuanto al fuego, claro que existió: alguien tuvo que llevar los restos; alguien tuvo que encender y avivar el fuego e incinerar los restos. Según los expertos, un fuego como el de este caso debió durar tres horas como mínimo y catorce como máximo, para dejar los huesos como fueron encontrados. La antropóloga Ginarte aseguró que el cadáver estuvo sometido a temperaturas superiores a los ochocientos (800) grados. Los autores del fuego, empleados de los Sena, negaron todo y una de ellos, la pareja del casero, fue absuelta en el juicio.
Un caso conocido en que un jurado popular del Chaco ya ha condenado a casi todos los acusados de matar a Cecilia Strzyzowski.
Precisamente en estas últimas palabras está el núcleo de esta nota. Cómo es que dicta sentencia el jurado popular. Si como los jueces, tiene la obligación de explicar cada una de sus decisiones; cómo es que consideran que las pruebas producidas durante el juicio oral y público son suficientes para condenar; y si no lo son, para absolver. Ni qué hablar de los aspectos jurídicos del caso, tales como la calificación legal; atenuantes, agravantes, etc.
La ley de jurados populares que está vigente en la vecina provincia del Chaco se parece mucho a la nuestra. Más todavía, es anterior en el tiempo y, antes del caso de Cecilia, los jurados populares chaqueños ya tenían una experiencia de más de sesenta juicios de ese tipo. Ninguna como ésta vale decirlo, pero la tenían.
La ley de juicio por jurado vigente en nuestra provincia, número 8478, contesta cómo es que dicta sentencia el jurado popular. En su artículo 6°, dice: "El Jurado dictará su veredicto según su leal saber y entender, sin expresión de los motivos de su decisión".
En la intimidad de la sala de reuniones, donde todo lo que se dice y hace es y será secreto para el futuro, doce hombres y mujeres deciden si el acusado es culpable o inocente. Apenas lo determinen, se lo harán saber al juez profesional que preside las audiencias. Toda constancia escrita que quedará dentro de la sala, como lo son las boletas con que votaron, las notas que tomaron, por ejemplo, serán destruidas.
En el caso Cecilia Strzyzowski, sólo esos jurados sabrán qué significado tuvo el tema de los huesos sin identificar; la trama oscura del suceso; las debilidades de la acusación de los fiscales; cómo la mataron; si existió un plan para deshacerse de los restos y alguno que otro tema más. Sólo uno fue absuelto.