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Rumania anticipa un desafío mundial para la democracia

La intromisión de Rusia en las elecciones rumanas a través de redes sociales parece haber sido decisiva para que ganara un candidato pronazi. La Justicia anuló el comicio.
Jueves, 20 de febrero de 2025 02:28
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Rumania es un verdadero "caso testigo" en una controversia global sobre el futuro de la democracia. Por primera en la historia mundial un tribunal judicial resolvió invalidar la primera vuelta de la elección presidencial celebrada en noviembre pasado, en las que triunfó Calin Georgescu, una personalidad extrapartidaria caracterizada por un estilo disruptivo, portador de un discurso ultranacionalista y euroescéptico y confeso admirador del presidente ruso Vladimir Putin.

El argumento de la resolución judicial fue que el resultado electoral había sido determinado por la interferencia de un "actor estatal externo", en clara alusión a Rusia, que se había ejecutado a través del empleo de las redes sociales. Esta inédita decisión, tomada apenas 48 horas antes del balotaje, no sólo desencadenó una crisis institucional, que provocó la renuncia del presidente Klaus Iohannis y la convocatoria para nuevas elecciones para el mees de mayo, sino que abrió también un amplio debate que trasciende las fronteras rumanas. La sentencia de la Corte Constitucional estuvo fundamentada en el conocimiento de documentos reservados del Servicio Rumano de Inteligencia (SRI) que establecían que Georgescu había sido beneficiario de una operación realizada desde Moscú. Según esa información, la campaña rusa incluyó el despliegue de 25.000 cuentas en TikTok y en Telegram, muchas de ellas reactivadas luego de años de inactividad para promover la candidatura de Georgescu.

Los informes del SRI aludían también a la existencia de una financiación externa de un millón de euros que no fue declarada en los registros oficiales de campaña. Parte de esa financiación se había canalizado a través el pago a "influencers" en las redes sociales. y se habrían abiertos cuentas falsas que simulaban representar a instituciones rumanas.

Al mismo tiempo, el Consejo Supremo de Seguridad Nacional denunció que se habían detectado 85.000 ciberataques contra sitios oficiales del estado rumano y acusó a TikTok de violar la normativa electoral vigente por no haber identificado a Georgescu como candidato, como sí lo hizo con todos sus competidores.

Marcel Ciolacu, primer ministro y candidato del Partido Socialdemócrata, que había salido tercero en el escrutinio, detrás de Georgescu y de Elena Lasconi, candidata de la también opositora Unión Salvemos Rumania, señaló que el fallo era "la única solución correcta ante la desclasificación de documentos que demuestran que el voto de los rumanos ha sido descaradamente distorsionado como consecuencia de la intervención rusa".

Como era previsible, Georgescu negó categóricamente las acusaciones. Sus partidarios inundaron las calles con indignadas manifestaciones de protesta. Incluso la centroderechista Lasconi, que había obtenido un sorpresivo segundo puesto que la colocaba en un lugar expectable para el balotaje, criticó la decisión del tribunal. Rusia, por supuesto, desmintió los informes incriminatorios y denunció una operación de los servicios de inteligencia occidentales.

Un personaje polémico

El ascenso político de Georgescu fue verdaderamente meteórico y estuvo siempre rodeado por continuos escándalos mediáticos derivados de sus declaraciones deliberadamente provocativas. En 2022 señaló que Ion Antonescu y Corneliu Codreanu, los dos principales protagonistas de la alianza de Rumania con la Alemania de Hitler en la segunda guerra mundial, eran "héroes de la nación rumana", una afirmación que le valió una acusación judicial por apología del genocidio. Con una mirada fuertemente crítica del feminismo, y sin imaginar que podría terminar compitiendo con Lasconi en una eventual segunda vuelta electoral, declaró que "una mujer no puede ser presidenta. Las mujeres tienen otro papel en la sociedad. No estaría a la altura".

Su campaña proselitista enfiló contra la pertenencia de Rumania a la OTAN y la Unión Europea porque "lo único que han hecho es neutralizarnos económicamente, borrar la identidad nacional, el ADN que garantiza la inmunidad de la nación y del espíritu rumanos". Criticó abiertamente el papel de Estados Unidos en Europa Oriental, acusándolo de manipular conflictos como el de Ucrania para favorecer a su "complejo militar-industrial".

