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Caminar por la ciudad como un vecino más, mimetizado entre el movimiento habitual de la tarde, suele ser el refugio preferido de quienes eluden a la Justicia. Sin embargo, para un joven de 26 años, esa sensación de invisibilidad se desvaneció el lunes pasadas las 18, cuando el destino y un control de rutina se cruzaron en su camino en la zona este de la ciudad de Salta.
Todo transcurría con normalidad en las inmediaciones de la avenida Durañona y Pontussi. El flujo de trabajadores y el ruido de los vehículos marcaban el pulso de la jornada, hasta que una patrulla del Departamento de Seguridad Urbana decidió realizar una verificación preventiva. No hubo persecuciones cinematográficas ni ni sirenas pululando; fue la precisión de la tecnología y el ojo de los efectivos lo que cambió el escenario.
Al solicitar la documentación y realizar la consulta en la base de datos, el sistema arrojó una respuesta que el sospechoso no esperaba: sobre él pesaba un pedido de captura vigente. Aquella caminata terminó abruptamente cuando los uniformados le informaron que su situación legal estaba lejos de ser regular.
Cuentas pendientes con la ley
El joven estaba siendo buscado por un delito de robo, una causa que lo mantenía en la lista de personas con deudas pendientes ante los tribunales locales. De manera inmediata, el personal policial procedió a su demora y posterior traslado para asegurar que no volviera a perderse en el anonimato de las calles salteñas. El caso quedó ahora bajo la órbita del Juzgado de Garantías N° 1, que será el encargado de definir el futuro procesal del detenido.