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25 de Agosto,  Salta, Centro, Argentina
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Una oportunidad para el presidente Milei

Lunes, 25 de agosto de 2025 00:05
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Ética y política siempre fueron dos palabras inseparables y en tensión. Desde los antiguos griegos corruptere o corrupción significaba actuar en beneficio propio en detrimento del bien común y la verdad.

Con el advenimiento de la modernidad surgió la Democracia y con ella la división de los poderes y la representación política de las mayorías y minorías, con la misma intencionalidad de los antiguos: evitar el beneficio propio de los que tienen poder en desmedro de los que no lo tienen.

Las ventajas que daba una posición de poder en el ágora ateniense o en algunos de los poderes de una democracia, sólo debían estar al servicio de las mayorías de los ciudadanos.

El hilo de oro que une el pensamiento de los antiguos con la modernidad es el principal objetivo de la política: un sistema de equilibrios en la disputa por el poder, que conlleva acordar procedimientos para gobernar evitando la corrupción.

Los procedimientos en el Ágora ateniense eran la rotación por sorteo para dar voz y voto a los ciudadanos, lo que daba una relación paritaria para decidir qué hacer en la ciudad. En la modernidad, la complejidad de las ciudades y el creciente número de ciudadanos instala otros procedimientos instaurados en las constituciones y las leyes que indican quienes ejercerán el poder y cómo se repartirá el mismo.

Como podemos apreciar, el apego a la ley, el cumplimiento de los procedimientos y la intención de gobernar, no son nuevos y atraviesan épocas y sistemas políticos, generando sociedades más equitativas y humanas.

Esta última semana se inició una crisis política de derivaciones impensadas, que vinculan a lo más empinado del poder con sospechas de cohecho.

Las sospechas, se fundaron en hechos que dan muestras de que los que tienen poder obtuvieron ventajas en el procedimiento instaurado para la provisión de medicamentos a las personas con discapacidad.

Hay sospechas de corrupción, es decir, se habría instaurado un procedimiento en que un funcionario público recibe dinero a cambio de una acción indebida.

Esta novedad política en que el procedimiento para gobernar está inficionado por este "modus operandi" impacta en la legitimidad política del gobierno del presidente Milei.

Teniendo presente que los dos pilares en los que se sostiene la credibilidad del presidente de la nación y la legitimidad política del gobierno son: la ética política y la baja de la inflación y disminución del déficit público. La vulneración de uno de ellos genera la crisis política de estos días.

La crisis política no se resolverá por una condena judicial, moral o religiosa; sino por la acción en la máxima autoridad política que hoy tiene la potestad de ir a fondo y sacar del gobierno a quienes por comisión u omisión no cumplieron con el mandato que da la política a quienes los elige para gobernar; es decir, ser esclavos de los procedimientos y el bien común y no servirse del poder o los resultados de la política económica para su beneficio personal.

Las crisis políticas son una oportunidad para ponerse de pie en nombre de los valores, y sortearlas o arrodillarse ante los intereses creados.

Porque como dice el adagio: "la oportunidad es como el hierro… hay que remachar caliente". Esta es la oportunidad del presidente Milei para eliminar la corrupción y sostener la legitimidad política de su gobierno.

 

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