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A pocos días de las elecciones nacionales, Bernardo Biella, actual diputado provincial y médico de larga trayectoria, busca dar el salto al Congreso como candidato a diputado nacional por el Frente Primero los Salteños, que encabeza el gobernador Gustavo Sáenz. "Hemos recorrido la provincia tres veces y en todos lados escuchamos lo mismo: la gente no está mejor que hace dos años", aseguró en diálogo con El Tribuno. Entre otros puntos, también advirtió sobre el deterioro de la salud mental en niños y jóvenes, y propuso una reforma de la ley nacional de salud mental para permitir que las familias puedan intervenir en los tratamientos de adicciones.
¿Cómo está transcurriendo estos últimos días de campaña?
La verdad es que muy contento. Hemos recorrido la provincia tres veces completas y eso, primero, nos da orgullo de poder escuchar. En esta recorrida visitamos muchos vecinos, tanto de Capital como del interior, y honestamente fuimos muy bien recibidos. Eso, para mí, tiene un gran valor. En las charlas con las familias, hubo opiniones distintas, pero apareció un punto común. Ante la pregunta: ¿usted hoy está mejor que hace un año y medio o dos años?, todos, sin excepción, me respondieron que no. Y cuando profundizamos sobre las razones, lo primero que surgía era la situación de sus padres o abuelos. Me decían que la están pasando muy mal, que tienen salarios muy bajos y que ya no cuentan con la cobertura del 100% de los medicamentos. Eso genera angustia. Muchos hijos me contaban: "mi papá no me quiere pedir ayuda, pero tiene que hacerlo para poder llegar a fin de mes". En otros casos, me decían que el padre o la madre tuvo que irse a vivir con ellos porque ya no podía pagar un alquiler y los medicamentos al mismo tiempo. Como médico de cabecera del PAMI hace 30 años, lo veo a diario. Los abuelos vienen al consultorio y me dicen: "doctor, ¿me podrá convidar un medicamento?". Eso me preocupa mucho. En todos los gobiernos hubo ajustes al PAMI, pero lo que pasó en estos últimos seis meses los golpeó de una manera increíble. Hoy no solo están mendigando medicamentos, también se redujeron las consultas con especialistas. Imaginate que, si van al cardiólogo a hacerse un electro y les piden otro estudio, deben esperar hasta tres meses para volver a la consulta.
Por eso creo que, quizás, el presidente no está bien asesorado. Si una persona deja de tomar sus remedios para la presión, que cuestan entre siete y ocho mil pesos, termina en terapia intensiva. Y un día de terapia cuesta un millón de pesos. Es decir, por no darle los medicamentos, el sistema termina gastando mucho más y poniendo en riesgo la vida del paciente. Es un problema de empatía, pero también de economía sanitaria.
El tema económico es, sin duda, una de las mayores preocupaciones. Pero este domingo, el diario El Tribuno publicó una encuesta entre los lectores y la mayoría dijo que su principal preocupación es la salud mental. ¿Qué reflexión le merece este dato?
La salud mental tiene dos focos totalmente distintos. Por un lado, en la etapa escolar, donde el bullying atraviesa de manera transversal a todos los chicos, tanto en escuelas públicas como privadas, primarias, secundarias o universitarias. La agresividad viene desde arriba, desde la Nación; uno ve cosas realmente increíbles. En el Congreso Anual de la Juventud, realizado en Salta, los chicos colocaron como segundo tema de preocupación "el manejo de las emociones". Que ellos digan eso habla de que algo serio está pasando. Por otro lado, está el problema de las adicciones. La ley nacional de salud mental es muy vieja, y hoy si una persona tiene un problema de adicciones debe querer atenderse para poder recibir ayuda. Pero las drogas te quitan la capacidad de decidir. Si estás con una adicción y empezás la desintoxicación, tardás casi dos semanas en volver a la realidad. Entonces, necesitamos modificar algunos artículos de la ley para que los padres o abuelos puedan autorizar el inicio del tratamiento. A partir de ahí, podemos empezar a trabajar también sobre la inseguridad, porque hoy la mayoría de los robos no son por hambre, sino para consumir.
