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La candidata a diputada nacional por La Libertad Avanza, Gabriela Flores, apuntó a la provincia. Denunció el colapso del sistema de salud y la falta de patrulleros. Defendió las políticas del presidente Javier Milei y aseguró que "los gerentes de la pobreza viven del miedo".
Recorriste los 23 departamentos de la provincia. ¿Qué balance hacés de la campaña?
Me quedan dos sensaciones muy distintas. Por un lado, fue hermoso ver al salteño cara a cara. En todos lados me encontré con respeto y cariño, incluso de quienes no comparten nuestras ideas. Pero, por otro lado, fue una campaña muy dura. Nos siguieron, nos sacaron fotos, nos filmaron. La policía nos paraba, nos pedía documentos, y después los agentes se disculpaban diciendo que los habían mandado. No soy funcionaria pública, no tienen por qué perseguirme. Eso no está bien en democracia.
¿Qué viste en tus visitas al interior?
Una provincia colapsada. Se habla mucho de las rutas nacionales, pero casi nada de las provinciales. El sistema de salud está quebrado. Fui a hospitales cabecera como el de Orán, que debería ser un centro de referencia, y los techos se inundan. Inauguraron un resonador que nadie sabe hacer funcionar. Hubo muertes denunciadas por negligencia. En Cafayate solo hay traumatólogo los martes: si te fracturás otro día, tenés que esperar. En oncología la situación es trágica. La mayoría de los pacientes del norte vienen a Salta a hacerse quimio porque en sus ciudades no hay condiciones.
También hablaste del abandono de la policía...
Sí, totalmente. En varios municipios los agentes no tienen patrulleros. Algunos vecinos o finqueros les prestan camionetas. ¿Cómo se puede perseguir el delito así? La policía está abandonada, y la inseguridad es una de las principales preocupaciones de los salteños.
Desde el Gobierno provincial dicen que Nación no les envía fondos comprometidos...
No es cierto. Salta está entre las dos provincias que más anticipos del Tesoro Nacional recibió. La coparticipación se paga todos los días. Si hay deudas, que las detallen. El gobernador acaba de pedir un crédito de 100 millones de dólares al Fonplata para obras que ya estaban previstas en el Presupuesto nacional. El problema no es que no llegue la plata, sino que no se rinde en qué se gasta. Además, hay rutas que podrían financiarse con aportes mineros. Las empresas ofrecieron hacerlo, pero los trámites se demoran por pura burocracia. Vas a San Antonio de los Cobres y el hospital no funciona; las mineras compran sus propias ambulancias. Y la desigualdad sigue intacta.
¿Y en educación?
En las escuelas rurales los chicos comen porque los vecinos les llevan comida. Fondos hubo, pero no llegaron. El Ministerio de Educación los envió a los municipios, y los municipios no los distribuyeron. La gente no es tonta, ve lo que pasa. Podrán disfrazarlo con el ponchito, pero cuando vas al hospital y no hay médico, la realidad se impone.
En algún momento se denunció falta de medicación oncológica.
Lo investigué cuando trabajaba como periodista. Me parecía raro. Si cien chicos no recibieran sus tratamientos, habría manifestaciones. Averigüé y comprobé que no faltó medicación. Se cambió el sistema de compra y se centralizó en el Instituto del Cáncer. No hubo un solo caso de suspensión. Con el VIH pasó igual: nunca faltaron los medicamentos. Hubo demoras en reactivos, pero se priorizó a embarazadas y niños. Las autoridades provinciales salieron a decir otra cosa, y eso es generar miedo. Los gerentes de la pobreza siguen viviendo del miedo.
Hablás mucho de esos "gerentes de la pobreza". ¿A qué te referís?
A los que usan la necesidad de la gente para sostener el poder. En una comunidad del norte vi cómo los chicos tomaban agua del mismo tacho donde antes había tomado un chancho. ¿Tan difícil es poner una canilla? Eso es desidia. Y no empezó ahora: lleva décadas. Cada elección reparten harina, arroz y plata para comprar votos. La pobreza les conviene. Es una forma de hacer política y de asegurarse impunidad.
¿Te ves como diputada nacional?
Todavía me cuesta. El periodismo es muy intenso; estar cuatro horas al aire te agota mentalmente. Me cuesta imaginarme en otro rol, pero sé que voy a seguir hablando, desde el Congreso o desde la radio.
"El sistema de salud de Salta está quebrado y los hospitales del interior son una tragedia".
La gente te plantea que la está pasando mal. ¿Cómo respondés?
Con la verdad. Todos lo sentimos. Pero el presidente Milei dijo desde el principio que había que hacer un ajuste profundo. Gracias a eso hoy las variables macroeconómicas cambiaron. Lo que no avanza son las reformas que el kirchnerismo bloquea en el Congreso. No quieren perder su negocio: administrar la pobreza. La verdadera batalla es la de las ideas, y la vamos a dar hasta el final.
¿Cómo ves la relación del Gobierno nacional con las provincias?
Milei no vino por el bronce, vino a cambiar el país. Es un tipo común, harto de la corrupción. Cuando el 56% de los argentinos lo eligió, eligió una esperanza. Durante el gobierno anterior se fueron más de dos millones de jóvenes al exterior; dos millones de futuros que perdimos. Hoy tenemos la oportunidad de recuperar el rumbo.
En el interior ves la falta de oportunidades: en muchos lugares lo único que se puede estudiar es magisterio. Fabrican pobres. Después de estas elecciones tiene que venir una etapa de diálogo, porque el país no da más, y Salta tampoco. No se puede seguir perdiendo vidas por falta de médicos.
"La verdadera batalla es la de las ideas, y la vamos a dar hasta el final. Que todos vayan a votar este domingo".
¿Y cómo ves a Emilia Orozco de cara al 2027?
Emilia tiene un potencial enorme. Es carismática, laburadora, la gente la quiere. Pero le pegaron mucho, la eligieron como blanco porque temen su crecimiento. Hay que darle tiempo: al presidente, al gobernador, a los legisladores. Todo lo que crezca La Libertad Avanza es ganancia. Este espacio recién empieza y ya cambió la forma de hacer política en Salta.
¿Cuál es tu mensaje final para los votantes?
Que vayan a votar. No importa a quién, pero voten. Es un derecho político. Hay quienes esperan que vaya poca gente para tener ventaja. No les den ese gusto. Y si nos eligen a nosotros, La Libertad Avanza está en el cuarto lugar de la boleta, color lila con el águila blanca.