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Nepal avanza hacia caótica democracia digital

La decisión del gobierno de bloquear 26 plataformas digitales desencadenó una muy violenta rebelión juvenil.
Jueves, 18 de septiembre de 2025 01:03
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Nepal, un país montañoso de 30 millones de habitantes geográficamente encerrado entre China y la India, portador de una cultura y una tradición milenarias, protagoniza uno de los fenómenos históricos más novedosos del siglo XXI: una revolución juvenil que en pocos días produjo la caída del gobierno y destruyó al sistema político tradicional, generó una situación de caos generalizado que culminó en una negociación entre los jóvenes sublevados y las Fuerzas Armadas que acordaron la elección como primera ministra de Sushila Karki, una abogada de 73 años, ex presidenta de la Corte Suprema de Justicia, cuya designación fue legitimada mediante una encuesta virtual con más de 100.000 participantes realizada a través de la plataforma Discord.

El carácter inédito del acontecimiento coincide con la originalidad del disparador que provocó su estallido. La decisión del gobierno de bloquear 26 plataformas digitales, entre ellas Facebook, You Tube, X y LinkedIn, con la excusa de que no se habían registrado ante las autoridades en el plazo establecido, levantó una oleada de protesta que se transformó en un gigantesco movimiento contra la corrupción de la elite gobernante.

La escalada de violencia alcanzó dimensiones homéricas. Millares de manifestantes incendiaron el Parlamento y las residencias del primer ministro, Khadga Prasad Sharma Oli, del ministro del Interior, Ramesh Lekhak, quien ya había dimitido, y de otros altos funcionarios y líderes del Congreso Nepalí y el Partido Comunista Maoísta, las dos principales fuerzas de la coalición de gobierno, así como la sede del mayor grupo de medios de comunicación. Entre innumerables actos de salvajismo, el ministro de Finanzas, Bishnu Paudel, fue obligado a desnudarse, golpeado y arrojado al río Bagmati mientras que Rabi Laxmi Chitrakar, esposa del ex primer ministro Jhalanath Khan, fue quemada viva en su domicilio.

A pesar de que esa prohibición de las redes sociales fue revocada en solo veinticuatro horas los manifestantes embistieron con consignas contra la corrupción gubernamental y forzaron la renuncia del primer ministro. Ante el vacío de poder, las Fuerzas Armadas anunciaron que se hacían cargo del mantenimiento del orden público mientras se tramitaba una solución política a la crisis.

Los jóvenes contestatarios, en su gran mayoría de entre 15 y 28 años, se reivindican orgullosamente como miembros de la llamada "Generación Z", una franja etaria nacida entre 1997 y 2012. El término se convirtió en un símbolo de unidad del movimiento. Estudiantes universitarios e incluso secundarios, organizados en pequeños grupos descentralizados, impulsaron las movilizaciones, coordinadas a través de las redes, en un ejercicio de "anarquismo cibernético" cuya dinámica evocó la explosión del histórico mayo francés de 1968. En Nepal la franja de entre 15 y 40 años representa el 43% de la población.

Nepal tiene el promedio de utilización de las redes sociales más alto del sur de Asia. Para muchos jóvenes su uso constituye el principal y casi único medio de comunicación. Los hashtags Nepo Baby y Nepo Kids se erigieron en voceros del movimiento. "Nepo" es la abreviatura de nepotismo y se refiere al estilo de vida de las familias de la élite del poder.

La ira de los manifestantes se concentró, a modo emblemático, en el hijo y la nuera del ex primer ministro Bahadur Deuba y se expresó mediante la difusión de imágenes ilustrativas de su vida ostentosa y las de los vástagos de otros dirigentes políticos de alcurnia. Para los jóvenes el "juego de las sillas" de la alternancia en el poder entre miembros de la "clase política" representaba una "farsa democrática", a la que contra propusieron una "democracia digital" única en el mundo.

