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La confianza fue su peor enemiga. Una mujer de más de 60 años, residente de Rosario de Lerma, fue víctima de una estafa telefónica que le costó más de cinco millones de pesos. Engañada por delincuentes que se hicieron pasar por empleados de un banco, la víctima cayó en un esquema cuidadosamente diseñado para vaciarle los bolsillos sin que se diera cuenta.
Todo comenzó con una llamada telefónica. Del otro lado, una voz amable le explicó que tenía un cobro pendiente de una empresa de seguros. Se lo presentaron como una oportunidad única de acceder a un beneficio económico que supuestamente le correspondía. Para poder gestionarlo, le indicaron que debía abrir una cuenta en Mercado Pago y seguir algunas instrucciones simples. La mujer, confiada, obedeció.
Días después, recibió un segundo llamado. Esta vez, los estafadores le indicaron que, por cuestiones de seguridad, debía modificar las claves de acceso a su nueva cuenta. Le aseguraron que era un paso necesario para poder completar el trámite y recibir el dinero del supuesto seguro. Pero en realidad, ese paso fue la llave maestra que permitió que los ciberdelincuentes tomaran el control total de sus datos y movimientos bancarios.
Con la información en su poder, los delincuentes tramitaron un préstamo a su nombre y extrajeron el dinero. Pasaron varios días hasta que la víctima notó movimientos extraños en su cuenta. Al revisar en detalle, se dio cuenta de que ya era tarde: había perdido más de 5 millones de pesos.
El hecho fue denunciado ayer, cuando la mujer, devastada, se presentó ante las autoridades. La causa quedó en manos de la Fiscalía Penal especializada en Ciberdelitos, que ya inició la investigación para intentar rastrear el origen de los llamados y seguir el rastro del dinero. Aunque no se difundieron detalles sobre el banco involucrado, trascendió que la víctima aportó los números telefónicos y capturas de pantalla de las comunicaciones.
Una modalidad de estafa que no es nueva
La modalidad de la estafa no es nueva. Se trata de una técnica conocida como "vishing", en la que los estafadores se hacen pasar por empleados de entidades financieras para obtener datos sensibles. Con una narrativa creíble y un tono profesional, manipulan emocionalmente a sus víctimas, que terminan entregando contraseñas, datos bancarios y accesos a billeteras virtuales.
Las autoridades insisten en que ninguna entidad bancaria solicita datos confidenciales por teléfono. También recomiendan no brindar claves, no instalar aplicaciones a pedido de desconocidos y cortar la comunicación ante cualquier duda. En lo que va del año, en Salta ya se registraron varios casos similares, aunque pocos alcanzaron una pérdida económica de esta magnitud.
El caso de Rosario de Lerma se suma a una lista creciente de víctimas en el Valle de Lerma y la capital provincial. Aunque la investigación recién comienza, se espera que los peritajes sobre las cuentas bancarias y la geolocalización de los movimientos puedan ayudar a identificar a los responsables.
Fuente Radio Salta