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Lo que parecía un control policial de rutina terminó en un escándalo institucional. La Brigada de Investigaciones del norte provincial descubrió a tres efectivos de Infantería de Pichanal vestidos de uniforme, pero francos de servicio, que se encontraban realizando un operativo vehicular no planificado sobre la Ruta 5.
Al ser consultados por los brigadistas, los uniformados afirmaron que estaban desplegados en un control vehicular programado. Sin embargo, tras verificar con las autoridades de la Policía, se constató que no existía ninguna orden oficial para esa jornada. La maniobra levantó de inmediato sospechas sobre la intención real de los involucrados, según informó Radio Salta.
Una ruta bajo la lupa
La Ruta Nacional 5, que une Pichanal con Lumbreras, es uno de los caminos más extensos de la provincia y arrastra el estigma de ser utilizada como corredor estratégico para el narcotráfico. Por eso, la presencia de efectivos en un control no autorizado encendió todas las sospechas dentro de la fuerza.
La hipótesis que manejan los investigadores es que los policías podrían haber montado el falso operativo para sorprender a conductores, extorsionarlos o, en el peor de los casos, facilitar el paso de algún cargamento sin controles oficiales.
Los tres efectivos, que contaban con pocos años de antigüedad en la fuerza,. Desde la Jefatura de Policía se tomó la decisión de exonerarlos de manera inmediata, al considerar la maniobra como una falta gravísima e inadmisible dentro de la institución.
Fuentes consultadas señalaron que se ordenó que los tres agentes fueran apartados definitivamente de la fuerza, entendiendo que su conducta ponía en riesgo la credibilidad y el funcionamiento de los controles de seguridad en una de las rutas más calientes de la provincia.
Sin denuncias formales, pero con alta sospecha
Hasta el momento, no se presentaron denuncias de automovilistas que hayan sido víctimas de maniobras extorsivas durante ese control irregular. No obstante, la sola existencia del operativo fantasma fue considerada suficiente para aplicar la sanción máxima.
“Un control no autorizado, realizado por policías fuera de servicio y en un corredor utilizado por los narcos, es un hecho de extrema gravedad. No se trata de un error administrativo, sino de una conducta que mina la confianza en la institución”, remarcó una fuente al tanto del caso.
La exoneración marca un precedente sobre la tolerancia cero frente a conductas sospechosas en zonas críticas.