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"¿Qué es, pues, lo que Buenos Aires ha hecho del país? ¿No tenemos derecho a preguntarle con palabras bíblicas: 'Caín, Caín, que has hecho de tu hermano'?" (Ezequiel Martínez Estrada. Autor de La cabeza de Goliat- 1940).
El politólogo argentino Andrés Malamud, define en su "Diccionario Arbitrario de Política", a la elefantiásica Provincia de Buenos Aires de esta manera:
"1. Provincia argentina que no es una provincia más ni es un poquito más grande que las demás. Es enormemente más grande. China es un quinto del mundo: de cada cinco seres humanos uno es chino. De cada cinco argentinos, dos son bonaerenses. La Provincia de Buenos Aires es a Argentina como dos Chinas al mundo, y ya sabemos lo que pasa cuando China se enferma: pandemia".
"2. Buenos Aires está diseñada para no funcionar. La superposición inconexa de regiones administrativas colocó a su democracia en el cadalso de su burocracia. El gobierno provincial está desorganizado de este modo: 7 regiones agrarias, 8 secciones electorales, 9 delegaciones de previsión social, 10 complejos penitenciarios regionales, 12 regiones culturales, 12 regiones sanitarias (diferentes de las anteriores), 12 zonas de vialidad, 13 subgerencias de recaudación, 14 regiones de IOMA, 25 regiones educativas, 32 jefaturas departamentales de seguridad, 46 delegaciones del Ministerio de Trabajo y, claro, 135 municipios. Ningún área administrativa coincide con otra. Este mapa no es mero producto de la inercia sino del corporativismo: cada grupo de interés, sean jueces, comisarios, médicos o legisladores, se socializó en este sistema, ascendió en él y aspira a mantenerlo. El fracaso colectivo se alimenta del privilegio sectorial, o mejor dicho, viceversa".
"3. Una federación puede ser simétrica, como Estados Unidos, o asimétrica, como España. La argentina es teóricamente simétrica. Sin embargo, el hecho de que Buenos Aires quintuplique demográficamente a la segunda provincia más poblada torna a la igualdad en ilusión. La coparticipación federal, un mecanismo de redistribución de impuestos entre provincias, busca contrabalancear esta asimetría, pero logra el efecto contrario: subdesarrollar a Buenos Aires alentando su resentimiento político. La provincia es el agujero en el zapato del federalismo argentino". Pensamiento: Dividirla y eficientizarla no es un capricho faccioso ni una ideologización antiperonista; es una necesidad federal, pero, sobre todo, ciudadana.
Preferí la extensa cita textual antes que transcribir algunas líneas porque, la verdad, en ellas se esconde un «fracaso por diseño». No es sólo que su pauperización económica, social, educativa y sanitaria, sea consecuencia de la mala gestión en esos rubros de los quichicientos gobernadores e intendentes peronistas que la han gobernado desde siempre ni de falta de presupuesto; o que quichicientos políticos y grupos de poder se hayan dedicado a expoliarla de manera sistemática desde que Buenos Aires es Buenos Aires. Es eso, pero, además, porque está diseñada para fracasar. Y porque no se hace nada por cambiar su diseño.
Está diseñada para que prevalezcan los intereses espurios de grupos de poder por sobre las necesidades vitales de sus ciudadanos y para que el bien común quede siempre relegado. Por algo no hay redes suficientes y con excelencia de agua potable, de gas, o cloacas. Pero es tanta la necesidad de mantener el statu-quo; que hasta el senador provincial Carlos Kikuchi -ex armador nacional de La Libertad Avanza cuando esta no era más que una fantasía descabellada en cabeza de unos pocos-, votó a favor de la reelección indefinida de los legisladores.
"El Contubernio" (1931) es uno de los libros más conocidos de Joaquín Coca; libro en el que denuncia la alianza política del socialismo con los conservadores y antipersonalistas para desgastar al yrigoyenismo. La palabra "contubernio" se usaba para hablar de la convivencia sexual de dos personas sin estar casadas. De claro matiz peyorativo y, hoy, anacrónico, sirve sin embargo para definir y retratar, casi de manera perfecta, a LLA. Un nuevo proyecto de poder que pretende reemplazar al anterior, «contubernializándose» con otras facciones políticas para desgastar al sistema político en su totalidad. Ellos mismos incluidos. Sólo que es imposible prostituirse y proclamar la castidad.
¿Sorprende entonces su voto? ¿Sorprende cuando dice: "En primer lugar quiero señalar nuestra posición ideológica y filosófica en relación con esta cuestión? Nosotros los liberales tenemos un principio fundamental que es el siguiente: limitar o prohibir es exactamente lo opuesto a las ideas de la libertad". "Churchill fue durante más de 60 años legislador del Parlamento británico", antes de concluir que "si al líder conservador lo hubieran limitado en su rol, hoy el mundo sería nazi". ¡Compararse él con Churchill -y a la legislatura bonaerense con el Parlamento Británico-¡Más payaso sólo en circos.
A esta altura de los acontecimientos queda claro que LLA carece de toda postura ideológica o filosófica, y que sólo es practicidad, maleabilidad y «contubernialismo». Que su conducta es afín a un armado de poder que destroce primero y reemplace después a todo otro grupo de poder; incluida cualquier forma de oposición. Nada más.
"¡Viva la reelección indefinida carajo!", gritó Kikuchi atornillado a su banca provincial. "Viva la casta carajo", grita La Libertad Avanza provincial y nacional; cuidándose de simular el debido espanto y contrariedad. Todo, como siempre, en nombre de la Libertad. Toda marcha acorde al Plan.