Cuando logremos que los chicos se recuperen, podremos reinsertarlos en la escuela y darles herramientas laborales para que no recaigan. Por eso hablamos de fomentar el emprendedurismo, especialmente entre los jóvenes. Presentamos un proyecto para que en cada localidad de la provincia haya un consultorio especializado, con psicopedagogos, psicólogos y médicos, que trabajen junto a las escuelas, capacitando docentes y conteniendo a las familias. Los chicos me decían: "el bullying es una herida que nos queda en el alma toda la vida". Y eso es durísimo.
-Está buenísimo que haga esa docencia, sobre las funciones de un legislador, porque estas elecciones son legislativas. En ese sentido, recién habló del PAMI, del tema de los medicamentos. ¿Qué propuestas tiene en ese sentido?
Tengo dos propuestas. La primera es muy sencilla y no le costaría nada al presidente Milei implementarla. Que los medicamentos crónicos, como los de la presión o el colesterol, se fabriquen en múltiplos de 30. Hoy vienen cajas de 28 pastillas, o de 50 en el caso de los de tiroides. Eso no cubre un mes o dos meses completos. Si logramos que las cajas sean de 30 o 60 unidades, ayudamos a los jubilados a poder completar su tratamiento mensual. La segunda tiene que ver con la receta digital. Hoy solo el nombre es digital, porque cuando vas a la farmacia te imprimen tres hojas y cortan los troqueles. Mi proyecto propone que los laboratorios incorporen un código QR en los envases, de modo que al escanearlo se debite automáticamente de la obra social y no haya necesidad de papeles. Sería más ágil, transparente y económico. Y en cuanto al PAMI, propongo destinar solo un punto del presupuesto del impuesto al cheque a los jubilados. Con eso evitaríamos gastar un millón de pesos por día en terapia intensiva. No hay nada más lógico que eso.
Si vemos el ecenario nacional de cara a estas elecciones, se puede decir que hay una polarización entre lo que es el kirchnerismo y La Libertad Avanza, pero acá el frente Primero los Salteños busca mediar en esa lógica. En esa línea ¿cómo se presentan ustedes? ¿Cómo opositores al gobierno nacional?
Hoy vemos que desde la Nación se pelean por temas que solo interesan a los porteños. Por eso, provincias como Salta, Jujuy, Formosa, Corrientes, Tucumán o Santiago están conformando frentes provinciales. Buscamos unirnos para que haya un bloque de legisladores que defiendan los intereses de las provincias. Queremos reeditar aquel viejo interbloque federal, donde convivían oficialismo, oposición y fuerzas provinciales. Primero los Salteños representa eso: la defensa de las familias salteñas, encabezados por el gobernador Gustavo Sáenz. Lo mismo está ocurriendo en Tucumán, Corrientes, Córdoba o Santa Fe. Nos proponemos romper con ese centralismo y ese bipartidismo que generan grietas. Nosotros somos la alternativa a esa grieta.
Uno de los temas que seguramente se debatirá en el Congreso es la reforma laboral. ¿Qué postura tiene al respecto?
Nuestra posición es muy clara. Si la reforma laboral afecta el trabajo de los salteños, vamos a oponernos. Pero si realmente ayuda a generar empleo y a mejorar las condiciones, la vamos a acompañar. Necesitamos leyes que fomenten el trabajo formal y la producción. Queremos poner de pie a la provincia de Salta.
En las elecciones provinciales de mayo hubo baja participación, ¿Esperan el mismo escenario para este domingo?
Lo vimos en las recorridas. Muchas familias nos decían "¿qué hacen acá en mi casa?". Nosotros les explicábamos quiénes somos, qué proponemos y cómo votar. Muchos no habían ido a votar, pero esta vez tienen una oportunidad histórica. Por primera vez en muchos años, Salta puede tener representantes que defiendan realmente los intereses provinciales. Dejemos de lado el Boca-River de Buenos Aires y llevemos al Congreso proyectos que beneficien a nuestra provincia: en salud, educación y rutas. Los jóvenes nos escuchan. Algunos me decían: "voté al presidente, pero ahora veo a mi abuelo muy mal y a mis padres sin trabajo". Ese desencanto los hacía dudar de volver a votar. Pero cuando les contamos nuestros proyectos, como el fortalecimiento de la UNSa, la defensa de los jubilados y los programas para jóvenes, muchos cambiaron de postura.