El discurso de Georgescu tiene notorias connotaciones religiosas que le granjearon el respaldo de un sector mayoritario del clero de la Iglesia Ortodoxa. Su imagen nacionalista está favorecida por su condición de titular de la Asociación Tierra de Nuestros Antepasados, una organización no gubernamental consagrada a "los pequeños agricultores, las familias rurales, el arte y la artesanía, la familia y la fe". En esa dirección se inscribe su propuesta de unificación entre Rumania y su vecina Moldavia, la otra nación de lengua rumana, de raíz latina.

La agresividad el discurso de Georgescu y la posibilidad de su victoria hicieron que el Partido Socialdemócrata y el Partido Nacional Liberal, su socio en la alianza gobernante, acordaran confluir con Lasconi, su antigua adversaria conservadora, para crear un "cordón sanitario" para frenar el avance de la ultraderecha. Esa alianza de los partidos tradicionales tiene una mayoría parlamentaria que tornaría difícil un gobierno de Georgescu.

En contraposición, George Simion, jefe de la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), una agrupación ultranacionalista, convocó a todas las fuerzas ideológicamente afines, especialmente al Partido de los Jóvenes y SOS Rumania, para integrar una coalición en apoyo de Georgescu a fin de derrotar a la entente de los partidos tradicionales. "Hago un llamamiento a todos los patriotas de este país, independientemente de lo que nos separa, ha llegado la hora de cerrar filas. Si los globalistas, los anticristos, los corruptos se unen, es hora de que nosotros también nos unamos", proclamó Simion.

El fantasma de Musk

El conflicto rebasó las fronteras rumanas. La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, declaró que "tras serios indicios de que agentes extranjeros interfirieron en las elecciones presidenciales rumanas utilizando TikTok, estamos investigando a fondo si TikTok ha violado la Ley de Servicios Digitales por no abordar esos riesgos. Debe quedar meridianamente en claro que en la UE todas las plataformas en línea, incluida TokTok, deben rendir cuentas".

Previamente, ante las acusaciones de que X (ex Twitter) había tomado partido en favor de la ultraderechista Alternativa por Alemania en la campaña para las elecciones legislativas germanas, la Comisión Europea había recordado a la empresa de Elon Musk su obligación de abstenerse de cualquier intervención parcializada en esa contienda. En sentido contrario, el vicepresidente estadounidense JD Vance, en el discurso que pronunció en la Conferencia de Seguridad de Munich sorprendió a su auditorio con una defensa del protagonismo de Musk en la contienda alemana: "expresar opiniones no es una injerencia electoral, incluso cuando la gente expresa opiniones fuera de su propio país e incluso cuando esas personas sean muy influyentes". Pero Vance fue más allá cuando objetó el fundamento legal de la anulación de las elecciones rumanas: "si una democracia puede ser destruida con unos pocos cientos de miles de dólares en publicidad extranjera, esa democracia nunca fue muy fuerte".

La hipótesis de una Rumania presidida por Georgescu desató múltiples especulaciones acerca del avance de la ultraderecha nacionalista europea, encarnada por los gobiernos de Georgia Meloni en Italia y de Viktor Orban en Hungría, el crecimiento de Alternativa por Alemania y la gravitación de Agrupación Nacional liderada por Marine Le Pen en Francia, que reparten sus simpatías entre Putin y Donald Trump.

Pero, más allá de esas elucubraciones, la crisis de los sistemas políticos tradicionales y la irrupción de las nuevas tecnologías de la información en los procesos electorales transforman a Rumania en un "leading case" de implicancias mundiales. Más todavía cuando las afirmaciones de Vance en Munich ratifican que en Estados Unidos la dupla formada por Trump y Musk configura un bloque de poder político- tecnológico contrario a las regulaciones estatales en las redes sociales, que a su juicio lesionarían la libertad de expresión, y está decidido a impulsar un cambio de época a escala global.

* Vicepresidente de Instituto de Planeamiento Estratégico

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