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Aunque el Indec informó una suba del 2,3% en octubre y ubicó a los alimentos entre los rubros de menor incremento, el relevamiento en góndolas y la percepción de los salteños muestran otra realidad: comprar lo básico sigue siendo difícil y la mayoría de los precios continúan en ascenso.
Según el ultimo informe del Indice de Precios al Consumidor, en el Noroeste de Argentina, que incluye a Salta, los alimentos y bebidas no alcohólicas apenas aumentaron un 2,2% pero el escenario dentro de los supermercados y almacenes salteños parece contradecir la percepción oficial. En la región, los rubros que más subieron el mes pasado fueron bebidas alcohólicas y tabaco, con 3,1%, seguido por transporte y comunicación con 2,4%, respectivamente. Luego se ubicaron vestimenta, calzado, vivienda y bienes y servicios con 2,3% cada uno.
Para evaluar esta diferencia entre lo estadístico y lo cotidiano, El Tribuno realizó un relevamiento en supermercados salteños de las zonas sur y centro, comparando precios del mes de octubre con los valores actuales de noviembre
Las subas
En ese recorrido se comprobó que el litro de aceite Natura costaba $3.100 y ahora vale $3.500, mientras que el kilo de harina Cañuelas pasó de $720 a $1.050. La leche Manfrey también se encareció, de $1.200 a $1.300, el azúcar Ledesma subió de $1.100 a $1.295 y el arroz Máximo aumentó de $1.152 a $1.500. Lo mismo sucedió con los fideos Luchetti, que de $1.200 ahora se venden a $1.500. Contrariamente, la caja de té La Virginia bajó levemente de $1.812 a $1.750, pero que el medio kilo de yerba CBSé se disparó de $1.700 a $2.500. Las subas, en muchos casos, superan ampliamente el 10% mensual.
Recorte y resignación
Esta situación se refleja también en la voz de quienes día a día deben administrar su economía familiar. "Lo que parece que podés ahorrar en algún producto, lo terminás perdiendo enseguida en otro, sobre todo ahora que volvió a aumentar la carne. Hace poco la conseguías a 12 mil pesos el kilo y ahora ya está en 14 mil. Además, los sueldos no se actualizan como deberían, entonces es imposible ponerse a la par", dijo Sol Sánchez, empleada administrativa y residente del barrio San Francisco, mientras revisaba precios en la góndola de galletitas de un supermercado de avenida Ex Combatientes de Malvinas.
Durante el recorrido se pudo observar que la gente compara precios, no llega a llenar un canasto o changuito, compra lo justo, reduce marcas, paga en cuotas o con diversas tarjetas de miembros de la familia y prioriza lo indispensable.
Por su parte, Daniel, de 39 años, empleado de un lavadero, vecino del barrio Bancario, expresó mientras sacaba cálculos con su celular: "La leche sube, la carne también, ni hablar los productos de limpieza. Antes compraba para toda la semana, ahora solo para tres días. Cuando me quedo sin efectivo uso la tarjeta de crédito".
En la misma línea, Viviana Girón, peluquera de 47 años y vecina del barrio Araoz, contó que el problema no es solo la comida. "Los servicios se están llevando casi todo: luz, agua, gas e impuestos. Antes pagábamos 69 mil pesos, después 73 mil y ahora ya estamos rondando los 77 mil… y así sigue".