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“No todos somos iguales. No todos buscamos ventajas electorales”. Con esa frase, el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, se diferenció del resto y envió un mensaje directo al presidente Javier Milei, quien días atrás acusó a los gobernadores de haberle “clavado un puñal por la espaldas. En una entrevista con Radio Mitre, Sáenz defendió el acompañamiento institucional de su gestión y cuestionó con dureza la generalización de los agravios que, según él, sufre desde hace meses por parte del Gobierno nacional.
“Hemos soportado estoicamente insultos, agravios y malos tratos. Y sin embargo, seguimos acompañando, porque entendemos que esto fue lo que eligió el pueblo”, remarcó el mandatario salteño, visiblemente molesto por lo que considera un desagradecimiento hacia quienes, desde las provincias, “hicieron posible” el avance de medidas clave para la Casa Rosada.
Sáenz recordó que con apenas el 15% de los diputados y siete senadores, el oficialismo logró aprobar leyes “gracias al acompañamiento de muchos gobernadores” que priorizaron la gobernabilidad por encima de las diferencias políticas. Pero advirtió que “la falta de diálogo, la intransigencia y la descoordinación” amenazan con desmoronar ese frágil equilibrio institucional.
“Nos meten a todos en la misma bolsa, como si fuéramos lo mismo Kicillof, Frigerio o Infrán. No lo somos. Algunos venimos bancando sin pedir nada a cambio”, enfatizó.
Uno de los pasajes más duros fue cuando cuestionó la mirada porteña sobre el interior del país, especialmente el norte. “Tienen que levantar el traste del equilibrio fiscal y venir al norte. Nuestras rutas son las rutas de la muerte. Acá, tener cuatro carriles es un privilegio. Nos faltan obras, mantenimiento, infraestructura. Quiero que lo vean con sus propios ojos”, lanzó.
En ese sentido, lamentó que la caída del consumo sea real, que las provincias enfrenten problemas económicos graves y que, aún así, el foco del Gobierno nacional esté puesto únicamente en mantener “la macroeconomía estable” sin considerar los efectos sociales. “Nosotros no peleamos por los recursos del gobernador. Peleamos por los recursos de los salteños”, subrayó.
Sáenz también hizo referencia a las consecuencias políticas que tuvo su respaldo a la Ley Bases, recordando que uno de los partidos que integraba su frente fue intervenido por la justicia electoral. “Nos costó el espacio político, pero lo hicimos igual porque entendimos que era lo correcto. Y mientras tanto, en Buenos Aires, le dimos todo lo que el presidente necesitaba”, expresó con tono de reproche.
Al referirse a la demora en la firma de los vetos presidenciales, el gobernador consideró que podría ser una puerta de negociación, pero insistió: “Hay temas muy sensibles que no se pueden resolver con improvisación ni con llamados de último momento antes de una sesión. Hace falta diálogo constante, algo que hoy no está ocurriendo”.
Finalmente, defendió la institucionalidad de los gobernadores que “nunca faltaron el respeto” y reiteró que muchos siguen apoyando el rumbo económico nacional a pesar de las diferencias. “Queremos que le vaya bien al país, pero también a nuestras provincias. Y para eso, necesitamos que se reconozca el rol de quienes, sin alzar la voz ni buscar cámaras, pusieron el hombro en los momentos más difíciles”, concluyó.