inicia sesión o regístrate.
Franco Brunetti, referente histórico del sector cárnico salteño, ofreció un diagnóstico que mezcla historia, geopolítica y economía con una advertencia concreta: "Los argentinos debemos tener memoria y exigir honestidad en la gestión pública."
Brunetti afirma que el panorama electoral es "difícil y con final abierto", en un mundo que, según su análisis, se divide entre el dólar y el yen. "Esto se parece al pacto de Yalta de hace 80 años. Cuando Churchill se levantó de la mesa y les dijo a los líderes del mundo: 'No se olviden de la Argentina'. Esa frase, que no quedó escrita, fue reconocida después por historiadores ingleses", recordó.
Con una lectura global, sostiene que "las dos grandes potencias del siglo XXI serán Estados Unidos y China", y que entre ambas se distribuye un nuevo equilibrio de poder dominado por las economías energéticas y financieras. Aun así, su preocupación sigue siendo local: la capacidad de consumo de Doña Rosa, símbolo de la clase media trabajadora. "Voy a morir con las botas puestas. Mi compromiso es con esta tierra generosa que recibió a mis padres", dijo.
El empresario interpreta su herencia por el trabajo como una deuda moral con el país que acogió a millones de inmigrantes. "Argentina fue generosa. Mi padre me decía: hiciste muchas cosas, pero si hubieses estudiado, habrías hecho más y mejores. No le importaba el dinero, sino el espíritu cultural", recuerda.
Brunetti no ahorra críticas al sistema político. "En la mayoría, los dirigentes carecen de integridad. Los problemas de la Argentina no son las personas, sino los procederes. Mi padre me enseñó que el ser humano no es lo que dice ser, sino lo que hace", sostuvo. Y agregó: "Hay que tener memoria. Los salteños deben recordar quiénes gobernaron y con qué resultados. No se puede construir futuro sin reconocer los errores del pasado."
Durante más de 40 años, Brunetti fue proveedor del Servicio Penitenciario de Salta. "En plena crisis de Alfonsín, de Cavallo, de De la Rúa o de los Kirchner, nunca dejé de abastecer carne a las cárceles. Ponía mi camión y nunca hubo una queja. Hoy el negocio del servicio alimentario es millonario y nadie sabe cuánto cuesta. Es una sociedad anónima de Buenos Aires que se lleva el sacrificio de los salteños", afirmó.
Aclaró que la empresa Brunetti ya no tiene la concesión y que aún mantiene "acreencias judicializadas desde gestiones anteriores".
"Status técnico e higiénico"
Brunetti ingresó en 1982 a la Cámara de Frigoríficos Regionales de la República Argentina, con un lema que hoy sigue vigente: "Sin estatus técnico, higiénico, sanitario, impositivo y fiscal, no habrá desarrollo pecuario con respuesta industrial acorde". "Ahora, agrego, sin inocuidad alimentaria ni trazabilidad absoluta, los alimentos no tienen futuro. Cada día el QR tiene más vigencia. Lo planteé y provoqué un cisma en la cámara", señaló.