En el trasfondo de la indignación colectiva está el agravamiento del desempleo. Si bien las encuestas gubernamentales consignan una tasa de desocupación del 12,6%, esas cifras pertenecen a los trabajadores de la economía formal y no incluyen a la inmensa mayoría de los nepaleses, que trabajan en negro, principalmente en la agricultura. Ese desempleo no registrado se concentra especialmente entre los jóvenes adultos.

Frente a esas crecientes dificultades, diariamente miles de jóvenes abandonan el país con contratos laborales de corta duración en Malasia o en los países petroleros del Golfo Pérsico. Muchos trabajan también en la India como inmigrantes temporales. Los datos oficiales muestran que en 2024 emigraron 741.000 personas.

Un porcentaje significativo de la población logra sobrevivir por las remesas que envían de dos millones de nepaleses que trabajan fuera del país. En 2024 esas remesas alcanzaron 11.000 millones de dólares, un 26% del producto bruto interno. La prohibición de las redes implicaba un golpe mortal para la subsistencia de centenares de miles de familias.

En este contexto, cabe explicar la virulencia del resentimiento popular contra el nivel de corrupción generalizado en el Estado. Un estudio de Transparencia Internacional, una organización internacional especializada en la materia, puntualiza que Nepal es uno de los países más corruptos. Una multitud de denuncias duerme en los estrados judiciales y sólo prosperan algunas que no afectan a los funcionarios más encumbrados.

Desde la abolición de la monarquía en 2008, el escenario político estuvo caracterizado por las cambiantes alianzas y la alternancia en el poder de tres partidos: el Partido del Congreso Nepalí, cercano a su homólogo de la India, el Partido Comunista de Nepal, próximo a China, y el Partido Comunista Centro Maoísta, protagonista de una larga insurrección armada que culminó con un acuerdo de paz que posibilitó la elección de una asamblea constituyente que instauró una república parlamentaria.

Esa constelación de fuerzas se ve alterada por la insurrección juvenil, que inaugura un nuevo escenario. Emerge entonces la figura del "rapero" Balen Shah ("Balen"), alcalde de Katmandú, a quien algunos dirigentes juveniles ofrecieron ocupar el lugar de primer ministro.

Elegido en 2022, tomó impulso gracias al hartazgo social prevaleciente frente a los partidos tradicionales. Durante su gestión, Shah tuvo fuertes controversias con el gobierno central en asuntos de impacto masivo como la recolección de residuos.

A sus 35 años, con un discurso renovador y una sintonía con el público juvenil originada en su talento musical, su figura asoma como un serio candidato para las elecciones de marzo. En medio de la conmoción, "Balen" utilizó las redes sociales para emitir un mensaje pacificador: "Hemos dejado en claro, éste es un movimiento de la Generación Z. Querida Generación Z: la renuncia de su asesino ha llegado. ¡Ahora sean moderados!".

Queda empero por develar una gigantesca incógnita. La revuelta juvenil triunfante en Katmandú expresa con nitidez la insatisfacción generalizada de la juventud de la clase media urbana en una sociedad eminentemente rural, con una inmensa población campesina que permaneció ajena a los disturbios. No habría que descartar la hipótesis de que los perdedores, en particular las dos facciones comunistas, intenten replegarse en el interior del país para encabezar una resistencia armada al nuevo gobierno. El fantasma de la guerra civil siempre está vigente en Nepal.

Tampoco cabría subestimar la influencia de los factores externos. Ni China ni la India son indiferentes a lo que suceda en Nepal. De hecho, el antiguo sistema político expresaba también una compleja convivencia entre los dos gigantes vecinos. En la rebelión juvenil subyace la irrupción de ciertos valores occidentales de corte liberal que algunos sectores de la izquierda desplazados del poder denuncian como parte de una supuesta "conspiración imperialista" orientada a establecer una cuña geopolítica en el sur de Asia, en pleno corazón de los BRICS.

Sea cual fuere el desenlace, lo cierto es que Nepal se constituyó en el inesperado foco de una experiencia históricamente inédita de una caótica "democracia digital" que está en línea con la creciente importancia de las redes sociales que tendría que ser un motivo de análisis en los centros académicos del mundo entero.

* Vicepresidente del Instituto de Planeamiento Estratégico

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