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La directora nacional de Vigilancia y Control de Frontera, Virginia Cornejo, afirmó en Radio Salta que por primera vez en años "existe la voluntad política real" para el control del espacio aéreo en el norte argentino y enfrentar el ingreso de vuelos irregulares vinculados al narcotráfico. Sus declaraciones se dieron tras la demostración del diputado salteño Gustavo Orozco, quien voló desde la frontera sin ser detectado.
Cornejo explicó que la maniobra del legislador "no es un tema nuevo, sino un problema de vieja data" que quedó expuesto tras años de desinversión. "Hubo un tiempo en el que los radares sólo funcionaban en horario comercial, se retiraron aeronaves y se paralizó todo lo que había sido el Escudo Norte creado durante la gestión de Macri y Bullrich. Hoy eso se está revirtiendo".
La funcionaria dijo que la radarización es vital "en los horarios donde verdaderamente se necesita" y que se están reincorporando sistemas móviles para áreas críticas como La Quiaca. También señaló que el control aéreo se combina con tareas terrestres para detectar vuelos rasantes, una maniobra antiradar.
"Estamos fortaleciendo la detección por tierra y por aire. Las fuerzas federales están actuando y los resultados del plan Güemes y el plan Roca muestran decomisos históricos que antes pasaban en silencio", dijo.
Cornejo advirtió que la redacción de una futura ley de derribo o de control aéreo debe contemplar otra realidad paralela: el crecimiento económico del norte argentino. Recordó que la expansión de la minería, el movimiento de aeronaves pequeñas y las actividades productivas exigen reglas modernas para no entorpecer la aviación civil.
"Si sólo pensamos en combatir vuelos ilegales y no en el desarrollo que necesitamos, vamos a terminar frenando inversiones. Debemos cuidar el espacio aéreo sin perjudicar a quienes trabajan legítimamente: pilotos, empresas, emprendimientos mineros y productores", afirmó.
En la entrevista, Cornejo recalcó que el país atraviesa un cambio de enfoque que, según dijo, no existía hace dos años:
"Lo central es que hoy hay voluntad política. Existió antes un clima donde no se podían sancionar leyes y la frontera estaba entregada. Ahora tenemos compromiso del Gobierno nacional, del gobernador Sáenz y de legisladores nacionales y provinciales para recuperar el control que perdimos".
Sobre las pistas clandestinas, señaló que no se trata sólo de trazados improvisados, sino de un problema más amplio relacionado con grandes extensiones rurales que pueden funcionar como zonas de aterrizaje. Allí, dijo, la clave será la tecnología:
"Necesitamos herramientas modernas, sistemas de detección y acuerdos con países vecinos. El debate que se viene tiene que mirar hacia adelante".